La perspectiva de género
Seguramente sea una expresión conocida solo en su significante, pero ¿qué es la perspectiva de género? Empezar por la base suele ser lo mejor para entender términos complejos. La palabra “perspectiva” se refiere a la visión o punto de vista que tenemos sobre los diversos temas que componen este mundo. Desde nuestro punto de vista analizamos una cuestión.
La palabra “género”, viene a definir cómo la sociedad dice que deben comportante los sexos que componen la misma. Aclarados estos dos términos, llega la explicación, la perspectiva de género se entiende como el análisis sobre cómo la diferencia sexual se expresa en falta de equidad entre géneros, por la que lo masculino es más valorado que lo femenino.
En esta sociedad, cuando hablamos de manera general del género masculino, le achacamos palabras como trabajo, fuerza, oportunidades, juego, etc. Hablando del género femenino, en cambio, las palabras usadas habitualmente suelen ser del estilo incapaz, hijos, casa, débil, etc.
Este tipo de diferenciación entre sexos, achacar unos atributos -positivos o superiores- a lo masculino y otros -negativos o inferiores- a lo femenino, donde este último pierde, suele derivar por norma general en desigualdades sociales. La desigualdad trae represión, violencia, marginación y, sobretodo, injusticia social.
El género como categoría social
La acepción género apareció para explicar las desigualdades entre mujeres y hombres. Las confecciones históricas de los géneros no son más que sistemas de poder, dotados de discursos preponderantes.
Lo masculino y lo femenino
Estos términos, usados en este contexto, se refieren a las conductas consideradas masculinas o femeninas. La categoría de género podría entenderse entonces, como una relación sobre las formas que adquieren las relaciones entre los géneros.
Algunas personas consideran esto como una disyuntiva dominadora de otros moldes especificativos, como por ejemplo, la teoría del patriarcado. Concepto que consideran insuficiente para entender las causan que se dan dentro de la estructura social y cultural de las sociedades. Esto supedita la posición y la integración de la mujer en determinadas realidades históricas.
Aparición del término “género”
El término empezó a circular con significado propio hacia los años 70 en discursos feministas, aunque es verdad que en 1.949 apareció explicado en el libro El Segundo sexo escrito por Simone de Beauvoir. A finales de los 80 y principios de los 90 se empieza a ver en América Latina cómo el concepto obtiene constancia. Es entonces cuando las estudiosas feministas consiguen establecer en la academia y las políticas públicas la “perspectiva de género“.
En 1955 fue John Money quien propuso el término “papel de género” para describir el conjunto de comportamientos achacados a los hombres y a las mujeres.
Sistemas de género
Según Barbieri -1990- los sistemas de género son conjuntos de prácticas, normas y valores sociales que las sociedades confeccionan a partir de la diferencia sexual anatómico-fisiológica y que dan sentido a las relaciones entre personas sexuadas.
¿Qué supone la perspectiva de género?
La perspectiva de género supone reconocer las relaciones de poder que suceden entre los géneros, discriminantes para las mujeres y beneficiosas para los hombres. Estas relaciones, son propias de las personas y han sido preparadas e integradas social e históricamente. Esto a su vez, facilita las diferencias de clase por ejemplo, ya que traspasa toda la estructura social.
Los estudios de género
Hoy en día las universidades ofrecen una amplia variedad de oferta educativa relacionados con la igualdad de género: políticas públicas, estudios feministas, violencia de género, etc.
Pero, ¿para qué sirven los estudios de género?
No se puede negar que existe una oferta educativa en este ámbito, pero en la práctica no se ve la coherencia de impartir algo que luego no se pueda poner en práctica. Generalmente esto se da por la falta de recursos, no se ve por ejemplo, a profesionales en estudios de género en ámbitos como la política o los medios de comunicación, lugares en los que debería cuidarse el respeto a la hora de tratar estos temas.
La realidad es que existe una demanda de las personas que trabajan a favor de la igualdad en los servicios sociales. Cada vez existen más casos difíciles de tratar o por lo menos, casos que hay que tratar de diferente manera, como pueden ser mujeres objeto de trata o violencia, mujeres inmigrantes maltratadas, etc. En estos casos, la perspectiva de género ayuda a no trabajar con estereotipos.
la exclusiva mirada masculina, ha generado en la Historia una fuente de prejuicios de género en la producción de conocimientos. No es solo cuestión de acceder a la investigación, sino de formar la propia ciencia. Es necesario incluir la perspectiva femenina. El entramado de la ciencia, por ejemplo, tiene rumbos sexistas.
Las barreras de la sociedad continúan con la discriminación por sexo, con fronteras segregadoras que implican la construcción de un orden de representación simbólico, constitutiva de las bases principales sobre las que se asientan los valores sociales, tiene que ser, por tanto, precursora en la construcción paritaria del conocimiento.