¿Tiene futuro el posible proyecto a nivel estatal de Íñigo Errejón?
El ex de Podemos, tras observar los resultados de las elecciones, tanto en el Ayuntamiento de Madrid como en la Comunidad Autónoma que acoge a la capital del Estado, parece haber decidido apostar por una idea que esperaba a germinar.
Tras la ruptura política con Pablo Iglesias a raíz de la estrategia que debía seguir Podemos -relación con IU entre otras cuestiones como mantener el populismo de izquierdas-, y perder internamente en Vistalegre II, Íñigo Errejón, quién había empleado un tono agresivo en la campaña interna aliñado con acusaciones contra compañeros, sufrió un descenso a los infiernos que no supo gestionar dentro de la organización.
Su venganza política se dio a conocer el mismo día en que Podemos cumplió cinco años, Íñigo Errejón destrozaba al campo progresista madrileño con el lanzamiento de su candidatura a la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), creando un verdadero cisma al revelar que había arrebatado a Unidas Podemos el apoyo de la exalcaldesa Manuela Carmena.
La izquierda tardó en recomponerse, evidenciando enormes problemas en el seno de la coalición UP. La pelea pública entre Podemos e IU, permitió a Íñigo Errejón adelantar posiciones sin oposición de sus inmediatos competidores, aprovechando la proyección mediática que le había regalado Pablo Iglesias al hacerlo meses antes candidato de UP a la CAM.
En este contexto, Íñigo Errejón arrasó a Isabel Serra, la candidata de Unidas Podemos a la comunidad, y por su parte, Manuela Carmena invisibilizó a Carlos Sánchez Mato, la apuesta de Podemos e IU al consistorio madrileño. Resultados que han motivado al seguidor de Ernesto Laclau a impulsar la última fase de su estrategia: pasar a nivel nacional para superar a Podemos.
Sin embargo, existen ciertos riesgos que el político no ha tenido en cuenta, o no los considera determinantes a la hora de que sean lo suficientemente peligrosos como para influir en los escenarios que maneja. La base del proyecto e impulso principal era la imagen de Manuela Carmena, una variable que ya no existe y que además ha abierto la puerta a nuevos obstáculos.
Íñigo Errejón contaba con el apoyo de la exalcaldesa, y el ejemplo de su gobierno en el Ayuntamiento de Madrid para conquistar a votantes tanto del PSOE como de UP fuera de la CAM. Sin embargo, al perderlo, esperaba que a la dimisión de la alcaldesa le siguieran las de sus más cercanos colaboradores, dejándole a él el espacio para que lo gestionase de la mejor manera en busca de alcanzar sus objetivos. Sin embargo no ha sucedido así, y se ha desencadenado una disputa interna que lo podría dejar bastante debilitado en caso de perder.
Por otro lado, en su círculo político más cercano están presentes diferentes políticos que han demostrado ser oportunistas, cambiando de partido varias veces en los últimos años en función de los puestos de salida en listas que se les ofreciera, abandonado organizaciones en pleno ciclo electoral al recibir una oferta mejor, lo que provoca desmovilización en la militancia y en el voto, además de problemas internos.
A estos problemas se le suma la propuesta política de Íñigo Errejón. De concepción patriótica, tendría difícil entenderse a largo plazo con diferentes socios nacionalistas que el político madrileño espera quitar a su antigua formación. Su buscada ambigüedad que le permite tender la mano a Ciudadanos a la vez que al PSOE, no le permitirá arrebatar votantes en el espacio de la izquierda, pese a que su discurso haya girado a la izquierda para competir contra UP, y sus propuestas programáticas, que aceptan de buen grado las donaciones de Amancio Ortega, se dirigen a un sector que ya ha sido conquistado de nuevo por el PSOE.
Sin embargo, Íñigo Errejón cuenta con el apoyo de importantes emporios mediáticos, que han visto una oportunidad para que una fuerza que no cuestiona el Régimen del 78, sea la que ocupe el espacio de la izquierda alternativa, por lo que le darán espacio en tanto les sirva para desplazar hacia la marginalidad a Unidas Podemos.