“Plan Badajoz”: la colonización de Extremadura en la posguerra
Extremadura, agosto de 1936. Las tropas del general Yagüe llevan a cabo la que sería como conocida “masacre de Badajoz“. Las calles de Badajoz se teñían de sangre republicana, de sangre de valientes campesinos que “puño en alto” tuvieron el coraje y la valentía de luchar por las tierras que trabajaban ( reforma agraria).
Tras los ríos de sangre y la barbarie, llegó la hambruna. Muchos campesinos yacían en cunetas o en fosas comunes. El campo se moría poco a poco; la escasez de trigo era el preludio de una hambruna consecuencia de la barbarie. Los pueblos se iban despoblado poco a poco. El tiempo pasaba y la despoblación y la miseria iban creciendo.
El 5 de abril de 1952 era aprobado por las cortes franquistas el “Plan Badajoz“, programa económico de la posguerra que consistía en repoblar las tierras afectadas por la limpieza ideológica. Esas tierras serían colonizadas mediante la “ruralidad nacional” y la mitificación de la familia rural católica. Familias que trabajarían las tierras robadas a los republicanos. Una fuerte propaganda política y social.
El “Plan Badajoz” tenía como objetivo la regulación del Guadiana, un rosario de embalses, presas y acequias, red de carreteras y vías férreas. Así como la colonización de las tierras. Se lleva a cabo una transformación de los tipos de cultivo, paso del secano al regadío. Cereales de verano( maíz, arroz y sorgo), cultivos industriales, frutales y hortícolas.
La ceguera en colonizar las tierras con el gen “nacionalsocialista” por parte de Franco, le hizo obviar las necesidades técnicas a tener en cuenta para el triunfo de la colonización. La transformación de los campos de secano en regadío sin previo estudio agronómico dieron como resultado una baja productividad.
La despreocupación en el fomento de la industria alimentaria se limitó a la venta de productos sin transformar.
El desarrollo económico en la zona tras el “Plan Badajoz” que finaliza en 1975 con la muerte de Franco, fue un fracaso total. La ausencia de un desarrollo paralelo de la industria agroalimentaria al cambio de cultivos no solo fue un fracaso agronómico, sino que no acabó con la hambruna.
Otro fracaso del dictador creado para intentar tapar la hambruna extrema a la que sumió a España. Ni sus embalses, ni sus carreteras, ni sus planes de colonización consiguieron acabar con el hambre que él mismo sembró.