La izquierda hondureña cuenta con una de las mejores organizaciones político-sociales del momento. No en vano ha sido capaz de sostener una masiva movilización durante una década, y vencer en dos jornadas electorales con todo en contra. Pero su actuación, sobresaliente en una democracia, no tiene efecto en la dictadura en la que se encuentran, porque el enemigo a abatir juega con otras reglas.
Si la oposición de Honduras hace una movilización masiva y logra parar el país con su jornada de paro general, el Estado hondureño responde con represión. Si los sectores progresistas ganan las elecciones, los poderes electoral y judicial se pliegan al ejecutivo, apagan las luces y cambian los resultados. Si el régimen dictatorial no tiene recambio porque la estrategia de la izquierda lo ha derrotado, se vulnera la constitución para habilitar la reelección.
>>Honduras está en Huelga General<<
Ambas fuerzas en disputa se enfrentan en condiciones desiguales, con la victoria moral de la izquierda y su correspondiente derrota en la realidad cotidiana como resultado permanente de todos los encuentros desde el año 2009. Sin embargo, los sectores revolucionarios de Honduras no se pueden permitir responder con herramientas que sí impactarían en el escenario de la dictadura, ya que no disponen con el apoyo mediático, ni con el popular, necesario para sostener y vencer en una lucha de esas características.
Por lo tanto, la oposición al dictador Juan Orlando Hernández (JOH), liderada por Manuel Zelaya, insiste en el escenario democrático: acumulación de fuerzas para la creación de un polo de poder alternativo que sea capaz de imponerse al de la dictadura. Mediante métodos de lucha y resistencia pacífica como asambleas, manifestaciones, huelgas…
>>Honduras: la oposición pelea por unas elecciones sin fraude<<
La primera jornada de paro nacional de las dos que se han convocado, ha supuesto un rotundo éxito de participación, Honduras se ha parado y ha colmado las calles en apoyo a mantener la salud y la educación públicas, lo que ha producido una respuesta de represión por parte de JOH, quien no ha efectuado declaraciones sobre el inicio de una posible negociación con la oposición, ni ha expresado la voluntad de dar marcha atrás a las iniciativas de privatización.
La jornada de hoy será importante porque la izquierda está obligada a sostener la demostración de fuerzas de ayer, mientras que JOH espera que la represión haya sido capaz de crear un efecto desmovilizador que le permita expresar en la prensa del país, que los que están en contra de la movilización son solo unos pequeños sectores sociales.