Vinculan a la oposición de Nicaragua con la violencia fascista
Durante los últimos días se ha podido demostrar la implicación de la Iglesia Católica de Nicaragua con el terror sembrado por grupos fascistas financiados por agencias gubernamentales estadounidenses. Sin embargo, pese a que la oposición al sandinismo aprovechó la manipulación mediática para justificar la violencia con la mirada puesta en los réditos políticos, no se tenían pruebas de una implicación directa.
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Ahora uno de los líderes de los violentos, Cristhian Josué Mendoza, ha sido atrapado y llevado a juicio, durante el cual ha revelado varios nombres en una confesión con la que su defensa intenta rebajar la pena que le impondrá la justicia. El terrorista, apodado como “Viper” ha tirado de la manta descubriendo a varios dirigentes de la derecha que han apoyado a los grupos fascistas.
Según ha expresado Viper, Moisés Hassan, líder del Partido Acción Ciudadana (PAC); Luciano García, concejal del Partido Liberal Constitucionalista (PLC); Hugo Torres, antiguo combatiente sandinista reconvertido en una figura mediática de derecha, y Félix Maradiaga, presidente del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP) han participado directamente en la violencia.
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Mendoza ha expresado que todos ellos se acercaron a la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI), para darles dinero, expresando además que los fondos eran específicamente para drogas y armas con las que cometer actos de violencia, que luego la prensa conservadora lo ha ocultado o ha tergiversado para convertir a las víctimas (sandinistas) en victimarios.
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Las declaraciones del terrorista Viper han abierto nuevas líneas de investigación sobre las que la Policía Nacional de Nicaragua está investigando, a la vez que se encuentra desplegada en el país para en primer lugar terminar con los tranques y detener a los fascistas, y en segundo lugar, despejar los tranques y reconstruir las calles y carreteras junto con las comunidades.