Pedro Sánchez, actual presidente en funciones, ha perdido dos sesiones de investidura y ganado una moción de censura. Pese a la importancia relativa de este hecho, se pueden extraer algunas conclusiones.
- La incapacidad de Sánchez y el PSOE de llegar a acuerdos con los otros partidos. En ambas sesiones de investidura, el PSOE no ha sabido cerrar pactos que le condujeran a la formación de gobierno. En el caso más reciente, además, se ha percibido una soberbia en el lado socialista que ha provocado el rechazo de buena parte de la ciudadanía, incluidos sus votantes. Hay que recordar que, en el caso de la moción de censura, la mayoría de partidos que brindaron su apoyo a Pedro Sánchez lo hicieron para sacar a Mariano Rajoy del poder ejcutivo, así que no puede considerarse una victoria de la diplomacia del PSOE.
- La valentía de Unidas Podemos, que finalmente se plantó ante las demandas abusivas de sus interlocutores. Pese a la mala estrategia de UP durante los últimos años, que le han comportado un descenso en el número de votos y el regreso del PSOE en el campo progresista, finalmente han tenido la valentía de plantarse y exigir respeto político. Puede ser demasiado tarde, algo que se comprobará en septiembre.
- Se ha vuelto a hacer patente que no se puede ignorar a los diputados catalanes. Desde hace décadas, por geografía, y por la particularidad de que no predominaba el bipartidismo del resto del Estado, los diputados catalanes han servido de decantador en la báscula del poder, pactando con PP o PSOE según conveniencia. Desde la declaración de independencia de 2017, los partidos estatales han intentado ignorar a ERC y Junts per Catalunya –la antigua Convergencia-. En esta última sesión de investidura se ha vuelto a demostrar que se necesitan los votos de ERC, JxC o de ambos para tener estabilidad parlamentaria.
Ahora se abre un nuevo proceso en el que PSOE y UP deberán ponerse de acuerdo si no quieren repetir las elecciones generales. Pese a la tranquilidad que muestra el Partido Socialista, en unas futuras elecciones el voto de la derecha podría volver a concentrarse alrededor del Partido Popular, con lo que el resultado podría estar mucho más reñido, y tras su actuación, los dos millones de votos tomados prestados de UP, volverán a los de Pablo Iglesias y Alberto Garzón.
En cualquier caso, es posible que los problemas del PSOE para llegar a un acuerdo con Unidas Podemos sean consecuencia, como el mismo Sánchez avisó en la ya famosa entrevista con Jordi Évole en Salvados, del interés de las élites financieras y mediáticas del país de consolidar un pacto entre PSOE y Ciudadanos. Pese al desagrado mutuo que se reservan ambos líderes, una salida de Albert Rivera del primer plano político podría acercar esta posibilidad.
Pese a que parecía que la temporada electoral había finalizado, no se puede descartar la posibilidad de repetir las elecciones generales.