Ecuador: el nuevo CPCCS, entre lobos y el pueblo
La reciente semana entró en funciones el nuevo Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) elegido en marzo pasado. Y ya las primeras declaraciones del presidente, José Tuarez, han generado diversas reacciones de algunos sectores políticos y mediáticos. El consejo empieza sus labores como era de esperarse: entre lobos que quieren desaparecerlo, y entre los ciudadanos que representan, y a quienes no quieren defraudar.
Y es que no sorprende la reacción de sus adversarios, puesto que algunos de los integrantes del Consejo han declarado abiertamente estar en contra del accionar del anterior Consejo Transitorio y del gobierno de Lenín Moreno. Está claro que el actual CPCCS no obedece a los intereses protervos de Carondelet y todos los grupos de poder que hoy gobiernan el país.
Inclusive, no es un secreto que, a 4 de los 7 consejeros se los tilda de “correístas”, no solo por haber formado una mayoría en el Consejo, sino por sus declaraciones antigobierno previo a las elecciones y el abierto apoyo de Rafael Correa a dos de los consejeros.
A esto se suman las últimas declaraciones del titular del CPCCS, José Tuarez, que desde el poder mediático ya han sido cuestionadas, sacadas de contexto y objeto de burla y exageraciones.
“Usted cuando es autoridad tiene que hablar con autoridades de su propia jerarquía”, dijo el ahora presidente del CPCCS, en relación al pedido directo al presidente de la república para que otorgue un nuevo edificio para el Consejo, y no a través del funcionario público Nicolás Issa, Director General del Servicio de Gestión Inmobiliaria.
Esto generó críticas de algunos actores políticos, y por supuesto, de los periodistas mercenarios, quienes calificaron a José Tuarez de presuntuoso y con aires de grandeza. No obstante, Tuarez estaba en lo cierto, él es la primera autoridad de uno de los 5 poderes del Estado, quizá la forma cómo lo dijo fue errada.
En la política ecuatoriana es muy común el doble rasero o doble moral. Cuando el ya fallecido Julio César Trujillo, declaró que sus mandatos estaban por encima de la constitución, nadie dijo nada, más bien lo aplaudían y admiraban mientras destruía la institucionalidad del país. Por supuesto, porque Trujillo era anticorreísta acérrimo, y actuaba de acuerdo a sus intereses. Ahora que Tuarez comete una desacertada declaración, lo critican.
Y para el colmo de la desfachatez, el bloque de Guillermo Lasso, CREO, en una rueda de prensa, afirmaron que ellos desconocen al nuevo Consejo de Participación porque “…no representan el actual espíritu de los ecuatorianos”.
¡Habrase visto! Unos cuantos ciudadanos tienen el atrevimiento de hablar en nombre de los ecuatorianos. No, ustedes y todo el bagaje de politiqueros desconocen al nuevo consejo porque no se alinea a sus intereses. Porque asumen de forma procaz que la democracia solo aplica cuando es a su favor. Porque el nuevo consejo no se doblega a sus oscuras intenciones. Esa es la verdad.
Hay que recordarles a ustedes, empleados de Lasso, que el nuevo CPCCS fue elegido por la mayoría de los ecuatorianos en las urnas y no puesto a dedo como el anterior Consejo Transitorio de Trujillo. Mientras Tuarez no decía nada, todo iba bien, ahora que saben cual es su postura, cuestionan incluso si es legítimo que siendo sacerdote ocupe un cargo público. ¿Por qué no lo hicieron antes cuando se postuló a candidato?
Definitivamente la tónica de ciertos políticos es tan vergonzosa que se define así: “Si gobierna alguien que nos conviene (como Trujillo) lo aprobamos, si viene otro (y es correísta), lo desconocemos”. “El Consejo solo sirve mientras era gobernado por alguien de nuestro lado (Trujillo), pero si lo gobierna un correísta hay que eliminar el consejo, ya no sirve”.
No señores, la democracia va más allá de sus preferencias, tiene sus reglas y ustedes tienen que respetarlas así no les guste, así no hayan ganado quienes ustedes querían. No hagan el ridículo que para eso ya está el presidente Lenín Moreno y sus acólitos, así que no les quiten escenario.
¡Y para variar! Guillermo Lasso ya ha anunciado que recolectará firmas para eliminar el Consejo de Participación, además dijo que Tuarez es “un mal sacerdote” y un “infame” porque el clérigo le recordó lo involucrado que estuvo en el feriado bancario. Ante esto, Tuarez respondió con firmeza: “soy un mal sacerdote porque no le obedezco, porque le obedezco al pueblo, sr. Guilermo Lasso; porque yo me debo a la mayoría y no me debo a usted ni a su chequera”.
Tuarez también ha denunciado que algunos ministros de Lenín Moreno lo han amenazado, que ha habido recortes al presupuesto del Consejo, con el fin de generar obstáculos para evitar que fiscalicen. Además, que según él, le han quitado la seguridad y que el anterior consejo no ha dejado respaldo alguno (documentación) de sus labores. Algo que también manifestó fue que la aprobación del matrimonio igualitario por parte de la Corte Constitucional tiene el objeto de llamar a consulta popular e incluir la eliminación del Consejo.
No me extrañaría que desde Carondelet se esté confabulando todo un sistema de sabotaje en contra del CPCCS; recordemos que su visión de Estado, bajo la supuesta independencia de poderes que hasta ahora no existe, es que todos desde la subordinación, miren a Carondelet para esperar órdenes.
El nuevo CPCCS no está dispuesto a eso, representa a la mayoría, fue constitucionalmente elegido por el voto ciudadano. Tiene un camino quizá muy trazado de obstáculos. La frontalidad con que inician sus funciones tiene que ser la herramienta para no permitir que el gobierno y sus cómplices los derroten en la ardua labor que significa representar al poder ciudadano.