Una de las características más llamativas de los medios de comunicación españoles es el tremendo caso que hace a lo que ocurre dentro de las instituciones y el poco caso que se hace a lo que ocurren fuera de ellas. Tanto en el plano de las movilizaciones como en el plano de la vida de las clases más altas, a no ser que sea para hablar de sus romances y desasosiegos vitales o para mostrar sus lujosas casas. También es posible encontrarnos reportajes parecidos a las elegías que se hacían a los líderes de países dictatoriales cuando personas como Emilio Botín fallecieron cómodamente y en los mejores hospitales. No hay más que ver la poca información existente acerca de Luis Riu Güell, el protagonista de esta noticia que ayer fue detenido en Miami por sobornar a funcionarios mediante, sobre todo, ofrecimientos en estancias de lujo de las que es propietario ya que es el dueño de la cadena de hoteles RIU Hotels.
Aunque la información acerca del señor Riu es escasa, un artículo de El Confidencial de junio de 2017 habla de cómo su abuelo compró un hotel en Palma de Mallorca y en la segunda y tercera generación –sobre todo en esta última a la que pertenece Riu Güell— el negocio de la hotelería de playa explotó y los Riu fueron invirtiendo en más y más construcciones hasta ser la segunda hotelera española solo por detrás de Meliá. Este fue el momento del pelotazo turístico con complejos a pie de playa no solo en España sino también en diferentes enclaves en el Caribe, como República Dominicana o Jamaica. Para la posteridad quedará aquel anuncio recordado por la mayoría de españoles en el que un tal Curro se iba de vacaciones a unos de esos paradisíacos lugares. Por supuesto, dicho artículo de El Confidencial no dejaba de tener ese tono de halagador que parece salido del propio de un departamento de recursos humanos de una empresa: “Nueva York era un sueño para Luis Riu. Llevaba mucho tiempo buscando una localización adecuada. Lo lograron junto a Times Square”. El señor Riu es un soñador que heredó varios hoteles. Vanity Fair ayer mismo dedicó otro glorioso artículo a Riu Güell en el que no nombraba su detención y presentaba al empresario como “amante de la música” y un tipo “nada rancio. Tuvo una época muy fiestera. En Punta Cana abrió un discoteca que llamó Pachá y donde él mismo pinchaba”. Lo normal, vaya.
Pese a que en un principio esta empresa todavía familiar manejada por un linaje y sin participación en bolsa solamente invertía en hoteles de playa o en lugares hasta el momento no explotados, finalmente se decidieron por explotar la hotelería urbana en distintas ciudades como Miami, Panamá. Ambos lugares con una fiscalidad extremadamente baja para los grandes capitales. De hecho, la hotelera trabajó con el despacho Mossack Fonseca, el mismo que estuvo envuelto en el escándalo de los Papeles de Panamá, ante lo que RIU Hotels comunicó que “cumple con las leyes tributarias tanto en Panamá como en España. Se trata de cuentas y sociedades oficiales y legalmente constituidas”. Realmente, no tiene por qué ser mentira dado que es legal ser español, estar bien visto por la prensa pero llevar la fortuna a lugares de baja tributación mientras no ocultes el dinero que posees a través de testaferros o secreto bancario.
El negocio de RIU Hotels era tan exitoso que el patrimonio de la familia Riu 1.000 millones de euros y la escuela de negocios Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE) incorporó hace más de 15 años a RIU como uno de los casos de estudio empresariales para ser analizado por sus alumnos. Efectivamente, como ustedes están pensando, a los señores Riu no les llegaba con tener arreglada su vida por generaciones y en las escuelas de negocios se estudia a gente de este tipo como un ejemplo vital.
Pero todavía queda una última cosa, ¿se acuerdan del Edificio España de Madrid? La multinacional inmobiliaria Wanda compró dicho edificio pero se encontró con problemas para reformar su fachada y finalmente se lo vendió al Grupo Baraka de Trinitario Casanova, otro empresario investigado por alterar el valor de las acciones del Banco Popular, hoy quebrado con escándalos de por medio para sus accionistas, que perdieron todo su dinero invertido. Además, se dudó de que efectivamente Casanova tuviese la liquidez para comprar el Edificio España por 272 millones de euros y Riu se lo compró a Casanova por el mismo precio. Wanda había pagado por él 265 millones en 2014 y Riu tenía proyectado invertir alrededor de 400 millones en su reforma. A cambio, Casanova gestionaría el centro comercial de tres pisos que abriría en el Edificio España aparte del hotel. Si los precios de la vivienda suben, es por operaciones financieras de este tipo.