¿Por qué tenemos que votar en las elecciones europeas?
¿Qué se cuece de importante en Europa?
Está claro que hablar de Europa en estos momentos es hablar del preocupante crecimiento de la ultra derecha, del uso partidista e inhumano de la inmigración, de la falta de legitimidad política de las instituciones de la UE, de políticas claras de lucha contra el cambio climático, etc. Y así, podríamos hacer una lista de de temas que llegaría hasta Bruselas.
No es poco relevante, como decía, entender el auge de la extrema derecha en muchos países de la UE -también en el Estado español-. Es chocante leer los programas políticos de partidos reaccionarios como el de la Lega Nord de Salvini o Rassemblement National de Le Pen y ver cómo usan términos tradicionales de los movimientos sociales críticos -que no contrarios- con la UE, para desacreditar el proyecto común europeo: “el modelo europeo está basado en tecnócratas que imponen sus decisiones a los estados miembros de la Unión (programa Lega Nord)”. Rassemblement National ya en el inicio de su programa habla de comportamiento impositivo, antidemocrático y opaco de las instituciones europeas. Su idea está muy clara; ganar influencia en Europa para reformar a su gusto Europa.
Otro de los grandes debates es el de la inmigración. Este es un tema que claramente se ve influido por la nefasta gestión de los refugiados. La situación caótica que se ha producido con este fenómeno, ha minado incluso a Angela Merkel. Muchos partidos hablan del control casi enfermizo de la inmigración, o de la reducción del espacio Schengen –Macron– pero ninguna receta es válida porque todas las propuestas surgen del interés de los estados y no de un interés común, de una política comunitaria integral.
En el fondo de estos debates existe una crítica profunda al desarrollo de las instituciones europeas que impide crear balances democráticos reales. Y un cierto temor a querer avanzar por parte de los estados y las instituciones europeas, en poder tener más capacidades de influencia como continente y como organismo deudor hacia sus ciudadanos.
Casos como el de la “no gestión” del Brexit por parte de las autoridades europeas es un reflejo muy claro de que a Europa le falta mucho como institución capaz de resolver problemas y no sólo de negociar sus consecuencias.
Y en la práctica diaria, cómo nos llegan estas políticas?
La UE dispone de competencias en múltiples ámbitos como aduanas, política monetaria, política comercial común y política pesquera, y comparte competencias con los estados miembros en políticas sociales, agricultura, medio ambiente, investigación etc.
A casa nos llegan infinidad de desarrollos legislativos comunitarios -en lo que se denomina Actos Jurídicos Vinculantes– pero también en forma de ayudas económicas como los programas de desarrollo comunitario FEDER, el programa educativo ERASMUS y ERASMUS+ o los fondos de ayuda al desarrollo rural (PAC) y a la pesca (FEMP).
La creación del espacio Schengen (1985) nos permite circular con libertad por toda Europa y a desarrollar una política económica comunitaria exenta de fronteras aduaneras. Veremos si con la aprobación del Brexit se abre la puerta a nuevos recortes de libertades de circulación entre ciudadanos del mismo continente.
Y por último, todos ya conocemos la moneda Euro que dirige nuestra vida monetaria comunitaria desde 2002. Pero existen cada vez más voces críticas con su valor real y las políticas bancarias del Banco Central Europeo.
¿Cómo estamos representados en Europa?
Cada estado miembro de la UE representa una única circunscripción electoral en estas elecciones. Aunque esto dificulta la representatividad de los partidos más pequeños o regionales.
El Estado español puede elegir hasta 54 diputados aunque su número crecerá hasta 59 si Gran Bretaña decide dejar la UE. Los electos son escogidos para representar sus estados o regiones en el Parlamento.
También tienen un peso fundamental el Consejo europeo (consejo de los estados miembros) y la Comisión Europea (comisión que propone “actos jurídicos” o leyes). Esta es una eterna discusión y una causa fundamental del mal funcionamiento de la UE.
Hay hasta 9 grupos políticos de diversas tendencias ideológicas en el Parlamento europeo -también tienen representación partidos regionalistas catalanes, vascos, irlandeses, escoceses- los resultados de estas elecciones pueden conformar un nuevo grupo de los partidos ultraderechistas del entorno de Salvini aunque no está claro el apoyo de Le Pen ni Orbán a este proyecto.
¿Por qué tenemos que votar en las elecciones europeas?
- Porque el inicio de todo sistema democrático se basa en la voluntad popular; votar.
- Porque la abstención solo ayuda al populismo reaccionario.
- Porque en Europa sucederán los grandes acuerdos políticos del futuro (política de lucha contra el cambio climático, acuerdos por la inmigración, nuevas políticas de control fiscal, etc).
- Porque tenemos que abrir nuevos debates sobre nuestros derechos (derechos de las mujeres, de los inmigrantes, de los jóvenes, derechos de participación política, etc) como ciudadanos, y qué mejor plataforma para hacerlo que la UE.