La alcaldesa de Madrid ha movido pieza, no como un movimiento más encuadrado en la partida de ajedrez de la confluencia en Madrid, sino como un jaque mate a la izquierda que la aupó al Ayuntamiento de la capital de España. Manuela Carmena no ha esperado a las primarias de Podemos para presentar su proyecto con el que espera revalidar su cargo.
Manuela Carmena ha dado a conocer que se presentará al frente de una agrupación de electores -cuando Podemos e IU habían acordado una coalición electoral-, en la que ella escogerá a su equipo de confianza que situará en los primeros puestos de la lista electoral, para garantizarse una reducción de la influencia de Podemos e IU, y poder gobernar lejos de las coordenadas ideológicas de la izquierda, que le han impedido, por ejemplo, aprobar la Operación Chamartín.
La alcaldesa dio a conocer la existencia de este proyecto sin comunicárselo previamente ni a Podemos ni a IU, para garantizar que las formaciones políticas no pudieran hacer ninguna maniobra que pudiera impedir la materialización de Más Madrid, aumentando así las posibilidades de que aceptasen su estrategia personalista.
La situación no es más que la expresión final de las tensiones que Manuela Carmena provocó desde el día uno. La exjueza nunca terminó de aceptar su posición como representante de una unidad muy frágil y heterogénea, ella entendió su papel como la líder que no tenía porqué seguir el programa político redactado de manera participativa por las bases, ni el motivo por el que no podía escoger a dedo a su equipo, ni porqué debía rendir cuentas y compartir las decisiones con los actores de Ahora Madrid. Una idea anticuada de entender la política, en la que los liderazgos siempre tenían el prefijo híper, y no “sufrían” el contrapeso de la democracia interna.
Más Madrid surge para colmar todos esos deseos de Manuela Carmena, quién quizá no ha sabido contener su ego, debidamente cultivado por sus más cercanos colaboradores, que conocen de sobra lo que dicen las encuestas, y poco les importa perder la alcaldía si mantienen sus asientos en el consistorio cuatro años más. Más adelante ya se verá, puesto que los expulsados de Podemos Madrid -muchos de ellos- llevan cambiando de chaqueta al mismo ritmo que cambian las direcciones y organizaciones que lideran la izquierda transformadora. Expulsados por cierto, por no querer someterse a la voluntad democrática de la militancia por si no salían bien parados y no conseguían acceder a puestos de salida.
El anuncio de Manuela Carmena es en realidad una explosión de todos los puentes que la comunicaban con Podemos e IU. La alcaldesa ha mostrado que irá a las elecciones con o sin ellos, y que si ambas fuerzas políticas quieren sumarse, deberá ser en un papel secundario, con una casi nula representación institucional y sin poder de decisión. Se abren por lo tanto dos escenarios para Podemos e IU.
Tragar con Más Madrid
- Efecto positivo en el corto plazo: Sin disputa no hay desgaste de la confluencia, por lo que habría posibilidades de retener la alcaldía de Madrid, lo que fortalecería a Unidos Podemos a nivel estatal.
- Efectos negativos en el corto plazo: Sin la participación en igualdad de condiciones de Podemos e IU, los fallos y las políticas neoliberales de Manuela Carmena no tendrían contrapeso, y afectarían negativamente a Unidos Podemos en el ciclo electoral de 2019. El posible efecto de ruptura que provocarían las políticas contrarias a los programas de Podemos e IU, (romper la alianza en mitad de la legislatura beneficiaría a Carmena, ya que Podemos e IU serían presentados por la prensa como los culpables de dar el ayuntamiento a la derecha, como sucedió en 2015 con el PSOE). El ejemplo de que un candidato pueda postrar a los partidos que lo apoyaron en base a su ego y a sus intereses individuales, podría provocar que otros lo hicieran.
- Efecto negativo en el largo plazo: Sentar precedentes que rechazan los métodos democráticos como base para construir la unidad popular. Una mala gestión de Manuela Carmena podría hundir a la izquierda en Madrid.
- Alternativa: Responder a Manuela Carmena de manera positiva, a la vez que se propone llegar a acuerdos en base a métodos democráticos como la confección de listas con el método dowdall, y una redacción participativa del programa electoral. De esta forma Podemos e IU obligarían a la alcaldesa a admitir públicamente que rechaza la democracia interna en favor de unas maneras autoritarias.
Mantener Ahora Madrid
- Efectos positivos en el corto plazo: No depender de la voluntad de Manuela Carmena, por lo que se pude construir una candidatura ilusionante en base al ejemplo de Ahora Madrid en 2015. Presentar un programa electoral de garantizada aplicación.
- Efectos positivos en el medio plazo: Poder condicionar las políticas del Ayuntamiento de Madrid con mayor posición de fuerza que estando en la candidatura de Manuela Carmena.
- Efectos positivos en el lago plazo: Garantizar una alternativa de izquierdas en los siguientes comicios una vez que Manuela Carmena no repita como candidata. Una buena labor tanto en el gobierno de la capital como en la oposición beneficiaría a Unidos Podemos en el ciclo electoral de 2019.
- Efecto negativo en el corto plazo: Perder la alcaldía de Madrid con la consiguiente campaña mediática en contra.