Presentamos una nueva sección llamada Desarticulando la Información. En ella cogeremos noticias de medios de comunicación en las que exista falsificación de los datos, ocultación de la verdad o cualquier otra circunstancia que no se ajuste a la ética periodística, y la desarticularemos para mostrar la manipulación a la que los medios de comunicación de masas someten a la información.
El papel de todo mediador es mantenerse neutral sin tomar parte por ninguno de los integrantes que participan en el diálogo. Y eso es lo que ha hecho el expresidente de España José Luis Rodríguez Zapatero en su mediación entre el gobierno y la oposición de Venezuela. Algo que ha molestado a la derecha, que contaba con que el político español siguiera el guión con el que Rex Tillerson visitó Sudamérica la semana pasada.
El País ha dado voz a la derecha en una noticia que ha titulado Zapatero, el mediador imaginario en Venezuela, y que ha subtitulado con las nulas intenciones del chavismo de garantizar elecciones libres dinamitaron la mesa de diálogo de República Dominicana, con el respaldo del expresidente español. ¿Está El País diciendo que Zapatero no respalda la garantía de unas elecciones libres y que, a causa de eso, se ha dinamitado la mesa de diálogo? Eso es mucha agresividad, pareciera que a Felipe González y a Carlos Slim les ha entrado la prisa por hacerse con PDVSA.
El periódico español escribe que el chavismo, que nunca se avino a hacer concesiones, mantuvo las riendas del proceso para tratar de imponer sus condiciones. Las fuerzas opositoras, sin candidato y con unos líderes inhabilitados o privados de libertad, se negaron a suscribir el documento que diseña la celebración de unos comicios sin garantías democráticas. Pocas horas después de que se consumara el fracaso de las negociaciones, el Consejo Nacional Electoral, controlado por Maduro, fijó para el 22 de abril la celebración de unos comicios con unas reglas del juego y unos tiempos que favorecen al chavismo.
Una de las peticiones históricas de la oposición era la Convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, hasta que el gobierno de Maduro accedió. Entonces se posicionó contra ella. El chavismo lleva haciendo concesiones -arresto domiciliario de Leopoldo López– desde mucho antes de que el diálogo fuera reconocido por la oposición. Otra de las principales reivindicaciones de la derecha era adelantar las elecciones presidenciales. Un punto en el que el gobierno de Nicolás Maduro también accedió. Ambas partes llegaron a un acuerdo, el 22 de abril. Pero al hacerlo oficial la oposición volvió a ponerse en contra de una decisión en la que ellos mismos habían participado.
El País no comenta porqué las fuerzas opositoras no tienen candidato. Da a entender que es porque sus líderes están inhabilitados o encarcelados. Lo normal en una dictadura. Por ejemplo, Leopoldo López, tras llamar a la violencia a sus seguidores, éstos provocaron más de 40 muertos. ¿Debería estar en libertad? El País cree que sí. Capriles Radonsky, siendo gobernador de Miranda, no presentó la Ley de Presupuesto para el ejercicio fiscal de 2013 ante el poder legislativo del estado, firmó acuerdos internacionales sin autorización legal y eligió contratistas para ejecutar obras públicas a dedo saltándose el procedimiento legal de selección.
El propio presidente de República Dominicana, país anfitrión de los diálogos, Danilo Medina, dijo que en el acuerdo existían plenas garantías en todos los puntos acordados, incluyendo las elecciones. Por ejemplo uno de los puntos sobre las presidenciales alcanzado por ambas partes establecía lo siguiente: renovación de la directiva del CNE. Acompañamiento internacional y observación internacional conformada por la ONU y representantes de los países acompañantes en el diálogo.
La renovación de la directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE) era otra de las reivindicaciones de la oposición que el chavismo aceptó, otra muestra más de que El País tuerce la verdad al expresar que el gobierno nunca se avino a hacer concesiones. Maduro debe llevar un pésimo control sobre el CNE para no lograr hacerse con gobernaciones importantes que están en manos de la oposición desde las elecciones regionales del año pasado. Cualquiera diría que las elecciones son limpias, incluso la derecha que va a vigilarlas resulta engañada por el régimen puesto que no ven ese control del árbitro electoral. ¡Hasta las auditorías salen bien y la propia MUD lo reconoce! A final va a resultar que Zapatero no es el único comprado por la dictadura venezolana, ¡todo el mundo lo está! ¡Es una conspiración!
Lo que tampoco dice El País es que la oposición firmó un preacuerdo en el que mostraba su acuerdo con los seis puntos del documento final y su disposición de firmar el texto definitivo. Así lo dijeron tanto Danilo Medina como José Luis Rodríguez Zapatero, quienes se quedaron visiblemente frustrados y sorprendidos de que la oposición no firmase en el último momento, tras recibir Julio Borges una llamada desde Colombia, donde casualmente se encontraba Rex Tillerson, el Secretario de Estado de los Estados Unidos (EEUU).
El periódico español continúa su texto: José Luis Rodríguez Zapatero es una de las figuras de este fracaso. El expresidente español, mediador entre dos partes enfrentadas, terminó, según las fuentes consultadas, por inclinarse hacia un lado, el de Maduro, después de dos años volcado en un proceso que cerró la mayoría de puertas.
Lo decía ayer George W. Bush y lo dice hoy Donald Trump, o estás conmigo o contra mí. José Luis Rodríguez Zapatero, al igual que Danilo Medina, no entendieron cómo la oposición no firmó el acuerdo de paz en el último momento tras haber aseverado que iba a hacerlo, y mostrado esa voluntad estampando su rúbrica en el preacuerdo unas horas antes. Quizá ambos debieron haber asumido el guión que Rex Tillerson llevó a Sudamérica como lo han hecho el presidente colombiano y el peruano. Uno militarizando la frontera y creando bases militares, y el otro expresando que no reconocerá el resultado de las elecciones. A no ser que gane la oposición, como en las gobernaciones y alcaldías que ganaron en 2017, como en la Asamblea Nacional que ganaron en 2015, como en el referéndum constitucional que ganaron en 2009…
El País redacta: una de las mayores críticas que ha recibido la intervención del expresidente español es que asumió con naturalidad la actitud del Gobierno de Maduro. Hasta el punto de que trató de convencer a la oposición de que tenía que entender que el Ejecutivo de Maduro no cree en la “alternabilidad”, como coinciden en señalar al menos cuatro fuentes. “Terminó por convertirse en un mensajero, no en un mediador”, aseguran varios asistentes.
Tendremos que creérnoslo como un dogma de fe del periódico que quiso hacer pasar la foto de un mexicano en quirófano por el presidente Hugo Chávez enfermo de cáncer. Porque no se puede comprobar. ¿Qué cuatro fuentes? ¿Espera El País que con poner un número mayor a uno aumente la credibilidad de la información? ¿Quienes eran los asistentes? ¿Formaban parte de la diplomacia que acompaña el proceso de diálogo?
Sin embargo al periódico español le conviene que no se pueda demostrar su relato de ciencia ficción ambientado en una realidad paralela, porque cuando se pueden contrastar los hechos reales con las fantasías del rotativo, éste queda en evidencia. El resto del texto relata la imposición del 22 de abril por parte del gobierno, la falta de voluntad de acuerdos del chavismo y de la falta de garantías en las próximas elecciones. Pero luego llega el presidente dominicano Danilo Medina, y dice que en el acuerdo estaban recogidas las garantías necesarias para celebrar unas elecciones en condición de igualdad, que la oposición acordó con el gobierno la fecha del 22 de abril y que las reivindicaciones opositoras fueron asumidas por el ejecutivo de Nicolás Maduro. Alguien miente, ¿El País o el presidente de República Dominicana?