¿Por qué los que apoyan el golpe en Venezuela no quieren diálogo?
Que Juan Guaidó haya enviado a Noruega a representantes, para explorar junto con el gobierno de Nicolás Maduro una posibilidad de un diálogo entre ambas partes, solo significa que el golpista ha agotado todas las posibilidades antidemocráticas, sin lograr el objetivo de romper la voluntad del pueblo expresada en las urnas el año pasado. Más sencillo: Juan Guaidó ha perdido.
Como se ha demostrado con la posibilidad del diálogo, la intervención militar solo era una amenaza para desgastar al gobierno de Nicolás Maduro. Una manera de asustar a los bolivarianos para romper sus filas y permitir el derrocamiento del presidente constitucional.
Pero, ¿quiénes se oponen al diálogo? El gobierno de Donald Trump, el Secretario General de la OEA Luis Almagro, y los sectores más duros de la oposición. Y, lo más importante, ¿Por qué? Porque el contexto actual de Venezuela permite suponer que cualquier acuerdo que se tome en el diálogo favorecerá al chavismo.
>>La muerte política de la oposición venezolana<<
Esto sucederá no porque la izquierda venezolana cuente con mejores negociadores que la oposición, sino a causa de que el chavismo tiene más exigencias inapelables que la oposición. La derecha ha sometido al país a una batería de sanciones que han impactado en los ciudadanos, mientras que no ha obtenido una respuesta represiva por parte del ejecutivo de Nicolás Maduro.
Por lo tanto, en la búsqueda de un acuerdo, la oposición acudiría con la exigencia de la celebración de nuevas elecciones, cuando ya se han celebrado unas presidenciales hace apenas un año, reconocidas por la mayoría de la Comunidad Internacional, en las que participaron candidatos opositores como Henri Falcón y Javier Bertucci. El chavismo podría aceptar esta petición sabiendo que la derecha no tiene ya candidatos presidenciables, y a la vez exigir para cumplirla el fin de las sanciones, que mejoraría la situación económica del país en cuestión de semanas, situación que se identificaría con el gobierno de Nicolás Maduro.
Por otra parte la oposición podría pedir la liberación de los delincuentes comunes que ellos consideran “presos políticos“, a lo que el chavismo podría acceder sin problemas, a la vez que como contraparte solicite el fin del boicot interno para acabar con el desabastecimiento. Una nueva victoria de la izquierda que lo vendería como éxito de Nicolás Maduro. Puede hacerlo, pues es el presidente venezolano el que ha estado llamando de manera constante al diálogo.
>>Se evidencia la división de la oposición venezolana con los rumores de un diálogo con el gobierno<<
Llegados a este punto, la oposición no tiene más exigencias que hacer. Pero el chavismo sí, el fin de los ataques a las instalaciones de energía, el fin del paramilitarismo, del contrabando hacia Colombia, de la especulación con el dólar paralelo… Por lo que no sería descartable que por cada petición de la oposición, el chavismo exija el doble. Se lo puede permitir porque cuenta con un importantísimo respaldo social con el que la oposición no.
Las exigencias de la oposición son superficiales, no mejoran la vida de los venezolanos porque han sido producidas como fake news para desgastar al gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo las del chavismo permitirán operar a pacientes de la sanidad pública que están al borde de la muerte por las sanciones, terminar con el desabastecimiento y recuperar poder adquisitivo.
En el anterior intento, el acuerdo alcanzado, en un contexto similar al actual, demostró que las fake news son son suficientes, y la izquierda obtuvo un mejor resultado. Ahora la oposición venezolana, vuelve a hacer lo mismo esperando diferentes resultados.