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Principales propuestas de los partidos españoles para las elecciones europeas

Las elecciones europeas, Europa y la Unión Europea, excepto alguna alusión secundaria, quedaron en un segundo plano en el proceso electoral del pasado mes de abril. Pero desde el inicio de la campaña de las elecciones europeas tampoco es que sea un proceso que atraiga la atención de los ciudadanos españoles de forma abrumadora.

Las elecciones europeas cada vez le interesan a menos gente: la participación en la consulta de 1979 alcanzó el 63% del censo, mientras que en 2014 la participación no pasó del 42.6%, con un declive lento pero constante. Estas cifras dejan claro que la ciudadanía europea no se implica en estos comicios.

El proceso de elecciones europeas de 2019 es una oportunidad para que los ciudadanos europeos rompan esta tendencia desoladora de baja participación. Sin embargo, también hay que reconocer que en la última legislatura (2014-2019) el marco europeo ha sufrido una de sus mayores crisis políticas y de identidad, provocada por el Brexit, que ha dejado a la UE tocada y prácticamente paralizada en ciertos aspectos en los que no se apuesta por seguir el proyecto europeo común.

Este proceso ha hecho surgir una serie de partidos euroescépticos. Algunos gobiernos de la UE han quedado en manos de gobiernos autoritarios y euroescépticos (Hungría y Polonia, por ejemplo). Pero a éstos se han unido también el gobierno de Italia, uno de los países con una mayor tradición europeísta, y uno de los fundadores de la UE.

Las fuerzas antieuropeas necesitan un tercio de los escaños para poder bloquear el funcionamiento del Parlamento Europeo, pero también deberán reorganizar sus fuerzas para conseguir ser decisivos, ya que actualmente se encuentran diseminados en tres grupos diferentes, o se mantienen sin adscripción a ninguna familia. Esta fragmentación es la que impide una influencia real de estos grupos.

Otro frente ha sido la crisis migratoria, con la llegada de miles de refugiados, que ha puesto en entredicho la solidaridad europea. Los populistas han colocado en el centro del debate político el tema de la inmigración y, como resultado, los gobiernos de los países más solidarios han comenzado a pagarlo en las urnas.

Por ejemplo, en Alemania la ultraderecha ha entrado en el Bundestag como tercera fuerza, dificultando como nunca la formación de un gobierno estable. Paralelamente, la opinión pública se muestra contraria a la llegada de más refugiados: las últimas encuestas señalan que el 46% de los europeos rechaza que su país acoja más inmigrantes procedentes de países en conflicto.

Estos retos a los que se enfrenta el proyecto europeo, cuarenta años después de las primeras elecciones a la Eurocámara, están marcando profundamente el proceso electoral, aunque sigue sin despertar a los ciudadanos.

Los últimos sondeos electorales señalan que las formaciones políticas tradicionales (populares y socialistas) perderán influencia y, por primera vez, el sector tradicional quedará lejos del 50% de los votos y de la mayoría absoluta. Por eso, será necesaria una coalición con los liberales para poder generar una mayoría europeísta más amplia, que pueda enfrentarse a los sectores euroescépticos, que están en auge. Pero todo esto está en función de la incertidumbre ante la posible formación de coaliciones ante un panorama político más fragmentado que nunca y la posible aparición de nuevas alianzas.

Análisis de las propuestas electorales

En el marco español se elegirán 54 de los 751 diputados que nos representarán en el Parlamento Europeo. Y, siguiendo la tendencia general, en España también son unas elecciones que provocan poco interés entre los electores: según una encuesta del CIS, dos tercios de los encuestados admiten que apenas prestan interés a las convocatorias europeas, aunque más del 60% reconoce que las decisiones de la UE les afectan bastante o mucho.

A pesar de su importancia, ni los ciudadanos se interesan por la campaña, ni los partidos invierten tantos recursos en ganarlas, ni los medios de comunicación prestan tanta atención a sus debates (a excepción de los partidos nacionalistas catalanes, centrados en impulsar a sus líderes para llevarlos a Europa y sacarlos de la prisión o del exilio).

En el caso español, es posible que repunte la participación en 2019, debido al efecto llamada que tiene que el mismo día se celebren, en muchos sitios, elecciones municipales, autonómicas y europeas. Esta múltiple convocatoria puede favorecer que la ciudadanía, ya que va a votar, aproveche para participar también en las elecciones europeas. En 2014 votó el 43.81% del censo español, mientras que el conjunto de la media europea era del 42.61%. Pero, en general, se espera que la tendencia en el resto de Europa siga siendo la misma: una afluencia a las urnas en constante declive.

En España se presentan un total de 39 candidaturas, aunque las encuestas pronostican que sólo obtendrán representación en el Parlamento Europeo PSOE, PP, Unidas Podemos cambiar Europa, Ciudadanos, VOX, Ahora Repúblicas (ERC, Bildu y BNG) y Junts per Catalunya, Coalición por una Europa Solidaria (que encabeza el PNV) y Compromiso por Europa (Compromís y En Marea).

Los candidatos de los diferentes partidos han presentado sus proyectos en diferentes debates, entrevistas y mítines, con la vista puesta en el futuro de las instituciones europeas, pero también centrados en la relevancia que puedan tener las fuerzas nacionalistas en la eurocámara.

Hay asuntos que preocupan al conjunto de los europeos, como son la inmigración, el terrorismo, las finanzas públicas y el cambio climático, además del desempleo. Por tanto, todos los partidos se muestran favorables a impulsar el empleo y la innovación, proteger las ayudas a los agricultores españoles, a luchar contra el cambio climático y a una inmigración regulada.

Partido Popular:

  • Reforzar el papel de España y defender los intereses del país, ante los desafíos que la UE tendrá que afrontar en los próximos años, como el Brexit
  • El nuevo marco financiero plurianual: que tenga entre una de sus prioridades la lucha contra la inmigración ilegal.
  • La protección del medio ambiente. Impulsar los objetivos medioambientales del bloque comunitario.
  • La lucha contra el terrorismo. Garantizar la eficacia de la política de seguridad y de defensa, para reforzar la colaboración judicial y policial, y los mecanismos de intercambio de información ante los nuevos desafíos.
  • Resolución de las crisis migratorias.
  • Resolución de las crisis comerciales. Desarrollo de una ambiciosa política en materia comercial y de derecho de la competencia, que permita a la UE liderar la escena internacional y competir en igualdad con las grandes potencias comerciales.
  • Defensa de la posición española en referencia a Gibraltar ante las instituciones europeas.
  • Reforzar los programas educativos a nivel europeo.
  • Expansión de las redes e infraestructuras de telecomunicaciones seguras, priorizando la relación transatlántica.

Partido Socialista:

  • Reforzar el papel de España para que sea activa, relevante e influyente en la UE, y que eso redunde en beneficio de toda la ciudadanía.
  • Participación activa en los principales debates sobre la construcción europea (Brexit, Gibraltar y la política migratoria).
  • Mejora de la asistencia a Marruecos para combatir los flujos irregulares de migrantes y nuevo acuerdo de pesca.
  • Establecimiento de los objetivos de uso de las energías renovables para 2030.
  • Seguro Europeo de Desempleo, para relanzar el concepto de ciudadanía europea.
  • Creación de un ejército europeo.
  • Puesta en marcha del Pilar Europeo de Derechos Sociales.
  • Política migratoria basada en los principios de solidaridad y responsabilidad.
  • Política comercial progresista e inclusiva, basada en las reglas multilaterales.
  • Código de conducta europeo para las exportaciones de armas y equipos militares.
  • Es necesaria una más y mejor Europa, más activa ante los grandes retos transnacionales, más ágil y democrática en su toma de decisiones: abolir los vetos nacionales, eliminación de la exigencia de unanimidad en determinadas políticas, que el Parlamento Europeo co-decida en la totalidad de materias con el Consejo de Ministros de la UE.

Ciudadanos:

  • Persigue una España líder en una Europa más unida, porque Europa es el mejor lugar para defender los intereses de España.
  • Avanzar en la integración europea en temas como la fiscalidad, defensa y política exterior, para proteger mejor a los españoles.
  • Impulso de un sistema europeo de migración y asilo, que permita atender adecuadamente a todos los refugiados que Europa se comprometió a acoger y que alivie la presión sobre las fronteras de España.
  • Reformar la Euroorden para que la libre circulación de personas no pueda ser utilizada por quienes huyen de los tribunales (se cita expresamente a los líderes independentistas catalanes).
  • Reformar la Ley de Acción y del Servicio Exterior, para frenar la proliferación de embajadas autonómicas.

Unidas Podemos cambiar Europa:

  • Reestructuración coordinada de las deudas públicas, en el marco de la zona euro, con el BCE como institución encargada del proceso.
  • Fortalecer la cooperación europea y un desplazamiento progresivo del espacio atlántico (OTAN) al europeo (Política Común de Seguridad y Defensa), evitando duplicidades y mejorando las sinergias entre estados miembros y la eficacia como conjunto.
  • Objetivo para el 2020: cero muertes en el Mediterráneo. Protección del trabajo de las ONG de rescate y salvamento en el Mediterráneo, y supresión de las prohibiciones de salida.
  • Nueva Ley de Asilo, adaptada a la nueva realidad global actual, que incluya a quienes tienen que huir de su residencia por cuestiones medioambientales.
  • Oposición a cualquier acuerdo que desproteja a los españoles en el Reino Unido, ante el Brexit.
  • Relajación de los corsés fiscales impuestos por Bruselas.
  • Adopción de planes comunitarios de inversión pública y social, a través del Banco Europeo de Inversiones, para potenciar el horizonte verde y el nuevo modelo industrial.
  • Colaboración europea para recuperar los fondos del rescate bancario.
  • Rechazo de todos los acuerdos de libre comercio de “última generación”.
  • Gratuidad de la educación pública universitaria en todo el territorio de la UE.
  • Creación de un “seguro europeo de desempleo”.
  • Establecimiento de un suelo de gasto del 5% del presupuesto de la UE para políticas de promoción y defensa de la igualdad de género.
  • Plan contra el desempleo que supone la inversión de un 2.5% del PIB de la UE.

VOX:

  • Impulsar en Bruselas un nuevo tratado europeo, en la línea que defienden los países del grupo de Visegrado, en cuanto a fronteras, soberanía nacional y respeto por los valores de la cultura europea. Defender las fronteras de la UE y tolerancia cero con la inmigración ilegal.
  • Reducción del gasto político europeo.
  • Revisión del modelo de aplicación de la Política Agraria Común, de forma que las ayudas lleguen en mayor medida a quienes gestionan directamente las explotaciones agrícolas y viven principalmente de ello.
  • Abandono de los organismos supranacionales si son contrarios a los intereses de España.
  • Creación de una agencia para la ayuda a las minorías cristianas amenazadas (imitando una iniciativa de Hungría).
  • En el apartado de “defensa, seguridad y fronteras”, levantar un muro infranqueable entre Ceuta y Melilla, suspensión del espacio Schengen hasta que exista la garantía europea de que no lo utilizarán los criminales para huir de la justicia (en referencia a los políticos independentistas), ni lo aprovechen las mafias de la inmigración ilegal para introducir personas.

En general, las propuestas de los partidos se centran más en cuestiones nacionales extrapoladas a Europa, que en temas estrictamente europeos: importa más el cortoplacismo nacional que el bien común de la UE a largo plazo. Además, el sentido del voto estará marcado por la política nacional más que por los asuntos europeos. También, los ciudadanos europeos perciben las instituciones de la UE como entes lejanos, ajenos a su vida cotidiana y, por tanto, se interesan menos por participar.