Andalucía: Y ahora ¿qué?
¿Qué podemos esperar en Andalucía? Aparte de cumplirse la “Crónica de una muerte anunciada” que supone que la extrema derecha tome poder real en una comunidad autónoma. El Partido Popular (PP) en su afán de enarbolar el “cambio” para la Junta, se atrevió a jugar con el demonio y este le ofreció sus 12 votos con olor a azufre.
Y sí, hace poco decía que los votos verdes eran tóxicos, y me reafirmo en ello después de la lección que nos llegó desde Suecia, donde la derecha pacta con los socialdemócratas para desatascar la situación y evitar que la extrema derecha gane poder, con lo que hacer efectivo el cordón sanitario hacia partidos que proponen la extinción de derechos, la derogación de leyes que tanto tiempo se tardó en construir como la Ley de Violencia de Género, aireando mentiras para denostarla; la ley de Memoria Histórica -en la comunidad que todavía guarda en sus entrañas el cadáver de García Lorca-, que pretenden deportaciones en masa… Todas estas cuestiones en Europa saben que no se pueden consentir en democracia.
En este club podemos poner de ejemplo el pacto en Alemania, aunque débil para los democristianos, y que deja a la AfD con un poder relativo en el parlamento Alemán, consigue relevar al partido fascista a la oposición, no sirviendo de muleta al partido gobernante. Pero hoy en España, por primera vez un representante de esa infamia ha tomado la palabra de forma oficial. La toxicidad de esos votos, se extenderá mas allá de nuestras fronteras, va a ser muy complicado explicar para Macron y Merkel por qué se pacta con los que prefieren a los Orban y Salvini… Todo por una poltrona.
¿Qué escenarios se abren a partir de hoy?
Por lo que parece la radicalización del discurso del PP para granjearse las simpatías de los ultras, avanza sin complejos para crear lo que parece un bloque sólido PP–Vox para las siguientes citas electorales, creando un tándem perverso, pero ¿esto continuara después de la investidura?
Si el PP quiere mantener contento a su nuevo compañero de viaje, corre el riesgo más que evidente de perder votos de la derecha mas moderada en favor de Ciudadanos, y no olvidemos que el target teórico de ambos partidos es el mismo electorado.
Por el contrario, si el PP se olvida y comienza a gobernar obviando las medidas pactadas con VOX, para evitar la sangría hacia Ciudadanos, ocurrirá ese mismo efecto pero hacia la extrema derecha, con el añadido de colocar al partido de Santiago Abascal una pátina de mártires engañados por la “derechita” que no quieren el bien para España, con lo que el transvase de votos seria abrumador de cara a mayo.
Tampoco hay que perder de vista final de año, porque la ideología y demás está muy bien, pero lo que sustenta a un gobierno son los presupuestos, y si el PP no sabe hacer equilibrios ideológicos entre Cs y VOX corre el riesgo de perder sus apoyos de cara a las cuentas y a cualquier iniciativa de calado que quieran proponer.
Respecto al bloque de oposición, liderado por el PSOE, lo esperado sería aparcar las diferencias con Teresa Rodríguez para llevar a cabo una táctica firme y contundente, con el fin de poder desgastar lo máximo posible a los adversarios y en futuros comicios evitar la reedición del pacto, pero la situación del PSOE aunque más cómoda y mirando muy a su pesar los toros desde la barrera por primera vez en 36 años, es más complicada de lo que parece. No olvidemos que uno de los integrantes del nuevo gobierno en la comunidad es Ciudadanos, partido que sobre el papel puede llegar a acuerdos con los “socialistas”.
Por otra parte Adelante Andalucía queda en tierra de nadie, la marca que supuestamente se iba a llevar el voto de la izquierda no llega a sumar, y la jugada de una marca propia autonómica no fue del todo efectiva, saliendo así debilitada la regional y la central. El panorama en el parlamento Andaluz será tenso y bronco, la música de circo sonará infinidad de veces, no por los discursos que sus señorías den desde la tribuna, sino por el ejercicio de funambulismo ideológico que tendrán que hacer día a día.
Este equilibrio también se tiene que dar de cara a las municipales y regionales de mayo. Ya hay voces que claman por la reedición del pacto, pero el PP tiene que saber que cualquier afrenta o supuesta afrenta de Moreno Bonilla puede traducirse en castigos en importantes plazas.
Hagan por ejemplo el ejercicio de imaginación de que el PP perdiese la alcaldía de Madrid por la abstención de VOX, porque en Andalucía no se cumplió tal exigencia, suena perverso lo sé, pero en ciertos lodazales uno puede esperarse cualquier cosa, como que los fascistas tengan poder de decisión real gracias a los que ondean la bandera de la democracia y los derechos, pero a la vez son capaces de hundirse hasta el pecho en la inmundicia para tocar poder a costa de la poca coherencia, que como pasaba con el valor en las antiguas licencias de la mili, se le supone.