España y los derechos sexuales de la mujer
Ha sido un logro la aprobación, por parte del Consejo de Ministros, de la ley que aglutina los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
Una de las grandes señales que nos indican la profundidad y naturaleza de las democracias, es la consolidación de un cuerpo robusto de leyes que impriman libertad sobre los derechos sexuales, cuerpos y vidas de sus ciudadanos.
Ha sido un gran logro la aprobación, por parte del Consejo de Ministros, de la ley que aglutina los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
Para Irene Montero, ministra de Igualdad, estos derechos “son un medidor fundamental de la calidad democrática de un país”. Agregó que “el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo es parte del derecho a la salud. Es la puerta de entrada para el ejercicio de otros muchos derechos y de la posibilidad de decidir nuestros proyectos de vida”.
Este avance significativo, tiene ahora que caminar por senderos escabrosos. Hablamos del Senado y el Congreso. Aunque se espera la aprobación, seguramente saldrá de sendos pasos con algunos cambios implementados por ciertos miembros.
Los derechos
Un elemento fundamental ha sido la inclusión de la interrupción del embarazo en mujeres de 16 años, el consentimiento informado y la incorporación del factor educativo en todos los niveles.
En este sentido, han decidido sumar dentro de la propuesta formativa a las carreras de salud, educación, sociales y jurídicas estos contenidos, “y en los currículos de las oposiciones vinculadas a estas”.
Se plantea también otorgar medios anticonceptivos y de gestión menstrual de manera gratuita.
Con relación al dolor menstrual, la ley reza que “como parte inherente del derecho a la salud sexual y reproductiva”, se tomará en consideración la posibilidad de baja temporal ante procesos menstruales dolorosos. “Se acabó el ir a trabajar con dolor”, sentenció la ministra.
En fin, esta ley discutida en consulta, da luces sobre cambios que traerán nuevas lógicas a las mujeres. Por supuesto, también a su relación con lo humano, familiar y laboral.
Objetores de conciencia vs interrupción voluntaria
Irene Montero también ha hablado sobre aquellos médicos, que por diversas razones, no estén dispuestos a realizar esta práctica.
“Hacemos compatible el derecho a la objeción de conciencia, con el derecho de todas las mujeres a interrumpir voluntariamente su embarazo, si es que así lo quieren”.
No es cosa extraordinaria, dentro de un país de raigambre católica y conservadora como España, que esta decisión sea asumida por los profesionales médicos. Obviamente, se les respetará su decisión.
Es por ello que, en paralelo, se prevé hacer un registro y resguardo de datos de por medio. Serán utilizados para saber y así poder planificar dentro del sistema público, una atención oportuna y la permanencia de sanitarios que posibiliten este tipo de prácticas.