La visita de Michelle Bachelet a Venezuela supone una victoria para Nicolás Maduro
Desde casi el comienzo de la ofensiva de Estados Unidos (EEUU) contra la V República Bolivariana de Venezuela, la misma ha abarcado dos frentes, el interno y el externo, a causa del fuerte apoyo social con el que cuenta el chavismo.
A lo largo de las dos décadas que ha existido el movimiento golpista, el frente exterior ha ido imponiéndose como eje principal del imperialismo, ya que la resistencia de la izquierda bolivariana, ha dejado casi sin opciones a los gobiernos turnistas del país del Norte, los que, al no abandonar sus pretensiones golpistas, han intentado convencer a la Comunidad Internacional de un cambio, por los medios que sean necesarios, de gobierno.
Es en este frente en el que Venezuela no logra imponerse, debido a dos causas fundamentales. Por un lado la imposibilidad de competir con la maquinaria mediática estadounidense, y por el otro, su poco peso diplomático en el mundo comparado con el de su agresor. Sin embargo, la visita de Michelle Bachelet, supondrá un impacto en el escenario que dará fuerza al gobierno de Nicolás Maduro.
En primer lugar Michelle Bachelet irá a Venezuela invitada por el presidente Nicolás Maduro, lo que de facto supone el reconocimiento de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) al gobierno bolivariano, y no a Juan Guaidó.
En segundo lugar, la expresidenta de Chile acude después de que se haya cumplido una petición institucional por parte del gobierno de Venezuela -la liberación de dos terroristas-, que ella misma pidió a Nicolás Maduro, un reconocimiento, de nuevo, a la constitucionalidad del país caribeño.
Pese a que Estados Unidos (EEUU) conoce su fracaso en Venezuela, y ha comenzado a desechar a Juan Guaidó como herramienta para el golpe, la manipulación mediática usada para conseguir el objetivo antidemocrático, sigue vigente, y no es descartable que John Bolton esté esperando una oportunidad para retomar la senda iniciada el pasado 23 de enero.
Debido a esto, Nicolás Maduro, experto diplomático gracias a sus años como canciller de Venezuela, no ha cantado victoria, y ha movido ficha ahora, liberando a dos presos, para obtener un mediático respaldo diplomático de la ONU con la visita de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, con la que cerrará algunos acuerdos que le permitan mejorar su imagen pública en el frente exterior, y así asentar de manera irreversible su victoria frente al golpe de Estados Unidos mediante Juan Guaidó.