Después de una repetición de elecciones generales, las diferentes formaciones del Gobierno, empezaron a mover ficha para hacer pactos y formar Gobierno. Una de las formaciones que acordó apoyar al Gobierno PSOE-UP, fue el PNV.
Antes de que la crisis sanitaria tomara el cariz actual, las relaciones entre el gobierno español y el PNV eran cordiales, políticamente hablando. Tan cordiales que habían cerrado un acuerdo para aprobar los Presupuestos Generales del Estado. Algo necesario en un gobierno para poder tomar medidas y ponerlas en práctica, cubriendo las necesidades de la sociedad que gestionan.
Cuando hace dos semanas Pedro Sánchez anunció el estado de alarma, el PNV se mostró crítico. La formación jeltzale aludió a que la gestión en el País Vasco estaba siendo correcta y por lo tanto, no veía la necesidad de que el Gobierno central gestionara ciertas competencias, como Sanidad o Interior.
El PNV no criticó la militarización de las calles, lo que ellos criticaron fue que no tuvieran ellos la última palabra, que no fueran ellos los que lideraran aquello.
Así es como empezó la batalla de egos que ha culminado en una rabieta burguesa. Cuando hace pocas horas se ha conocido la noticia del cese de actividad prescindible, el PNV ha reaccionado.
Iñigo Urkullu, lehendakari de Euskadi, usando las redes ha compartido una misiva dirigida Pedro Sánchez. Por un lado, critica las formas -que lo haya hecho público antes de explicarlo a otros presidentes autonómicos-, y por otro le propone facilitarle una lista de empresas que considera deben abrir para que el Gobierno español le dé el visto bueno.
Los jeltzales también se han quejado que el Gobierno español no les facilitara, de manera urgente, una lista de las empresas consideradas indispensables.
Y así se ha llegado a conocer que el PNV ha comunicado al PSOE que no apoyará los Presupuestos Generales debido a la nefasta gestión de la crisis. Esto ha llevado al Gobierno a barajar dos opciones: elecciones anticipadas o conseguir el apoyo de C’s.
Motivos reales del “no” del PNV al apoyo de los PGE
El PNV no apoyará los Presupuestos Generales del Estado. La razón dada por la derecha vasca, se basa en las formas que el Ejecutivo ha mostrado a la hora de informar de las medidas tomadas.
Aunque lo que realmente le ha molestado al PNV es que el Gobierno español le haya quitado poder de gestión y de decisión. Porque el PNV es la derecha vasca y como tal, su prioridad siempre es la Patronal, las empresas y sobretodo, la felicidad de los empresarios.
El PNV es aquel niño del colegio que siempre va bien vestido y bien peinado y es un repipi. Ese niño que aún queriendo todos jugar al escondite, si el quiere jugar a chapas, se juega a chapas. Y ¡ay! como le obliguen a jugar al escondite, él jugará, pero la venganza será dulce.
Y así ha sido. Cuán niño enrabietado, ha hecho saber que no apoyará los presupuestos. Me pico y no respiro. Pero, ¿qué es lo que quiere conseguir el PNV con esta actitud?
El PNV, conoce muy bien el juego político, sus reglas y sobretodo, las estrategias para jugar en este tablero. No da paso sin valorar los diversos contextos que pueden formarse y el paso que dé, será aquel que le acerque más a su objetivo.
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Esta posición que ha tomado hace tiempo que la tiene estudiada. Le da igual formar gobierno con un partido o con otro, lo único que le importa es que la coalición que gobierne le deje hacer.
El PNV siempre ha sido el altavoz de la Patronal, ahora también. Porque el PNV es la Patronal y sus objetivos son los de la Patronal. Tenemos como ejemplo aquellas palabras de Urkullu cuando la estiba de Bizkaia estaba en huelga.
Resultó triste, que no sorprendente, ver al lehendakari de todos los vascos, hablar a favor de los explotadores y pisar el derecho a huelga de los obreros.
Como este existen muchos ejemplos, la gestión del PNV siempre ha sido alrededor de las directrices empresariales. Se vio en los casos de corrupción del Oasis Vasco, en los chanchullos de amiguismos en lo relativo a la gestión del desastre del vertedero de Zaldibar.
Y aunque presuma de una sanidad y educación de calidad, también se ve en la gestión de recursos en estos dos ámbitos, donde no les tembló la mano a la hora de meter la tijera y recortar. Mientras que con la otra mano les daba dinero a los centros concertados.
No sería de extrañar que hubiera sido el propio, presidente de Confebask, Eduardo Zubiaurre, el que le ha escrito el discurso a Iñigo Urkullu.
Y si no se quiere mirar más allá, basta con ver lo que sacó con Rajoy cuando aprobó los presupuestos del estado.
El PNV, los mejores trileros políticos.
¿Ha sido tan nefasta la gestión del Gobierno?
La gestión del Gobierno en la crisis sanitaria actual no ha sido perfecta y se han cometido errores, ¿pero ha sido realmente tan horrible como dice el PNV, si se compara con la gestión de la pasada crisis económica?
Si se analizan las dos crisis, lo primero es marcar el contexto. Tanto en la crisis económica como en la crisis sanitaria, el PSOE estaba/está en el Ejecutivo. La diferencia, en lo relativo a la formación de Gobierno, reside en que antes trabajaba con el PP y ahora lo hace con Unidas Podemos.
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Cuando el PSOE tomaba medidas con el PP, se centró en salvar a la banca, a costa de la precarización de gran parte de la sociedad. Una de las primeras medidas que tomó fue cambiar la Constitución para convertir la deuda privada en pública.
En el contexto actual, en cambio, se han aprobado medidas, que aunque algunas puedan ser insuficientes, protegen -con los límites que da el juego político, obviamente- a sectores olvidados en la crisis anterior.
La diferencia está en la formación de Gobierno, en los partidos fuertes, en el que uno (UP) ha apostado por trabajar en medidas sociales recogidas en un Plan Social que intente paliar las consecuencias actuales y las consecuencias futuras.
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¿Quiere esto decir que no habrá recortes? ¿Que no habrá consecuencias económicas precraias?
No, el sistema es el que es, un sistema capitalista y como tal tiene sus límites. Lo único que enseña es que aunque haya que seguir trabajando, en el Gobierno hay formaciones que proponen medidas sociales. Que tienen en cuenta las necesidades de la sociedad.
Los recortes son muy probables, es ahí donde le tocará a la sociedad coger las calles y luchar por no acabar pagando lo mismo que con la crisis económica.
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