EEUU redobla su presión golpista en el campo internacional tras el fracaso de Juan Guaidó
Tras el fracaso de Juan Guaidó como líder del golpismo venezolano, Estados Unidos (EEUU) no está dispuesto a abandonar sus pretensiones golpistas después de los ingentes recursos públicos empleados en subvencionar a la oposición venezolana, en liderar una constante manipulación mediática contra Nicolás Maduro, -que ha llegado a ser respondida por medios como el New York Times y Forbes en favor del venezolano-, y en usar su diplomacia para que sus posiciones intervencionistas vencieran en los más importantes foros internacionales.
La administración de Donald Trump mantiene un apoyo mediático de bajo perfil a Juan Guaidó como excusa para sostener su ataque a Venezuela, que ayer se expresaba con ataques a su corazón eléctrico, y hoy con un nuevo intento de injerencia mediante vía diplomática, con el robo de divisas y las sanciones económicas como fondo inamovible.
La Organización de Estados Americanos (OEA) ha vuelto a demostrar que más que un foro de países, se trata de una herramienta de Estados Unidos (EEUU) para atacar a los gobiernos que no responden ante sus intereses. Esta organización supranacional no tiene capacidad para reconocer a presidentes, de hecho la OEA sigue reconociendo a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela.
Sin embargo, el secretario general del ente, Luis Almagro se ha saltado la propia legislación de la organización que dirige para reconocer al enviado por Juan Guaidó como representante de Venezuela. Un despropósito que carece de sentido al no ser Juan Guaidó reconocido por la OEA como presidente del país caribeño.
Como en las anteriores ocasiones, esta decisión no tendrá efectos a corto plazo en Venezuela, ya que la mayoría social está apoyando a Nicolás Maduro según las manifestaciones constantes que el chavismo celebra en las principales ciudades del país, y el ejército se mantiene fiel al presidente surgido de las urnas.
>>Venezuela sale a las calles masivamente contra el golpe de Juan Guaidó<<
Pese a ello la OEA sienta un precedente muy peligroso al aceptar como representante de un país a una persona nombrada por un golpista con vínculos con la ultraderecha.
Mientras tanto Jair Bolsonaro ha anunciado públicamente que, junto a su par norteamericano Donald Trump, está trabajando para crear fisuras en el ejército de Venezuela con el objetivo de iniciar una guerra civil que justifique la entrada de tropas extranjeras en el país bolivariano, una posibilidad que es defendida con vehemencia por Juan Guaidó.
El presidente de Brasil ha aseverado que existe la posibilidad de que el ejército de su país se una a las fuerzas militares de Estados Unidos si éstas deciden entrar en Venezuela, apoyando de esta manera el desgaste a base de amenazas que la administración de Donald Trump lleva empleando contra el país socialista desde su llegada a la presidencia.