La Operación Gedeón podría definirse sencillamente como un plan para ingresar a Venezuela de manera clandestina, a través de las costas venezolanas, específicamente por la Playa Macuto, ubicada en el Estado La Guaira. La misma estrategia se llevó a cabo con la “Operación Libertad Venezuela” llevada a cabo desde el 2019.
El objetivo era infiltrar terroristas en territorio venezolano con la finalidad de articular un Golpe de Estado, mediante la generación de violencia por parte del gobierno del presidente Nicolás Maduro con la que justificar una invasión por parte de Estados Unidos (EEUU).
Se pretendía realizar ataques selectivos contra autoridades venezolanas. Otros focos de agresión eran el Palacio de Miraflores y sedes militares; se planeaba capturar a Maduro para llevarlo a Estados Unidos.
Pero esta operación no incluye solo a desertores militares o policiales de Venezuela, sino que también se ven involucrados agentes de la DEA, un exmilitar Boina Verde dueño de SilverCorp, narcotraficantes y militares norteamericanos junto a una fracción de la oposición venezolana.
Cronología de la Operación Libertad Venezuela
Esta iniciativa golpista denominada “Operación Libertad Venezuela” tiene su origen en el fracasado golpe de estado del 30 de abril del año 2019, cuando desertores de la Fuerza Nacional Bolivariana, con armas robadas del Palacio Federal Legislativo, en complicidad con Juan Guaidó y Leopoldo López se reunieron en el distribuidor Altamira para generar el cambio de régimen. En este hecho participó Antonio Sequea, quien fue apresado por participar en la operación Gedeón el pasado 3 de mayo.
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El 23 de marzo fue incautado un arsenal de armas por la policía de tránsito colombiana. Las mismas iban destinadas a los campamentos terroristas ubicados en Colombia, con la finalidad de ser suministradas a los golpistas.
Posteriormente Clíver Alcala, -Jefe de la Operación Libertad Venezuela-, declaró para W Radio la finalidad del armamento confirmando las pretensiones golpistas, y agregó que contaban con el entrenamiento de agentes norteamericanos.
En esas mismas fechas, el Departamento de Justicia de Estados Unidos Dirigido por W. Barr, declaró las supuestas rutas de narcotráfico que usaría Nicolás Maduro.
Por esta razón ofrecieron 15 millones de dólares para quién capturara al presidente venezolano o diera pistas de su ubicación. Esta acción pretende legalizar un golpe de estado, el mismo que se desarticuló el 3 mayo del presente año.
El 20 de abril del 2020, en Puerta Mocha (Estado Miranda), se produjo un robo de armamento por cuatro capitanes y un teniente de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), detenidos y acusados por robo en el destacamento 441 de esa fuerza de orden público.
Para la tarde del 1 de mayo los mercenarios -los que recibían entrenamiento en Colombia- salieron de la finca del narcotraficante Elkin Javier López Torres, apodado “Doble Rueda“. Él está emparentado con la esposa de Clíver Alcalá Cordones, militar desertor de Venezuela.
El plan consistía en desplazarse desde Colombia hasta las costas del centro litoral venezolano, para llevar a cabo planes desestabilizadores y justificar así la intervención militar extranjera.
De ese lugar partieron dos lanchas, la primera -que era una lancha rápida- partió con la cantidad de doce hombres comandados por Robert Colina Torres, alias “Pantera” -persona de confianza de Clíver Alcalá Cordones.-
En la segunda lancha iban exactamente cincuenta hombres, entre ellos los dos entrenadores norteamericanos contratados por SilverCorp, -empresa dedicada a contratar mercenarios-. Ellos seguirían al primer grupo. Lo principal era llegar al Estado de La Guaira. Desde allí serían llevados por alias “Pepero” a un galpón donde se resguardarían en los siguientes días.
La segunda lancha tuvo un desperfecto, lo que hizo que la primera llegara sola a la costa de La Guaira. Con lo que no contaban era que en ese momento la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB), se encontraban desplegados.
Según Jorge Rodríguez, Vicepresidente Sectorial de Comunicación, Cultura y Turismo, al desembarcar “Pantera” accionó el armamento en contra de los cuerpos de seguridad venezolanos, lo que llevó a un enfrentamiento y la posterior muerte de seis terroristas. El resto de los integrantes fueron apresados. Incautaron en esta operación diez fusiles, una Glock 9mm y dos ametralladoras pertenecientes al Palacio Federal Legislativo. Pantera fue uno de los fallecidos y Antonio Sequea fue apresado.
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Al sufrir el desperfecto la segunda lancha, los integrantes de la misma bordearon las costas de Aragua, dejando a la mayoría en Puerto la Cruz, mientras que los otros ocho siguieron al pueblo de Chuao, donde fueron capturados por los pescadores de la zona y amarrados con cuerdas para ser entregados luego a las autoridades.
Con anterioridad se les había advertido de que más incursiones como las de La Guaira iban a suceder en los próximos días. Esa actuación contra la Operación Gedeón mostró una perfecta sincronización entre el pueblo, la fuerza policial, y militar. Lo que el fallecido presidente Hugo Chávez denominaba como la Unión Cívico-Militar.
Realizada la captura se ejecutó el Escudo Bolivariano Tiburón 2020, desplegando patrullaje terrestre y escrudiñamiento aéreo por parte de las fuerzas militares. El 5 de mayo, el Ministro para la Defensa, Vladimir Padrino López, informó que fue desmantelada una banda criminal en el Estado Zulia con presencia de ciudadanos colombianos.
En todas estas capturas se incautaron uniformes con las banderas de Estados Unidos y Colombia, con equipamiento táctico y de comunicación.
En cadena nacional se muestra la confesión de uno de los entrenadores estadounidenses, específicamente de Luke Alexander Denman. Declara ante la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) que su misión consistía en entrenar a tres grupos de mercenarios en Río Hacha -Colombia-. Eran un total de 60 a 70 hombres. Se encargaría de tomar el aeropuerto para poder permitir la entrada de aviones, y a su vez poder llevar a Nicolás Maduro a Estados Unidos.
Luego se muestra la confesión de José Alberto Gregorio Hernández, alias “Pepero” en las que indica que los tiroteos ocurridos entre bandas en la localidad de Petare -Caracas-, eran un señuelo para distraer a las fuerzas policiales para poder penetrar en las costas venezolanas.
Ahora bien, después de todos estos hechos Juan Guaidó declaró que no tenía nada que ver con esta operación. Igualmente Trump el pasado martes aseguró que apenas se había enterado de lo ocurrido en Venezuela el 3 de mayo, dos días más tarde. Sin embargo existen lazos de ambos con los narcotraficantes, los mercenarios y los desertores golpistas.
Todo comienza con la llegada de Guaidó a la presidencia del Poder Legislativo en 2019. Como nuevo líder plantea la idea de ingresar “ayuda humanitaria” por la frontera con Colombia, y realizar un día antes el Concierto Aid-Live.
Para que Guaidó llegara a Colombia tuvo que ser escoltado y acompañado por los narcoparamilitares denominados como “Los Rastrojos“. El jefe de seguridad del concierto Aid-Live fue Jordan Goudreau, contactado por Richard Brason -organizador del festival- multimillonario que realizó trabajos especiales para Estados Unidos y Reino Unido.
Jordan Goudreau, fue Boina Verde, participó en la Guerra de Irak y Afganistán, y obtuvo una condecoración por parte del Gobierno norteamericano. En 2018 monta su empresa SilverCorp, la cual contrata mercenarios y presta sus servicios de inteligencia. Fue jefe de seguridad de Donald Trump, tenía contratos con el Departamento de Estado y la Casa Blanca.
La conexión entre Guaidó y Jordan G. fue Sergio Vergara, el que se encargaría de administrar el dinero para ofrecerle a los militares desertores comida y hospedaje para poner en marcha la “Operación Libertad Venezuela”, dinero que terminó siendo robado.
Juan Guaidó hace a J.J. Rendón y Sergio Vergara responsables de los procesos de negociación, y es el 16 de octubre del 2019 el momento en el que Juan Guaidó firma el contrato con SilverCorp junto a Jordan.G, Sergio Vergara, JJ. Rendón y Manuel Retuleta, -este último penalista, socio de Retuleta & Waasse, encargado de la defensa de narcotraficantes latinoamericanos ante la justicia-. El contrato era por un valor de 212 millones de dólares.
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Goudreau el 3 de mayo, siendo entrevistado por una periodista venezolana en Miami llamada Patricia Poleo, confesó que se sentía estafado por la oposición venezolana ya que Guaidó no había pagado lo estipulado en el contrato.
Así mismo, Clíver Alcalá Cordones, el pasado marzo en una entrevista para W Radio dijo que, el contrato para comprar el arsenal militar incautado en Colombia se realizó con el conocimiento de Estados Unidos y Colombia.
No es casual tampoco que en febrero del presente año Juan Guaidó convocara “el despliegue del conflicto nacional” para el 10 de marzo, y que a su vez hubiera reunión entre el Grupo de Lima y el TIAR. Los narcotraficantes junto con la DEA colaboraron para poder tener rutas de narcotráfico.
En esos días de marzo Jorge Rodríguez denunció en cadena nacional el entrenamiento de terroristas en territorio colombiano, suministrándole la información al Gobierno colombiano para que procediera a la captura de los golpistas.
El Gobierno venezolano se encuentra tras la pista de los demás terroristas involucrados, el pasado 6 de mayo, a las tres de la madrugada fueron capturados 4 mercenarios más.