Juana González, pintar el sueño inquietante
Hoy os traigo la visión particular de la pintora Juana González, la cual sobresale por unas características definidas que en el artículo os haré llegar.
La artista puertollanense afincada en Madrid, Juana González, no es una artista convencional. Tanto como este espacio que pretende ahondar en las oscuras y anchas calles del arte moderno de la mano de aquellos artistas desconocidos, por conocer o en conocimiento.
Empezamos con esta mujer nacida en 1972. No por gusto, sino por todo lo que acarrea su proceso artístico onírico, misterioso, o más bien, inquietante.
Sí señoras y señores, una pintora onírica. Seguro que será una artista contemporizadora del surrealismo dirán algunos. Pues no. Lo onírico entrecruza la incertidumbre en un camino donde pueden aparecer el surrealismo o lo fantástico, eso sí, sin poner en duda la importancia de la figura como sujeto narrativo.
Comienzos y premios
Su carrera artística comenzó en la facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, y de ello no hace tantos años (2005). Desde entonces, ha expuesto sus obras en París (Galerie Tournemire), México (Casa de México), Galería y Galería Trinta en Madrid, Feria del Arte de Santander, y así un largo etcétera.
Premiada en la “Convocatoria de Expacios Expositivos” del Museo de la Ciudad de Móstoles y Circuito Franqueados de la Casa Franca, así como también tiene una Mención Honorífica en los Premios ABC de Pintura y Fotografía.
En una entrevista realizada por la revista El elemmental, González se declaraba claramente influenciada por el arte barroco. Esto se puede comprobar solo observando cualquiera de sus cuadros.
Principales características
Su atrevida paleta, junto con sus característicos trazos largos, sobrepasa los convencionalismos de lo normativo para dar paso a sus atrayentes naranjas tan llamativos, sus verdes provocadores y esos azules misteriosos que marcan siempre una profundidad en el significado de sus obras.
Mi impresión personal sobre el proceso artístico de Juana González, a la cual sigo desde hace unos añitos, se podría decir de atracción hacia el uso tan característico de sus colores y la forma dinámica, siempre abierta y para nada herética de las figuras que quiere representar.
Todo puede resultar concluso en sus obras, y a la vez todo parece no quererse cerrar si observamos sus propuestas.
Me fascina ese uso tan expresivo del color para crear una armonía que evoca, sin duda, a pensar en el sueño de la misma manera que sus cuadros parecen simular un paralelismo con el cómic o el videojuego. Esto queda reflejado en su serie Sobre la crueldad de la degeneración (2010).
Visión feminista
Otra de las características de esta artista es la invención. El invento como modo de crear una cierta trama lógica se desenvuelve con mucha habilidad en su serie Constructoras (2011), de la cual la misma González define como una serie donde se alaba “por primera vez el hecho de permitirse a ellas mismas (las mujeres) el esfuerzo y el tiempo en construir lo que no sabe para qué servirá, tampoco creo que se lo planteen, solo quieren intentar hacer algo y lo hacen” explicaba para El Elemmental.
Es una feminista convencida. Sin embargo, es muy crítica con el propio movimiento feminista: “la unión y el respeto casi nunca han existido y eso nos ha hecho claramente débiles”. No por ello se ha aislado en ella misma. Seguramente esa es la razón por la que creó esta serie llamada Constructoras, para dar relieve a lo constructivo por encima de las dificultades que envuelven la lucha por la igualdad de las mujeres y el respeto entre géneros.
Dificultades para vivir de su arte
Cabe destacar de Juana González, ya para acabar, su sinceridad con aquello que piensa y con su propia realidad. Viene sosteniendo un criterio honesto para con el arte. Mantiene que del arte en este país es difícil vivir: “no llego a vivir de él y tengo que trabajar fuera para poder seguir pintando”, argumentaba en su entrevista para la revista El elemmental.
¿Una crítica o una realidad como la copa de un pino?
El tiempo dirá, pero su obra y su incansable trabajo de lunes a viernes en su taller, bien se merece ser escuchada y valorada.