Radiografía política de Pedro Sánchez, nuevo presidente de España
Pedro Sánchez ganó las primarias y se presentó como candidato del PSOE a la presidencia del gobierno en las elecciones generales de 2015. Cosechó el peor resultado de la historia de su organización, 22% de los votos y 90 diputados. Tras fracasar la investidura de Rajoy, el rey Felipe VI lo propuso a él como candidato a ser investido presidente de gobierno. Pese a que Podemos, Izquierda Unida y otros partidos políticos de izquierda se ofrecieron a negociar con él en busca de un pacto de investidura, Pedro Sánchez buscó antes el apoyo de Ciudadanos.
Ciudadanos, el partido liderado por Albert Rivera, impuso un programa económico neoliberal que el PSOE aceptó de buen grado pero que no era compartido por la izquierda, que no terminaba de entender el motivo por el que Pedro Sánchez usaba a la derecha como base para luego buscar nuevos apoyos, si con de los de Pablo Iglesias y Alberto Garzón sumaba más escaños a su investidura, y generaba simpatías en la izquierda nacionalista. Con Ciudadanos no tenía ninguna opción y con las organizaciones de izquierda sí, pero Sánchez prefirió a la derecha.
Tras fracasar su investidura se celebraron nuevas elecciones que supusieron un nuevo suelo para el PSOE de Pedro Sánchez, que obtuvo 85 escaños y evitó el sorpasso de Unidos Podemos por apenas 200.000 votos. En este momento el interior del Partido Socialista Obrero Español era un volcán a punto de entrar en erupción. Los malos resultados estaban doliendo y cada vez más responsabilizaban a Sánchez del fracaso.
El líder del PSOE sabía que la única manera de acallar las voces discordantes y mantener su posición era convertirse en presidente. Entonces sí se mostró interesado en buscar acuerdos con la izquierda, para mantenerse al frente de su partido, algo que la vieja guardia del PSOE no permitió. Sufrió un golpe político que lo sacó de la secretaría general.
Sin embargo Pedro Sánchez acumuló fuerza entre los militantes con un discurso radicalmente de izquierdas y una simbología revolucionaria (“somos la izquierda” como lema, puño alzado y La Internacional sonando en sus mítines). Hablaba de volver a la redacción original del 135 y de echar a Mariano Rajoy de la presidencia con una moción de censura si ganaba las primarias.
Ganó las primarias y Unidos Podemos le ofreció su apoyo para una moción de censura, aseverando incluso que lo apoyarían para que él mismo fuera el presidente que sustituyera a Rajoy. Los números daban. Pero Pedro Sánchez no quiso. De hecho desde que volvió a la secretaría general del PSOE, Pedro Sánchez ha sido uno de los mayores apoyos del gobierno del PP que dirige Mariano Rajoy:
- Pedro Sánchez mostró su apoyo a la sentencia de la Audiencia Nacional por la que destrozaba la vida a Cassandra Vera, una tuitera juzgada por hacer chistes de Carrero Blanco, un altísimo dirigente de la dictadura franquista.
Antes de dimitir de su escaño como protesta por haber sufrido un golpe político que lo destituyó de la Secretaría General del Partido Socialista, Pedro Sánchez votó para que saliera adelante la Ley de Estabilidad Presupuestaria del PP, un endurecimiento del reformado artículo 135 de la Constitución. Solo unas semanas después abogó por restaurar el artículo original. Tras ganar las primarias no ha vuelto a referirse a la cuestión.
Pedro Sánchez apoyó la política de represión contra el referéndum en Cataluña que escandalizó a Europa por la violencia policial ejercida para evitar el ejercicio más básico de la democracia representativa: votar.
Pedro Sánchez apareció en el programa Salvados siendo entrevistado por Jordi Évole. En ese momento, buscando una imagen de renegado frente a la vieja guardia de su partido, confesó que fue un error no haber buscado el apoyo de Podemos. Sin embargo, tras ganar las primarias, volvió a rechazar el apoyo de Unidos Podemos para echar a Mariano Rajoy.
Pedro Sánchez declaró a principios de 2018 que prefería alejarse de Podemos para volver su mirada política hacia el PP, con el que quiere mantener los acuerdos ya alcanzados como el que tienen en Cataluña en favor de la represión contra el independentismo en vez del diálogo, y llegar a nuevos acuerdos en temas como el financiamiento de las pensiones, la lucha contra el terrorismo, la financiación autonómica y la posición de España en la Unión Europea.
Pedro Sánchez apoyó el TTIP y el TICA. Acuerdos de libre comercio con Estados Unidos y Canadá respectivamente que suponen una enorme pérdida de poder adquisitivo, al no poder competir con la economía de esos países, y una reducción de derechos al otorgar más poderes a las grandes empresas privadas extranjeras que a los estados que firman esos tratados.
Pese a que está salpicada por la corrupción e impide ejercer la democracia en lo que se refiere a la jefatura del estado, la monarquía borbónica cuenta con el apoyo de Pedro Sánchez, quién no ve ningún problema en que la reina Letizia gaste decenas de miles de euros públicos en caprichos mientras mucha gente es desahuciada de sus casas y buscan en la basura algo que comer.
Unidos Podemos propuso que la Casa Real se viera obligada a declarar sus bienes y actividades económicas, el PSOE de Pedro Sánchez votó en contra junto con el PP y Ciudadanos.
Esquerra Republicana de Catalunya pidió eliminar la asignación presupuestaria a la Casa Real y sustituirla por un sueldo para el Rey equiparable al del Jefe de Gobierno. El PSOE de Pedro Sánchez se alió de nuevo con PP y Ciudadanos en apoyo de la monarquía.
Al igual que con Mariano Rajoy, Pedro Sánchez decidió mantener en el gobierno a Cristina Cifuentes, volviéndose a negar a apoyar una moción de censura de la izquierda, en este caso de Podemos en solitario, aunque el partido morado contó con el apoyo de otros partidos como Izquierda Unida.
A principios de junio de 2017, la ultraderecha se manifestó contra el gobierno de izquierdas de Navarra. Vox, Falange, Democracia Nacional (nazis). El PSOE de Pedro Sánchez acudió a la cita con ellos, acompañado del PP y Ciudadanos.
En las manifestaciones por la unidad de España durante el punto álgido del proceso independentista puesto en marcha por Carles Puigdemont, el Partido Socialista dirigido por Pedro Sánchez a nivel estatal y por Miquel Iceta en Cataluña, salió a las calles en las manifestaciones convocadas por la ultraderecha. Fascistas (Falange) y Nazis (Hogar Social Madrid) se manifestaron junto al PSOE sin provocar ninguna crítica de Pedro Sánchez, más preocupado en mostrar su apoyo a la aplicación del artículo 155 de la Constitución que quería hacer el PP, que desataría horas más tarde una violentísima represión contra los votantes del referéndum, algo que no cambió el apoyo de Sánchez a Rajoy.
Tras la masacre que perpetró Arabia Saudí en Yemén, provocando una crisis humanitaria de enormes proporciones, la izquierda propuso vetar la venta de armas a los saudíes, con el objetivo de no participar en la matanza de civiles. El PSOE de Pedro Sánchez unió sus votos al PP y a Ciudadanos para seguir vendiendo armas a la dictadura de Arabia Saudí.
El 13 de septiembre de 2017, Pedro Sánchez confirmó desde su cuenta personal en Twitter que el PSOE con él al frente, rechazaría las devoluciones en caliente. Incluso llegó a firmar una petición que lo pedía. El 8 de noviembre de ese mismo año el PSOE se abstuvo en la votación que tuvo lugar en el senado sobre las devoluciones en caliente, permitiendo con ello que se sigan haciendo.
Tras haberse comprometido “a elaborar propuesta para una comisión de la verdad de todos los casos de vulneración de derechos humanos del franquismo“, Pedro Sánchez hizo que el PSOE uniera sus votos a los del PP y Ciudadanos para impedir que se juzgasen los crímenes del franquismo un año después, en abril de 2018.
El apoyo de Pedro Sánchez a Mariano Rajoy lo hizo desaparecer como líder de la oposición, pasando a la irrelevancia en los últimos meses. Las encuestas han venido registrando una caída del PSOE sostenida desde hace meses, y ya han empezado a señalar el sorpasso de Unidos Podemos como algo posible.
Con la moción de censura Pedro Sánchez ha vuelto a la actualidad política. Romper con el pasado reciente en el que apoyó al PP y prefería a Ciudadanos antes que a Unidos Podemos, podría conseguir que el PSOE fuera de nuevo identificado como la alternativa de izquierdas. Dependerá de lo que haga con el poder ejecutivo que acaba de conseguir.