Peligros y aciertos de la unidad de Podemos e IU en Madrid
Al final, cuando se podían contar los segundos sin necesidad de echar cuentas, Madrid en Pie (IU + Anticapitalistas) y Podemos llegaron a un acuerdo en la Comunidad de Madrid. La izquierda ya no tendría tres listas, sino que ahora serán dos: Unidas Podemos y Más Madrid. Las cuales competirán dentro del campo progresista con el PSOE, que solo mantiene su identidad de izquierdas en el discurso.
Sin embargo, el acuerdo llega forzando a una de las partes, IU Madrid. Tanto a su militancia como a su dirección. En un referéndum celebrado hace unas semanas, más del 60% de los militantes y simpatizantes de IU Madrid expresaron que preferían un acuerdo basado en métodos democráticos en vez de en las imposiciones del partido morado.
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Una vez conocido el resultado, contrario a la dirección federal, comenzaron las presiones. Unas actitudes políticas que han salido a la luz pública y que dejan en mal lugar a la recién formada coalición. Por un lado la dirección federal de IU se ha dedicado a desmovilizar el voto a la opción elegida por su militancia madrileña, aseverando que no iban a conseguir representación parlamentaria antes incluso de que haya comenzado la campaña electoral.
Un boicot a su propia federación al que hay que sumar, según algunas fuentes de la dirección de IU Madrid, amenazas de integrar a dirigentes de IU Federal en la lista de Podemos a la Comunidad de Madrid, que tendría el apoyo de IU frente a Madrid en Pie.
Esta situación, forzar la unidad en base a unos términos rechazados mayoritariamente por una de las partes, podría provocar una desmovilización de la propia militancia, que, al no creer en el proyecto, decida no hacer campaña. Que el principal núcleo del que debe nacer la ilusión que se contagiará a la sociedad, no apoye su propia opción electoral podría favorecer que se produjera lo mismo que en 2016: varios cientos de miles de votos en la abstención.
Por otra parte, existen elementos positivos. Podemos apadrinará la candidatura de Carlos Sánchez Mato (Madrid en Pie, MeP) al Ayuntamiento de Madrid, lo que supone un hecho fundamental a la hora de visibilizarse frente a Manuela Carmena, anterior compañera electoral de MeP. Sin los votos de Podemos, las opciones de la alcaldesa caen, mientras que las de Madrid en Pie suben, una situación que obligará a alcanzar pactos que podrían frenar la Operación Chamartín.
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Además la unidad garantizará que la barrera del 5% no deje fuera a ninguna de las candidaturas de la izquierda transformadora, lo que acercará la posibilidad de un acuerdo por la izquierda para la Comunidad de Madrid.
El pacto subsana en parte otro de los errores cometidos en el anterior ciclo electoral, en el que la izquierda transformadora no logró asentar la marca Unidos Podemos (UP), a causa de que se presentó en algunos lugares separada (y peleada, con acusaciones duras cruzadas) y en otros, incluso dentro de la misma provincia, juntos y bajo siglas diferentes.
Una situación que despistó a su base electoral objetiva, que ahora tendrá más fácil identificar la papeleta de los candidatos que se identifican con Pablo Iglesias y Alberto Garzón.