Queen II: antesala de un reinado
Queen se han puesto de moda. El estreno de un biopic sobre la banda, o más bien sobre Mercury, ha vuelto a encender el interés por ellos. Ahora bien, hay etapas importantísimas que en nuestro país se ignoran. Desde aquí vamos a hablar de una en concreto muy relevante.
No se puede negar que la banda británica ha vuelto a la palestra de un tiempo a esta parte. Sí, Queen ya era un grupo de repercusión mundial, pero el estreno hace ya unos meses de un biopic y la influencia de las redes sociales han dado un empujón más a su historia.
Curiosamente, en España los medios generalistas casi siempre han ignorado todo el material que el grupo publicó antes del flamante A Night At The Opera (1975). Esto puede deberse a varios motivos. Uno de ellos tiene que ver con el momento histórico que atravesaba el país, lo que provocaba un fuerte hermetismo. Otro, que este país pocas veces ha mostrado cultura musical de verdad y los medios trataban de caminar sobre seguro. Sin embargo, lo que sucedió antes de la explosión mundial de la banda es muy importante. Casi más que todo lo que generaron en la posterior década de los 80.
Comienzos difíciles
Cuando la formación estaba ya completamente integrada, tras varios movimientos y la elección del nombre definitivo, comenzaron a grabar unas demos con las que pudieron encontrar un breve apoyo del sello Chrysalys. Ello dio pie a que Freddie Mercury, Brian May, John Deacon y Roger Taylor pudiesen grabar en los estudios Trident, pero solamente cuando otros músicos no los estuviesen utilizando, es decir, de las tres a las siete de la madrugada. Entre los artistas que pasaban por allí figuraban David Bowie, entre otros. Curiosamente, este nombre ha influenciado de una forma u otra a Queen junto a otras bandas como Led Zeppelin.
Al disco, lanzado por EMI y Elektra en 1973, lo llamaron simplemente Queen. Su sonido era y es denso, no está del todo pulido, pero ya contenía maravillas como “Keep Yourself Alive”, “Liar” o “Great King Rat”.
Llegaron hasta el número 24 en las listas del Reino Unido y al 83 en los Estados Unidos. Eso sí, el respeto ganado les permitió tener más control en sus grabaciones y, para el siguiente álbum, ya podrían darle forma en horas más normales.
Búsqueda del sonido
Nos detenemos en Queen II, eje central del artículo. Y lo hacemos porque es un disco fundamental y trascendental en el devenir de los británicos. Gracias a los buenos resultados de su antecesor, teniendo en cuenta cómo se gestó y de la escasa promoción que tuvo, se les permitió, con más tiempo, hacer uso de los estudios Trident. Ellos lo aprovecharon para explorar diferentes sonidos y para buscar una identidad propia.
Todos sabemos que Queen es un grupo ecléctico. Les daba igual hacer rock, pop, hard rock, funk o incluso heavy metal, principalmente en sus inicios. Claro, hablamos del heavy metal que apareció en escena poco antes. Además hay que añadir elementos que por aquel entonces estaban muy de moda: glam rock y rock progresivo. De forma o no consciente, el glam ha estado permanentemente ligado al grupo en buena parte de su carrera, pero muchos no saben que también se alimentaron de las corrientes progresivas. Se entiende, en pleno 1973, tal sonido acababa tocando a multitud de grupos porque era lo que reinaba en ese momento. Tal es así que incluso su influencia aparecía en canciones de formaciones que nunca estuvieron ligadas al prog. Una de ellas es Queen. A lo largo del artículo sabremos por qué.
Queen II: comienza la leyenda
El grupo se pone de nuevo en manos del productor Roy Thomas Baker, quien esta vez cuenta con la ayuda de Robin Geoffrey Cable para las labores de producción. Los propios Queen también participarían en esa faceta. Entran en los estudios Trident para grabar en agosto de 1973. Durante ese tiempo, explotarían al máximo todas sus posibilidades, buceando entre sus influencias y trabajando para dotarlas de un sonido muy personal con ausencia de sintetizadores. Esto quedó claro en un mensaje que se podía leer en el primer disco del grupo. Cumplirían con esa premisa hasta la llegada de la década de los 80. Cabe decir que el disco estaba listo para ser publicado en el mismo año 73, pero se retrasó debido a la crisis del petróleo que alcanzaba de lleno al Reino Unido.
La primera cara del disco está compuesta mayoritariamente por Brian May, aunque también aparece Roger Taylor en uno de los cortes. La segunda cara está íntegramente ideada por Mercury. John Deacon todavía no había aparecido como compositor. Sí lo haría años más tarde.
Hay que decir que las caras se diferencian entre lado blanco y lado negro. Este hecho no se limita a diferenciar las mismas, si no que también jugaban con ello en el escenario, principalmente con la temática y el vestuario.
Las canciones
El álbum comienza con la intro “Procession”, de forma pausada y con el característico sonido de guitarras de May, las cuales se basan en capas y capas de guitarras superpuestas, amplificadas por un sistema ideado por el propio Deacon, un amante de la electrónica. Enlaza con “Father to Son”, momento en el que aparece la voz de Mercury, acompañada por coros grabados por May, Taylor y el propio Freddie. Tras varios segundos de protagonismo de los pianos, guitarras limpias y juegos de voces, aparece un cambio de ritmo con guitarras pesadas que descubren el gusto de May por los riffs de Led Zeppelin y Black Sabbath. Sí, como leen, Black Sabbath. Eso sí, pocas veces saldrían a relucir en un futuro con esa majestuosidad y oscuridad.
“White Queen (As It Began)”, composición de May ya ideada en la época de Smile y anterior a la formación definitiva de Queen, es la siguiente en aparecer. Es un corte bastante folk con preciosas guitarras y fantásticas melodías vocales. Brian repite autoría en “Some Day One Day”, y lo hace con una balada, de nuevo en clave folk, en la que él mismo se encarga de las voces principales. Esto sucedería también en álbumes posteriores. De hecho, este mismo ejemplo sirve para Roger Taylor, ya que el batería también compuso y cantó una de las canciones. También sería costumbre durante varios lanzamientos posteriores. En esta ocasión aportó “The Loser In The End”, probablemente la canción más Led Zeppelin de Queen II, y quizá la menos cohesionada con el resto del álbum. Así se cierra el lado blanco.
El lado negro es mucho más épico y complejo, y es donde aparecen las pinceladas más progresivas. De hecho, uno de los cortes se antoja fundamental por ser la semilla de “Bohemian Rhapsody”. Lo contamos.
“Ogre Battle” aparece en escena con gran potencia. De hecho es uno de los cortes más duros del disco. Se inicia por el final y de forma invertida, hasta que poco a poco se normaliza el ritmo y se descubren los potentes riffs de Brian May y el golpeo de batería de Taylor. Cabe decir que Deacon es un magnífico bajista, pero en este álbum se muestra bastante contenido. Mercury por su parte, a lo suyo, llevando la canción a donde quiere. Es sin duda uno de los puntos altos del álbum.
A continuación suena “The Fairy Feller’s Master-Stroke”. Lo que tiene de característico este corte es que se basa en un cuadro del mismo nombre. Su autor es Richard Dadd. Mercury fue con el resto de la banda al London State Gallery para analizar la pintura. El análisis dio como resultado lo que plasmaron en el disco. Una canción espeluznante, compleja, loca, con multitud de voces, cambios de ritmo y claras influencias progresivas. Una animalada que enlaza con la más sentida “Nevermore”, una balada preciosa que tiene al fenomenal vocalista como principal protagonista.
Ahora bien, lo que aparece a continuación tiene especial importancia porque, como decía anteriormente, es el germen de “Bohemian Rhapsody” y es también una de las mejores canciones que ha compuesto Queen. Desconocida por aquellos que solo han escuchado de A Night At The Opera en adelante. Peor para ellos.
Su título es “The March of the Black Queen”. Es tan compleja que la banda apenas ha podido tocarla en directo. Rock progresivo de quilates, coros superpuestos estratosféricos, maravillosos pianos, base rítmica potente, riffs estupendos y una voz principal haciendo lo que le da la gana. Pocas veces han llegado a este nivel. Enlaza con “Funny How Love Is”, la cual desmerece ante la grandeza de los anteriores minutos.
Para el final del disco rerservaron “Seven Seas of Rhye”, un corte que se basa en la instrumental del mismo nombre que apareció en el disco debut, y que aquí es completada en todas sus partes. Se publicó como single y fue el primer éxito masivo de Queen.
La portada
Es sin duda una de las más icónicas del grupo. De hecho apareció después en el videoclip de “Bohemian Rhapsody”, y la emplearon más adelante con diferentes fines. Tal fotografía fue realizada por Mick Rock, una eminencia de este área en la década de los 70. De hecho, ha retratado a numerosos artistas de especial relevancia, como por ejemplo al mismísimo David Bowie.
Repercusión y legado
Queen II es uno de los mejores discos de los británicos. Fue el primero que pudieron grabar con algo de tiempo y preparación. Bucearon en diferentes sonidos vigentes por aquel entonces y quisieron llevar la exploración hasta otro nivel. Fruto de ello aparecieron temas tan estupendos como “Father to Son”, “Ogre Battle”, “The March of the Black Queen” o “Seven Seas of Rhye”. No por nada es el álbum favorito del propio May.
Con él consiguieron su primer top 5 en el Reino Unido, avanzaron hasta el puesto 49 en los Estados Unidos y fueron certificados con disco de oro en su país de origen.
Sin este trabajo, en el que por fin parecen encontrar parte de su sello de identidad, sería imposible avanzar en Sheer Heart Attack (1974), y en definitiva explotar en A Night At The Opera (1975). No solamente por una cuestión cronológica, sino porque lo que les permite triunfar a nivel mundial fueron los elementos explorados en este álbum.
Ya para terminar, hay algo que siempre me ha llamado la atención. Desde el Reino Unido, todos los integrantes son reconocidos como importantes en la banda. De hecho, todos ellos han firmado individualmente algún hit del grupo, aunque después la balanza se incline hacia Mercury y May. En España, la visión de la gente que no suele consumir rock pero es seguidora de Queen debido a diferentes circunstancias, prácticamente es la de que la banda la integra únicamente Freddie. Curiosas las diferencias que existen entre la visión acertada del Reino Unido y la distorsionada del nuestro. Pero se entiende por motivos históricos, aunque a día de hoy ya existe un mundo de información para darse cuenta de la equivocación.
Lista de canciones y créditos
- Procession (May)
- Father to Son (May)
- White Queen (As It Began) (May)
- Some Day One Day (May)
- The Loser in the End (Taylor)
- Ogre Battle (Mercury)
- The Fairy Feller’s Master-Stroke (Mercury)
- Nevermore (Mercury)
- The March of the Black Queen (Mercury)
- Funny How Love Is (Mercury)
- Seven Seas of Rhye (Mercury)
- Freddie Mercury: voces, coros, piano y clavecín.
- Brian May: guitarras eléctricas y acústicas, coros, campanas, pianos y voz principal en “Some Day One Day)
- John Deacon: bajo y guitarra acústica.
- Roger Taylor: batería, percusión, coros, gong, marimba, pandereta y voz principal en “The Loser in the End”.
Grabado en los Trident Studios del Reino Unido.
Producido por Roy Thomas Baker, Robin Geoffrey Cable y Queen.