Empieza la exhumación de los restos de la fosa 112 de Paterna
Juana y Desemparats, dos hermanas de 85 y 82 años, esperan frente a la excavación de la fosa 112 del pueblo de Paterna, en la Comunidad Valenciana. Con la esperanza de encontrar a su padre dentro de una de las dos sacas que contienen los cadáveres de los asesinados por el franquismo, las hijas de un héroe republicano desconocido aguardan a que el cuerpo de su progenitor sea extraído junto al de otros tantos olvidados y algún que otro más recordado -como los alcaldes republicanos de Tavernes de la Valldigna y de Carlet-. “No esperábamos ver esto, pero ya teníamos ganas; nos queda poca vida, pero ya no volveremos a Paterna“, aseguran las dos hermanas que de pequeñas acudían al cementerio cada 30 y 1 de noviembre, junto a su madre, para rendirle culto a un hombre cuyo único delito fue llevarle comida a los frentes. “El día de hoy es un día de satisfacción”, ha comunicado la mayor de las hermanas.
En la fosa 112, la excavación ArqueoAntro dirigida por Miguel Mezquida espera encontrar los restos de un centenar de víctimas liquidadas por los actores militares del franquismo. Sería la novena fosa abierta en los últimos años en la Comunidad Valenciana y la octava en el cementerio de Paterna. En ella se esperan encontrar dos sacos con cincuenta cuerpos cada uno de personas provenientes de diferentes municipios de la zona, la gran mayoría de las comarcas de La Safor y Ribera y de numerosas localidades de la provincia de Valencia, como Tavernes de la Valldigna, Cullera, Albalat, Sollana, Carlet, Villanueva de Castelló, l’Alcúdia, Manises, Torrent, Paterna, Puçol, Silla, Oliva, Sagunt, Sueca, Alberic, Alcàsser, Alginet, Alaquàs, Benifaió y Beniparrell, según indican fuentes de la Diputación de Valencia.
Tras una larga lucha de las asociaciones de familiares asesinados por la dictadura, al fin se han iniciado una labor que durará entre dos y tres meses. Todo esto ha sido posible gracias a una subvención que el ayuntamiento de Tavernes de la Valldigna ha recibido de la Diputación de Valencia, destinándose al trabajo en esta fosa común 95 700 euros en total. Sin embargo, las familias de las víctimas han tenido que pelear demasiado para poder optar a este dinero.
“Desde la diputación, en un primer momento hemos tenido claro que esta era una labor prioritaria porque, en un país que se quiere decir democrático, no se entiende que después de 42 años de la muerte del dictador aún se tengan que exhumar fosas. Yo vi cómo nació la asociación a raíz de un acto y hoy todo el trabajo se ha convertido en realidad, es una cuestión de dignidad”, decía ayer mismo la diputada Rosa Pérez en el acto público llevado a cabo con motivo de la exhumación.
Enrique Chofre, alcalde en funciones de Tavernes de la Valldigna, estuvo también presente en el cementerio junto concejal de Urbanismo Josep Llàcer. Chofre asegura que la iniciativa fue llevada a cabo en el municipio porque se trata de un lugar donde residen muchos familiares de las personas represaliadas por el franquismo y que trataron de agilizar los trámites de una asociación de víctimas que todavía se estaba creando. “Esperamos encontrar al alcalde republicano Vicente Gómez y un total de 12 vecinos de Tavernes más que, de una vez por todas, descansarán como se merecen”, contaba.
Por su parte, los análisis genéticos que permitirán la devolución de los restos a las familias tardarán entre un año y medio y dos años en arrojar los resultados pertinentes. La Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid, responsable de esta tarea, todavía tiene pendientes las identificaciones de otras fosas abiertas con anterioridad (la 82, 92 y 113), lo cual ralentizará el proceso.
Pero aún conociendo las tardanzas de las identificaciones, las familias de los asesinados encontraron en el día de ayer un día de júbilo. Así lo expresaba Carmen Gómez, presidenta de la Asociación de Familiares de Víctimas del Franquismo de la Fosa Común 112 de Paterna: “Hemos dado un paso muy importante. Nuestros familiares están enterrados de una manera indigna y pretendemos exhumar sus cuerpos y llevarlos a sus ciudades y pueblos, de donde nunca tenían que haber salido. Ver las fosas que están abriendo es dantesco, están enterrados como animales, se merecen una sepultura digna”, aseguraba.
Además de presidenta de la agrupación, Carmen Gómez es nieta de Vicente Gómez Marí, el alcalde republicano de Tavernes de la Valldigna fusilado el 30 de noviembre o 9 de diciembre de 1939, fechas que coinciden con las dos sacas. Además de Marí, se sospecha que en la fosa 112 también podría yacer Francisco Navasquillo Martínez, alcalde republicano de Carlet.
Varias generaciones de espera
“Es una emoción inmensa, porque a pie de fosa he visto que aún había hijos, nietos, biznietos y hasta tataranietos de dos años. He sentido mucha alegría al ver la cuarta generación y sentirnos tan acompañados, y al mismo tiempo también mucha pena, porque esto no nos tocaría vivirlo a nosotros, les habría correspondido a las esposas de nuestros padres, que murieron con la pena. A ellos les fusilaron, pero las familias quedaron atrapadas en la fosa 112 y lo que sufrieron después”, relataba Carmen Gómez con gran emoción durante el evento. La presidenta de la Asociación hacía referencia a las generaciones de familiares que esperaban este momento mientras ciertos actores políticos consideran que lo pertinente es olvidar.
Pero entre los presentes en aquel acto único, los que más destacaban sin duda alguna era los hijos de los represaliados. Personas ahora ya ancianas que han esperado toda su vida para que se comience con algo que a su edad nunca se sabe si podrían ver terminado. Para que al fin se haga la justicia que merecieron los defensores de un gobierno democrático y legítimo. Según Miguel Mezquida, director de la excavación, si algo hace especial a la fosa 112 de Paterna es que “aún viven ocho hijos de víctimas”. Y realmente esto resulta muy sorprendente si se tiene en cuenta el tiempo que ha transcurrido desde aquellos fatídicos días en los que perecieron tantas personas acribilladas por culpa de una dictadura de cuyo nombre debemos y queremos acordarnos:
Franquismo.