Microsoft revienta el E3 de Los Angeles con una conferencia explosiva
Acudí ayer a mi Xbox One S e inicié Mixer para ver en streaming la conferencia de Microsoft en el E3 de Los Angeles. Lo hize sin hype. Por diversas razones. La primera porque desde la necesaria caída del nefasto Don Mattrick, Microsoft nunca me había satisfecho totalmente tras engordar mi hype las semanas previas a la conferencia. Y yo me vengo arriba rápidamente.
No culpo de ello a Phil Spencer, el sustituto de Don Mattrick, ya que para ofrecerme lo que yo quiero primero tenía que arreglar el desastre. Es decir, lo que yo espero, (nuevas IPs y continuaciones, ya sean precuelas, reboots, secuelas o lo que sea, de franquicias de Microsoft además de las geniales y necesarias entregas de Gears, Halo y Forza), es el resultado de una buena gestión empresarial. Y en eso mismo está el bueno de Spencer, gestionando de manera brillante la chapuza que Don Mattick le dejó bajo la alfombra en algún lugar de Redmond.
En el E3 de 2015 yo esperaba lo que dije en el párrafo anterior, pero Microsoft no podía ofrecerlo porque debía centrarse en hacer de Xbox One una consola centrada en juegos, y no en un dispositivo pensado para acoplar aplicaciones a la vez que se veía la televisión. Phil Spencer anunció la muerte de Kinect, lo que abarató la consola. Echó abajo el auditorio anunciando la retrocompatibilidad, una iniciativa con la que se puede jugar a títulos de la anterior generación con mejores apartados técnicos de manera gratuita (si conservas el disco), y anunció nuevas IPs como ScaleBound (cancelado), Sea Of Thieves, ReCore y Fable Legends (cancelado).
En el E3 de 2016 yo esperaba como mínimo una nueva IP al estilo de ScaleBound. Pero Microsoft necesitaba ahora mejorar su hardware para terminar con los titulares sensacionalistas que comparaban la resolución de los juegos multiplataforma entre la One y PS4. Presentó Xbox One Slim y anunció Project Scorpio (finalmente lanzada como Xbox One X) como remedio al problema de las resoluciones.
En el E3 de 2017 Phil Spencer terminó con el problema del hardware. Presentó oficialmente Xbox One X. La consola más potente del mercado que ha borrado de un plumazo las informaciones sobre las resoluciones que tanto daño hacían a la máquina de Microsoft. Un nuevo Super Lucky’s Tale y la continuación del precioso Ori fueron anuncios exclusivos sorpresa. Un notición fue la recuperación de títulos japoneses que se habían saltado su lanzamiento -o lo habrían hecho- en Xbox One. Phil Spencer había prometido juegos japoneses y en 2017 cumplió con ello. Imposible olvidar el golpe en la mesa que supuso el anuncio de GamePass, 10 euros al mes por tener todos los exclusivos el día de salida y además otros 100 juegos más entre triples A e indies.
Tras decepcionarme moderadamente al final de todos esos E3, probablemente por alimentar mi hype más de lo debido -un año llegué a esperar Ryse 2 y Ninety Nine Nights 3, no digo más- porque exclusivos ha habido todos los años, y de calidad, comprendí la situación. La división Xbox de Microsoft estaba pasando por una etapa de transición que abarcaría también el E3 de este año.
Y al parecer así ha sido. Desde 2015 hasta hace un par de meses, Phil Spencer no solo tenía que hacer frente a la mala gestión de su predecesor, sino también a varios altos ejecutivos de Microsoft que no terminaban de ver muy claro la apuesta de la empresa por los videojuegos. Por lo tanto, con un presupuesto limitado, con la decisión de apoyar primero el hardware antes que al software y con muchos problemas que arreglar, era imposible que en este E3 Spencer fuera capaz de presentar nuevas IPs y secuelas fuera de las sagas más conocidas y asentadas, como Gears Of War, Halo y Forza.
Sin embargo, hace dos meses aproximadamente, Microsoft validó de manera total la visión de Phil Spencer, ascendiéndolo a vicepresidente ejecutivo, lo que ha supuesto duplicar el presupuesto que el gigante informático destina a su división de videojuegos. Liberado de la carga del hardware, gracias también a un muy buen rendimiento de Xbox One X, que puede mirar de tú a tú en cuanto a ventas a la gama más alta de la competencia (PS4 Pro), algo impensable en los primeros años de la octava generación de consolas, ha aprovechado este E3 para mostrar el futuro cercano. Y lo que se ha visto es exactamente lo que yo estaba esperando.
Phil Spencer anunció ayer en el escenario la adquisición de cuatro nuevos estudios, y la creación de otro, que sumados a los que ya tenía Microsoft, suponen once estudios first party trabajando en desarrollar videojuegos exclusivos para Xbox One y Windows 10. El líder de Xbox ha logrado no solo remontar el vuelo, sino dirigir a la marca a los mejores tiempos de Xbox 360. Microsoft ha hecho una apuesta muy alta por el futuro de su división de videojuegos, gracias a la gestión magistral de Phil Spencer.
Es muy probable que en el E3 de 2019, ya comencemos a ver algunos de los nuevos desarrollos de los 11 estudios first party de Microsoft. Por ahora sabemos que en 2019 Xbox One tendrá muchos exclusivos para disfrutar: Crackdown 3, Gears Of War 5, Battletoads, Forza Motorsport 8 y Ori and the Will of the Wisps. Sin olvidar el apoyo de Rare a su divertidísimo Sea Of Thieves, con dos nuevas expansiones que saldrán en junio y septiembre de este año, al igual que el lanzamiento de Forza Horizon 4. Halo Infinite hará su aparición más adelante.
Sobre la conferencia en sí, nada que objetar. Un ritmo trepidante, con los juegos como protagonistas absolutos, sin largas charlas aburridas. Anuncios de exclusivos y primicias mundiales como el sorpresón de Dying Light 2 y el Kingdom Hearts III, cuyas anteriores entregas no aparecieron en la consola de Microsoft. The Division 2 se lució con un gameplay excelente. Jump Force sorprendió a los amantes de los juegos de lucha que además tienen espacio en sus corazones gamers para el mejor manga y anime. Otros multiplataformas muy esperados como el Cyberpunk 2077 y Fallout 76 también mostraron ansiados trailers que dejaron con la boca abierta al público.
La apuesta por los juegos japoneses también se ha mantenido en la conferencia de Microsoft en este E3 de 2018. Nier Automata deja de ser exclusivo en consolas para PS4. Sekiro y Black Desert también se mostraron en el escenario de los americanos junto a Devil May Cry 5. Session, Battlefield V, Shadow Of The Tomb Raider y Metro Exodus aparecieron para hacer las delicias de un público extasiado, al que no le daba tiempo a procesar los sucesivos anuncios. Juegazo tras juegazo es lo que ofreció Microsoft en su conferencia durante el E3 de 2018. Y apuesta muy seria por el futuro.