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El nuevo Estatuto de los Trabajadores del PSOE no tendrá aplicación si las reformas laborales siguen vigentes

En los últimos días, tanto Nadia Calviño, ministra de Economía y Empresa, como el propio Pedro Sánchez, presidente del gobierno, han confirmado la intención de redactar un nuevo Estatuto de los Trabajadores, con el objetivo de “anticiparse” a los cambios del modelo productivo.

Este anuncio no ha generado especial ilusión entre sindicatos y trabajadores, ya que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ya había anunciado, en campaña, que llevaría a cabo esta reforma; además, la incluyó entre las cien medidas presentadas por el partido en caso de ganar las elecciones generales.

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El Estatuto actual

El Estatuto de los Trabajadores actual se publicó en 1980, aunque ha sufrido distintas modificaciones; actualmente está regulado en el Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre. Este Estatuto, a su vez, estaba recogido en la Constitución de 1978, bajo el siguiente precepto:

Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo.

Los trabajadores protegidos por el Estatuto son todos aquellos enmarcados en contratos por cuenta ajena, aquellos con una relación laboral de carácter especial -penados, artistas, estibadores, deportistas profesionales, discapacitados, etc.-, y algunos trabajadores por cuenta propia con preceptos legales que así lo especifiquen.

A grandes rasgos, el Estatuto prohíbe el trabajo de menores de dieciséis años, el trabajo nocturno y las horas extraordinarias a los menores de 18 años, la libre elección de profesión, la libre sindicación y demás ventajas sindicales -huelga, reunión, descanso, etc.-, la formación y promoción profesional, además de exigir a los trabajadores a cumplir con las obligaciones de su puesto de trabajo.

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La propuesta del PSOE

La redacción de un nuevo Estatuto de los Trabajadores se recogía en las 110 medidas propuestas por el PSOE durante la campaña electoral. Como en este caso, ni Pedro Sánchez ni la ministra Calviño especificaron exactamente lo que querían cambiar.

Bajo el anuncio de adaptarse y anticiparse a los cambios del modelo productivo y de redactar un Estatuto del Siglo XXI, la única propuesta que se ha tanteado es la de reducir el número de tipologías de contrato, medida que, dicho sea de paso, ya propuso Ciudadanos en campaña electoral.

En cualquier caso, la principal demanda de los sindicatos es la derogación de la reforma laboral de 2012, impulsada por el gobierno del Partido Popular de la época. Esa reforma destacaba por la implantación de un despido más barato para las empresas; una mayor flexibilidad, por parte de las empresas, de cambiar jornadas, turnos, salarios y funciones de sus empleados; y la creación de un contrato concreto para pymes y emprendedores,

Nadia Calviño ya ha asegurado que el gobierno del PSOE no tiene intención de modificar dicha Ley, asegurando que su ejecutivo mira al futuro y que esto pasa por una adaptación del Estatuto de los Trabajadores. En este sentido, los sindicatos se han preguntado qué puede aportar este nuevo Estatuto si no se reforma la anterior reforma laboral.

María Luz Rodríguez Fernández, secretaria de Empleo del PSOE, apuntó algunas de las medidas que se quieren añadir en este nuevo Estatuto, que estaría configurada según tres ejes centrales: subir los salarios, la revisión de la negociación colectiva, y la mejora de las políticas de empleo.

En este sentido, Roríguez Fernández expuso que se incrementaría el SMI sobre un 70% -llegando hasta los 1.000 o 1.100 euros-, además de destinarse un 1,5% del PIB para reducir el número de desempleados, mediante dichas políticas activas de empleo.

El PSOE no tiene mayoría absoluta en el Congreso, por lo que es evidente que la aprobación de dicho Estatuto de los Trabajadores necesitará apoyos dentro de la cámara baja. La reducción de los tipos de contrato puede acercarles a Ciudadanos, mientras que el aumento del SMI puede contar con el apoyo de Unidas Podemos. Pese a ello, si no se supera la reforma laboral popular de 2012 -y la de 2010 del PSOE de Zapatero- será difícil que este nuevo Estatuto tenga un impacto real en la vida de los trabajadores españoles.