El próximo 24 de marzo se celebrarán en Ecuador elecciones seccionales (alcaldes y otras autoridades municipales menores), junto a las del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS). Unas elecciones que dentro de la normalidad democrática que reinó en el país durante la década pasada, no serían destacadas, pero que en el caos institucional y el permanente ataque contra la democracia participativa en los que Lenín Moreno ha basado su gobierno, cobran especial relevancia.
Elecciones seccionales
Esto se debe a diferentes razones. Por un lado la Revolución Ciudadana comandada por el expresidente Rafael Correa, podrá confirmar su fuerza electoral tras casi dos años de sufrir persecuciones y una brutal manipulación mediática. He dicho confirmar y no demostrar, porque en el referéndum y la consulta popular de 2018, Rafael Correa se alzó como primera opción política con un importante capital del 37% de los votantes que ahora aspira a confirmar e incluso superar.
La izquierda de Ecuador está planteando estas elecciones seccionales como un plebiscito a Lenín Moreno y a sus aliados de la derecha, una apuesta bastante peligrosa que impulsará arriba o abajo a la Revolución Ciudadana con bastante intensidad dependiendo de si la gana o no.
Es una apuesta de alto riesgo porque, al haber aumentado la importancia de las seccionales a la categoría de referéndum revocatorio, si la ganan demostrarán que el pueblo ecuatoriano realmente sigue apostando por la Revolución Ciudadana traicionada por Lenín Moreno, pero si pierden, no podrán restar importancia a la jornada electoral, y sus enemigos aprovecharían esa munición mediática para bombardear en sus medios de comunicación, con que Rafael Correa no cuenta con apoyo en el país, lo que sepultaría a la Lista 5 en las siguientes convocatorias.
Vencer de manera clara en estas elecciones supondría colocarse en el primer puesto para la carrera presidencial de 2.021, lo que no solo acarrearía un posible regreso del socialismo del s. XXI a Ecuador -con todo lo que eso conllevaría en el discurso de la izquierda a nivel internacional y el cambio en las condiciones de vida de los ciudadanos del país-, además daría un muy necesario apoyo a las fuerzas bolivarianas -sobre todo a Venezuela-, que ahora están pasando por sus momentos más bajos a causa de los ataques imperialistas de Donald Trump, apoyados por cada vez más gobiernos de la región que han caído en manos de la derecha por golpes de estado, o por el efecto del poderoso lawfare.
En Ecuador existe un cerco mediático que ha terminado con la libertad de prensa, en el sentido de que no quedan medios con una línea editorial independiente del ejecutivo de Lenín Moreno, debido a la reforma de la Ley Orgánica de Comunicación llevada a cabo por Andrés Michelena. Producto de esa posesión privada de los medios en el país sudamericano, existe un argumento de peso que la derecha intenta imponer en la sociedad, el que señala que la oposición a Lenín Moreno es minoritaria, una victoria de la Lista 5 -integrada por cuadros de la Revolución Ciudadana– tiraría abajo con efecto inmediato la principal matriz de opinión neoliberal en Ecuador.
Consejo de Participación Ciudadana y Control Social
El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) es una institución de control democrático nacida al calor de la Revolución Ciudadana. Se encarga de velar por el cumplimiento de la jurisprudencia del país y de luchar contra la corrupción en los diferentes estamentos del Estado ecuatoriano.
Al llegar Lenín Moreno al poder, purgó de manera inconstitucional a los miembros del ente, y los sustituyó por nuevas autoridades escogidas a dedo por sus nuevos aliados de extrema derecha, bajo la justificación de una lucha contra la corrupción que al final ha degenerado en una caza de brujas contra la izquierda, y contra todo aquél que disienta públicamente del discurso oficial.
Durante casi dos años el CPCCS ha permanecido en silencio, permitiendo la corrupción desatada en el gobierno de Lenín Moreno y apoyando de manera cómplice la persecución y el maltrato de los dirigentes de la Revolución Ciudadana como el vicepresidente constitucional Jorge Glas.
En las próximas elecciones seccionales, el órgano CPCCS se someterá a elecciones directas para que el pueblo de Ecuador elija a sus nuevos miembros, una victoria de los candidatos afines a la Revolución Ciudadana podría terminar con la persecución a Rafael Correa y a otros cargos políticos de la izquierda del país, y restaurar de nuevo la libertad de expresión.
Por estos motivos, las elecciones seccionales y de CPCCS de Ecuador cobran una relevancia de primer orden, y no solo dentro de las fronteras del país, sino de alcance regional en cuanto a la izquierda bolivariana y su lucha contra el imperialismo, y de nivel mundial en las perspectiva de la lucha contra el capitalismo en fase neoliberal.