El fondo del fondo: la falacia del rescate económico del FMI (Primera Parte)
Bastante conocido es el FMI (Fondo Monetario Internacional), organismo dedicado a brindar préstamos a los países en vías de desarrollo y subdesarrollados que pasan por un momento económico severo.
En teoría, este organismo busca el crecimiento de los países “beneficiados” de los préstamos; no obstante, la realidad no solo dista mucho de sus afanes, sino que desenmascara sus verdaderas pretensiones.
¿Quiénes integran el FMI?
El FMI fue fundado el 22 de julio de 1944. Desde el principio su sede estuvo en Washington DC. Entre sus estatutos destacan la cooperación monetaria internacional, la reducción de la pobreza, el crecimiento económico, la estabilidad cambiaria, la expansión del comercio internacional.
El FMI está conformado por 184 países, su directorio ejecutivo tiene 24 miembros, 5 de ellos nombrados por los mayores contribuyentes.
La mayor cuota de contribución la tiene… ¿adivinen quién? Sí, Estados Unidos. Le siguen Francia, Reino Unido, Alemania y Japón; 3 de designación directa por Arabia Saudita, China y Rusia, y 16 elegidos por el resto de países miembros. Quienes más aportan, tiene derecho a un mayor número de votos.
Los países que la manejan hacen gala de una división de poderes: la dirección del FMI siempre ha estado a cargo de Europa, mientras que la dirección del Banco Mundial la tiene Estados Unidos. En la práctica son estos quienes deciden qué países reciben préstamo, qué condiciones se le impondrán y cuánto recibirán.
La dictadura financiera: ¿Cómo funciona el sistema de deudas del FMI?
El sistema de deuda es un elemento de la estructura capitalista mundial en la que una institución financiera emite un préstamo a un país en quiebra (sí, el criterio para que un país llegue al FMI sucede cuando ha perdido toda fuente de financiamiento) bajo la imposición de ciertas condiciones a las que se ven sometidos los países deudores.
Una especie de chantaje disfrazada de “rescate económico”, “supervisión” y “ayuda técnica”, no con el objeto de asegurar el pago de la deuda, mucho menos generar desarrollo en ese país, sino con el objeto de controlar su rumbo económico y político, auto beneficiarse y favorecer a otros.
La ideología del Fondo Monetario Internacional
Las políticas del FMI así como las del Banco Mundial siguen una ideología definida: el neoliberalismo, el cual define específicamente las condiciones que impondrán a los países deudores: reducción del gasto público, libre mercado, privatización de empresas públicas, ajustes fiscales, etc.
Es imperativo mencionar que el FMI impone las políticas neoliberales con la complicidad de los gobiernos de derecha del país deudor. Además de la banca y otros grupos de poder.
De allí que haya otra razón detrás de este mecanismo neoliberal, beneficiar a terceros: grandes inversores privados y las clases locales capitalistas de cada país (la banca, por ejemplo), a las que les interesa imponer el sistema de deuda, pues se lucran y se benefician de aquello.
El país deudor tiene que vender sus recursos, poner en manos privadas (corporaciones de los países desarrollados, especialmente Estados Unidos) las empresas públicas, muchas veces el sistema de salud o educación, el sistema de seguridad social.
Políticas que perjudican al pueblo
Todas las políticas del FMI son en detrimento de la sociedad, quien es la más afectada. Esto genera desempleo, mayor desigualdad, reducción de salarios, deterioro de la calidad de los servicios de salud, educación y pensiones.
En conclusión, el sistema de deuda de estas instituciones es una dictadura financiera, un instrumento para someter a los países deudores, entrometerse en sus políticas internas con el fin de saquearlos y beneficiar a los países desarrollados.
En otras palabras, el Fondo Monetario Internacional es la extensión camuflada del imperialismo, o quizá, sin temor a equivocarme, uno de sus modus operandi. Los organismos financieros son uno de los tantos dispositivos que tiene el poder económico mundial para el control geopolítico.
El circulo sin fin de la deuda
Lo paradójico de la supuesta intención de desarrollo del FMI es que los países que se endeudan no salen de la crisis, sino que más bien sus problemas económicos se agravan hasta tal punto que terminan desembolsando más de lo que reciben.
El problema de recibir menos genera que soliciten nuevos préstamos, perjudicando a la sociedad y dejando al país con una deuda casi imposible de pagar. Y cuando el país deudor requiere refinanciar la deuda, el FMI aumenta los intereses. Mientras más se empobrece el país deudor, mayores riquezas obtienen los grupos de poder local y las corporaciones de los países desarrollados.