Tercera y última parte de un contenido de análisis sobre la candidatura presidnecial de Hugo Chávez. Durante la primera entrega se sentaron las bases argumentales que deben ser leídas para entender plenamente el texto que se reproduce a continuación. Para ello haga click aquí.
En la campaña presidencial del Comandante Hugo Chávez en 1998, el concepto de pueblo y la re-edición de esta identidad hizo posible que significativas porciones de la población se reconocieran como individuos con una pertenencia clara, con atributos valiosos y un piso común donde acordar solidaridades y acciones mancomunadas por medio de su candidatura.
El persistente uso de recursos simbólicos (patrióticos y bolivarianos), recurso simbólico proveniente de los hechos históricos más trascendentes del pasado venezolano, por ejemplo, fundación de la Cuarta República venezolana en 1830.
El partido MVR propone la Quinta República como el elemento continuador de ese hito histórico. De igual forma, utiliza fechas de la gesta independentista y de la vida del Libertador para la realización de sus actos públicos. De igual modo se utilizan los símbolos patrios, como los colores de la bandera y el himno nacional, como identificador de una cultura patriótica y nacionalista.
Utilización de un discurso pugnaz, que tiene la intención de enfrentar, cuestionar y excluir a las élites tradicionales del país, planteando un orden político en donde emergerá una democracia participativa y protagónica en contraste con la oligárquica y partidocracia de anteriores regímenes.
Plantea en su discurso elementos identificativos con la ideología de izquierda, como la justa distribución de la riqueza, la defensa de las empresas públicas frente a la privatización y los principios de justicia social que merecen las clases desfavorecidas del país.
La ideología y la acción política de Hugo Chávez y su partido MVR se fundamenta en “una teoría política de síntesis en permanente elaboración”, que engloba tanto una teoría política general como las actuales problemáticas especificas de la crisis en los diversos ámbitos que viven la nación y el pueblo venezolano.
Esta teoría general es denominada por el MVR “el árbol de las tres raíces” de Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora. De Bolívar se adoptan sus visiones filosóficas, jurídicas y políticas; de Rodríguez, además de las visiones políticas y filosóficas, se toman sus visiones socioculturales y educativas. Tanto en Bolívar como en Rodríguez la filosofía registra la forma de una teoría humanista, política y ética. De Zamora se toma la tesis de igualdad.
Chávez denuncia al “neoliberalismo salvaje” y propugna cambios a través de procesos electorales para la relegitimación de los poderes, la renovación de las instituciones y la normativa, comenzando con la constitución, que prevé instrumentos para el establecimiento de nuevas formas de relaciones políticas, económicas y sociales.
Los puntos centrales que la revolución bolivariana adoptada del bolivarianismo propuesto por Chávez a su práctica son: la autonomía nacional, la participación del pueblo mediante elecciones populares, la economía auto sostenible, la ética de servicio al pueblo, la distribución justa de los ingresos petroleros, la lucha contra la corrupción y la pobreza.
Según la Asociación Americana de Marketing, la marca es un nombre, un término, una señal, un símbolo, un diseño, o una combinación de alguno de ellos que identifica productos y servicios de una organización y los diferencia de los competidores.
Pero, la marca no es un mero nombre y un símbolo, se ha convertido en una herramienta estratégica dentro del entorno económico actual. Esto se debe, en gran medida, a que se ha pasado de comercializar productos a vender sensaciones y soluciones, lo que pasa inevitablemente por vender no sólo los atributos finales del producto, sino los intangibles y emocionales del mismo
La marca en la campaña de Hugo Chávez Frías se vio reflejada sin lugar a dudas por el uso de la boina roja. Esta prenda de vestir de origen militar no fue usada por casualidad. Tiene su origen emocional a raíz de dos particulares intentonas golpistas llevadas a cabo en el siglo XX.
Dicho símbolo representa la frustrada rebelión del Batallón de paracaidistas José Leonardo Chirinos, el cual su prenda más característica fue la boina roja.
A pesar de ser una pequeña sublevación de no más de un batallón, llegó a convertirse en un símbolo para los sectores desposeídos que debían lidiar con un sistema que los condenaba a la miseria.
La boina roja obtuvo su significado emocional definitivo a partir de la intentona golpista encabezada por el Tcnel. Hugo Rafael Chávez Frías. Un grupo de militares ejecutó un intento de golpe de Estado en Venezuela contra el entonces presidente constitucional Carlos Andrés Pérez. La intentona golpista no logró sus objetivos y los rebeldes se rindieron.
Entre los oficiales alzados que comandaron esta maniobra se encontraban, principalmente, cuatro tenientes coroneles del ejército: Hugo Chávez, Francisco Arias Cárdenas, Yoel Acosta Chirinos y Jesús Urdaneta.
La población no manifestó su apoyo al gobierno pero sí apoyó el golpe de Estado, sobre todo la población de escasos recursos, los más afectados por las reformas económicas anteriores.
En base a dichos eventos la boina roja se convirtió en elemento representativo de un sentir denominado “popular”. La cultura chavista la ha adoptado como un símbolo de la insumisión del pueblo venezolano ante los gobernantes corruptos y se le ha dado desde la izquierda venezolana un significado emancipador.
Más allá de lo ideológico, en la campaña del 1998 la boina roja se uso como un poderoso artículo de marketing político derivado del impacto tanto emocional como visual que generó Chávez cuando apareció ante las cámaras el 4 de febrero llamando a la rendición de sus tropas y mencionando su legendario “por ahora”.
En el discurso de Chávez tiene fuerte presencia los indicadores de la democracia procedimental. Por otra parte, en su discurso se equilibran los indicadores de la democracia sustantiva y radical.
Su discurso muestra la combinación de elementos de tres tipos de democracia, con predominio de la democracia procedimental y equilibrio entre las democracias substancial y radical.
Dicho lo cual, unido la crisis de gobernabilidad provocada por algo más de una década de convulsiones sociales y golpes de Estado en Venezuela, el discurso de Hugo Chávez en la campaña de 1998 expresa un contundente rechazo al sistema de partido imperante en la época. También evoca el problema de la pobreza como consecuencia de las desigualdades sociales.
Su tema de campaña se perfila con un llamamiento al cambio y a la participación democrática en torno a la eliminación del llamado “puntofijismo” de la política venezolana y al impulso de la futura convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente para refundar la República y darle carácter bolivariano.
La revolución bolivariana es sin duda un proyecto político motivado a crear cambios profundos en la sociedad venezolana. Además de esto, en las presidenciales de 1998 fungió como concepto en la campaña Hugo Chávez Frías.
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