El Día del Trabajador, o Primero de Mayo, es el día elegido por el movimiento obrero mundial como fecha simbólica y clave para exigir, con más fuerza que nunca, condiciones de trabajo digno. Pero, ¿cuál es el origen de este día?
El Primero de Mayo nace en EEUU. Allí, en los años 80 del siglo XIX, la jornada laboral era de 12 a 16 horas, pudiendo la patronal extenderla según la necesidad a 18 horas. Ya desde mediados de aquél siglo, y con el desarrollo de la Revolución Industrial, se venían produciendo numerosos enfrentamientos y huelgas en EEUU y alentadas por Europa, donde se tomaba el ejemplo de la Comuna de París (1871).
Todas estas revueltas obreras en EEUU eran duramente reprimidas por la National Guard y la Policía.
Creció de forma brutal una crítica y desconfianza hacia el sistema por todo el país, pero sobre todo en aquellas ciudades plenamente industrializadas de la Costa Oeste.
Pero fue en Chicago donde la lucha obrera moderna comenzó a gestarse.
En la década de los 80 del siglo XIX, Chicago se encontraba repleta de trabajadores extranjeros, sobre todo de Europa, muy bien organizados y muy influenciados por las noticias que llegaban de su hogar. El ideal que prevalecía en esta enorme masa obrera era el anarquismo y el anarcocomunismo.
Muy pocos años antes había terminado la Guerra Civil en EEUU, que puso fin formalmente a la esclavitud. Los obreros eran salvajemente reprimidos por la patronal y la policía en esta ciudad.
Se formaron milicias de trabajadores para su defensa como la alemana Lehr und Wehr Vereins (Asociaciones de Estudio y Resistencia), el Club Inglés y la checoslovaca Francotiradores de Bohemia.
En esta década, eran frecuentes en la ciudad las acciones violentas de estas milicias, que incluían el asesinato con el objetivo de agitar a las masas.
Así las cosas, los trabajadores amenazaron con iniciar una gran huelga general si las condiciones de trabajo y la jornada laboral seguían siendo tan duras. Y la huelga comenzó el día 1 de mayo de 1886.
Ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa. Circular enviada a los sindicatos llamando a la huelga del Primero de Mayo.
Y bajo esta máxima, más de 200.000 trabajadores de todo el país acudieron a la huelga general.
Pero fue en la Plaza de Haymarket, durante una gran manifestación de más de 20.000 trabajadores, donde se produjeron los hechos que pasarían a la historia. Esta manifestación fue contra la empresa fabricante de maquinaria agrícola McCormick, y en demanda de la jornada laboral de ocho horas.
Los días 1, 2, 3 y 4 de mayo se sucedieron protestas, principalmente en las puertas de la empresa McCormick, que era la única fábrica de Chicago que seguía funcionando gracias a esquiroles. El 2 de mayo, la policía asesinó a 2 huelguistas que consiguieron acceder a la empresa.
El 3 de mayo, más de 80.000 obreros seguían agitando la ciudad.
Y finalmente, el 4 de mayo, en la Plaza de Haymarket, la policía reprimía con violencia las protestas cuando un desconocido lanzó un artefacto explosivo contra éstos, que ya habían dejado ese día varios muertos y heridos. La bomba lanzada asesinó a 7 agentes.
Las detenciones no tardaron en llegar. Y la prensa se plegó descaradamente a la represión con columnas como esta:
Qué mejores sospechosos que la plana mayor de los anarquistas. ¡A la horca los brutos asesinos, rufianes rojos comunistas, monstruos sanguinarios, fabricantes de bombas, gentuza que no son otra cosa que el rezago de Europa que buscó nuestras costas para abusar de nuestra hospitalidad y desafiar a la autoridad de nuestra nación, y que en todos estos años no han hecho otra cosa que proclamar doctrinas sediciosas y peligrosas!
Hubo ocho detenidos. Pasaron a la historia como “los mártires de Chicago“. De los ocho, cuatro fueron sentenciados a pena de muerte en la horca y ejecutados el 11 de noviembre de 1886:
- George Engel, alemán, Tipógrafo y periodista. 50 años. Ejecutado en la horca.
- Adolph Fisher, alemán. Periodista. 30 años. Ejecutado en la horca.
- Samuel Fielden, alemán. Obrero textil. 39 años.
- Albert Parsons estadounidense. Periodista. 39 años. Ejecutado en la horca. Fue candidato a la presidencia de los Estados Unidos.
- Louis Lingg, alemán. Carpintero. 22 años. Fue el único acusado que reconoció ante el juez estar dispuesto a usar métodos terroristas. Era experto en bombas. Se suicidó en su celda.
- Michael Schwab, alemán. Tipógrafo. 33 años.
- August Spies, alemán. Periodista. 31 años. Ejecutado en la horca.
- Oscar Neebe, estadounidense. Vendedor. 36 años.
No hablaré mucho, solamente tengo que protestar contra la pena de muerte que me imponéis, porque no he cometido crimen alguno (…) pero si yo he de ser ahorcado por profesar mis ideas, por mi amor a la libertad, a la igualdad y a la fraternidad, entonces no tengo nada que objetar. Palabras de Adolf Fisher ante el tribunal.
Pocos años después, en 1893, se reconocería que el juicio fue irregular y estuvo motivado únicamente por las ideas que profesaban los acusados. Los tres que fueron condenados a cadena perpetua fueron puestos en libertad en ese mismo año.
Let the voice of the people be heard! (dejad que se escuche la voz del pueblo). Albert Parson justo antes de ser ejecutado en la horca.
El Primero de Mayo fue declarado como fecha conmemorativa en el Congreso Obrero de la Segunda Internacional Socialista celebrado en París en 1889, en reconocimiento a los Mártires de Chicago.