La crisis iniciada en 2008 trajo consigo numerosos cambios en nuestras vidas. Entre ellos la transformación del paisaje de los barrios. Las tiendas de toda la vida echaban el cierre y en su lugar empezaron a surgir otro tipo de negocios, como los de compra-venta de oro, una fuente de liquidez frente a los años más duros de la crisis.
Pero ahora un nuevo negocio ha empezado a inundar nuestros barrios, las casas de apuestas. En los últimos años han aumentado de forma considerable estos locales a la vez que se lleva a cabo una agresiva y masiva campaña publicitaria por todos los medios posibles.
Mientras en barrios ricos de Madrid como el de Salamanca el número de casas de apuestas ha disminuido, en los barrios obreros como Vallecas, Aluche, Usera y Tetuán estos locales crecían como setas en los últimos años. Porque hay una correlación clara entre composición de clase y de renta con la aparición de casas de apuestas.
En el caso de Madrid ha aumentado un 140% en los distritos cuyos ingresos no superan los 25.000€ de renta media anual. En esta misma región se ha pasado de las 47 que había en 2013 a las 190 de 2017. Durante esos años los salones de juego también han crecido de 257 a 416.
La estadística nos dice que a diario en nuestro país entre 30.000 y 100.000 personas dedican una hora a apostar a algún deporte, lo que supone unos 5.000 millones de € al año. Este suculento negocio se reparte entre varias empresas, siendo Codere y Sportium las dos principales casas de apuestas que operan en España.
La Ley de Juego española de 2011 reguló el mercado para apuestas deportivas y el póker online. Desde entonces la publicidad de casas de apuestas se ha disparado sin freno. Anuncios con Carlos Sobera a todas horas , futbolistas de primer nivel, raperos supuestamente comprometidos como El Chojin o Arkano haciendo publicidad en las redes sociales, referentes como Josef Ajram, Cristiano Ronaldo, Neymar o Rafa Nadal animándonos a apostar. También 19 equipos de 20 en Primera División llevan el patrocinio de las casas de apuestas. Las empresas aprovechan estos referentes de la juventud para vender una falsa esperanza de obtener dinero rápidamente y sin esfuerzo, pese a que los datos muestran que al menos el 90% de los jugadores acaba perdiendo dinero con las apuestas.
El perfil del jugador es un hombre joven -un tercio de los jugadores que tienen entre 18 y 25 años-. Y aunque la edad legal para participar en las apuestas son los 18 años, el 36% de los ludópatas comenzaron jugando cuando eran menores de edad. Ante la ausencia de alternativas de ocio para la juventud, las casas de apuestas son un espacio donde encontrar comida y bebida a buen precio, a veces hasta gratis, mientras sueñan con enriquecerse tras una buena jugada.
Hay quien dice que cada uno es libre de gastar su dinero donde le apetezca. Que quién le tiene que decir donde puede consumir y donde no. ¿Pensarían lo mismo de la libertad individual cuando los jóvenes en los 80 decidían “libremente” destruir sus vidas y las de sus familiares consumiendo heroína? Esa es la ilusoria libertad del capitalismo. Elegir cómo arruinar tu vida y tu dinero.
Por eso no podemos desvincular el auge de este negocio con la devastación creada en nuestros barrios tras diez años de crisis. Porque mientras el número de personas en riesgo de pobreza sigue aumentando (el 38% de los jóvenes entre 16 y 30 años están en riesgo de pobreza y/o exclusión social), y la precariedad se instala en nuestras vidas de forma permanente, tus “referentes” te están mostrando una manera fácil, divertida y emocionante de ganar dinero.
Como no podía ser de otra manera los lobbies de estas grandes empresas utilizan toda su artillería para penetrar en el mercado y aumentar sus beneficios. En 2006 se llevó a cabo una de las primeras regulaciones de este tipo de juego en la Comunidad de Madrid comandada por Esperanza Aguirre. Codere fichó a Rafael Catalá (quien sería Ministro de Justicia unos años más tarde) para que presionara en la redacción del reglamento madrileño en favor de las grandes compañías.
La publicidad agresiva de este tipo de negocios explica en parte su auge. Por eso es tan importante regularla y de hecho este ha sido uno de los 14 puntos del acuerdo entre gobierno y Unidos Podemos para la aprobación de los presupuestos de 2019. En él se dice explícitamente que se prohibirá la publicidad de casas de apuestas de forma similar a como sucede ahora con el tabaco.
Por otra parte no podemos olvidar que la prohibición de la publicidad ni mucho menos hace desaparecer el problema, y por lo tanto las casas de apuestas son una lacra en nuestros barrios que se debe extirpar de raíz. Este tipo de negocio solo crea ludopatía y una mayor pobreza, por lo que no deben tener cabida.
Pero no todo está perdido. Cada vez se están viendo más acciones contra las casas de apuestas. Tanto acciones contra sus locales como organización vecinal para hacerles frente. Se está empezando a señalar públicamente a futbolistas y demás personajes de relevancia que cobran por publicitar este tipo de negocios.
El lunes 29 en el popular barrio de Tetuán asociaciones vecinales, culturales y organizaciones políticas se unieron en una manifestación contra las casas de apuestas bajo el lema “Tetuán no es un casino”. Porque una vez más, o las vecinas y vecinos se unen por una causa común o nuestros barrios y nuestra gente habrán perdido una vez más otra batalla.
Xavier García es el secretario general de la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE).