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¿Quiénes son los presos políticos de la dictadura hondureña?

Desde que la dictadura hondureña alcanzó el poder mediante un sangriento golpe de estado, no ha importado qué político fascista haya ocupado el poder (Roberto Micheletti Bain 2009-2010, Porfirio Lobo 2010-2014 y Juan Orlando Hernández 2014-actualidad), el terrorismo de estado ha sido una constante contra la oposición.

Normalmente aplicado por los escuadrones de la muerte, las víctimas no suelen pasar por las cárceles por ser asesinadas antes, también en las manifestaciones, reprimidas con fuego real tanto por la Policía Nacional como por las Fuerzas Armadas. Sin embargo, existen cuatro excepciones a la represión mortal del régimen que hoy lidera, Juan Orlando Hernández (JOH).

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El dictador ha perdido el apoyo tanto de la iglesia como de la patronal, que se reunió en las últimas horas con Manuel Zelaya, líder de la oposición. En el encuentro el político revolucionario presentó los diez puntos principales de su organización (Partido Libertad y Refundación, Libre), encontrando una gran coincidencia en el que señala la salida de JOH y el desmantelamiento de la dictadura. Sin sus dos principales apoyos, el líder del régimen autoritario tendrá muy difícil terminar un mandato que no está avalado por la constitución, ya que prohíbe expresamente la imposibilidad de reelección a la que él se presentó en 2017.

En su desesperada defensa por mantener su posición al frente del estado, JOH ha aumentado la represión, produciendo presos políticos que solo han servido para reforzar las posiciones de los que piden su abandono del poder y el fin de la dictadura que lidera.

Presos políticos
  • Raúl Espinal. Detenido en enero de 2018 durante la represión de las masivas protestas convocadas por la ya extinta Alianza de Oposición contra la Dictadura, cuyas fuerzas están hoy articuladas en torno al Partido Libre, núcleo de La Alianza. Raúl Espinal fue detenido y recluido en una prisión militar sin juicio previo. La justicia hondureña está alargando todo lo posible el caso para retrasar el juicio, negar las apelaciones de su defensa y mantenerlo preso.
  • Edwin Alvarenga. Misma situación que Raúl Espinal, ya que fueron detenidos en la misma manifestación pacífica. Amnistía Internacional ha pedido la liberación de ambos por considerarlos víctimas de persecución política.
  • David Romero. Periodista de Radio Globo, detenido y sentenciado a diez años de prisión por difundir desde esa plataforma pruebas de la corrupción de la dictadura de Juan Orlando Hernández. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha pedido la anulación de la sentencia y su puesta en libertad.
  • Rommel Valdemar Herrera Portillo. Un ataque de falsa bandera contra la embajada de Estados Unidos durante las movilizaciones convocadas por los maestros y médicos, fue perpetrado por la derecha para desviar la atención de las protestas. Rommel Valdemar, dirigente de Libre, fue acusado injustamente y detenido sin pruebas por participar en el incendio provocado en la entrada de la embajada estadounidense.