Paola Pabón es una dirigente política de la Revolución Ciudadana que fue capaz de vencer el actual ataque mediático e institucional contra la izquierda ecuatoriana.
Su candidatura a la importantísima prefectura de Pichincha fue la más votada, convirtiéndose desde ese momento en una de las principales dirigentes del campo progresista del país suramericano.
Hablamos con ella sobre su labor al frente de la prefectura de Pichincha, su visión sobre la actual política de Ecuador y sobre geopolitica suramericana.
Nuestro compromiso, como militantes de la Revolución Ciudadana, fue y será devolver la esperanza, recuperar la patria, generar procesos productivos para crear empleo, tan venido a menos por la aplicación del plan del FMI por parte del gobierno central de Lenín Moreno.
¿Cuál es la labor de la prefecta de Pichincha?
Mi tarea fundamental, como lo ordena la Constitución y la Ley que nos regula, es administrar la provincia de Pichincha, asumir las competencias en la gestión social, económica y cultural. Al mismo tiempo asumo la coordinación con los gobiernos locales cantonales y parroquiales, con quienes definimos las políticas públicas, el presupuesto y también algunas acciones de orden administrativo territorial. Y me he propuesto un tarea estratégica: el desarrollo del sector productivo. El proyecto se llama Pichincha Productiva, para el impulso a la pequeña empresa, el emprendimiento, la economía popular y solidaria y la generación de riqueza, empleo y bienestar.
¿Qué dificultades está encontrando para llevar a cabo su trabajo?
En primera instancia recibimos una institución anquilosada, con procesos administrativos cargados de trabas, con un presupuesto comprometido por la anterior administración en un 96%, lo cual nos deja poco margen para poner en marcha algunas de los planes propuestos en nuestro plan de Gobierno. Pero al mismo tiempo tenemos algunas tareas que podemos desarrollar con los gobiernos locales, lo cual ya lo hicimos al aprobar por unanimidad el presupuesto del presente año, además de algunas acciones de coordinación para preservar nuestra naturaleza, porque Pichincha es un espacio afectado. Logramos, por ejemplo, declarar a la zona del denominado Chocó Andino, una reserva de biósfera, libre de minería metálica. Esto es muy importante para la conservación de nuestras especies de flora y fauna, pero también porque produce oxígeno en grandes cantidades.
¿Será capaz de realizar lo prometido en campaña?
Por supuesto, nuestra presencia en la campaña electoral (plagada de dificultades y trabas para dejarnos participar) fue para proponer lo que podíamos hacer y lo vamos hacer. Nuestro compromiso, como militantes de la Revolución Ciudadana, fue y será devolver la esperanza, recuperar la patria, generar procesos productivos para crear empleo, tan venido a menos por la aplicación del plan del FMI por parte del gobierno central de Lenín Moreno. Estamos trabajando con las organizaciones sociales, con los gobiernos locales, como ya lo dije. Pero sobre todo tenemos un equipo técnico y político de alto nivel, para que nuestra institución funcione a favor de los pobres y para crear las condiciones para la producción y el desarrollo del turismo y la gobernabilidad.
¿Está justificada la persecución a líderes de la Revolución Ciudadana como Jorge Glas y Rafael Correa?
Ninguna persecución se justifica, que no sea al crimen organizado o a la corrupción comprobada, garantizando los derechos y el debido proceso. Lo que hacen con nuestros máximos dirigentes solo tiene un objetivo: aniquilarlos políticamente porque constituyen la mayor amenaza a la derecha oligárquica, a los poderes fácticos, al FMI y a la posibilidad de recuperar la soberanía y trabajar por la integración latinoamericana.
En Ecuador nunca antes hemos vivido una persecución de tal magnitud, con la anuencia de las instituciones obligadas a defender nuestros derechos y con los medios privados gestando y forjando supuestas pruebas, denuncias y documentos. No hay duda alguna que detrás de todo está la derecha socialcristiana y democratacristiana que sostiene a Moreno, que copa las instituciones de control y regulación para favorecer sus negocios y planes para ganar las elecciones presidenciales del 2021. Por eso ordenan la prisión de Jorge Glas con un código penal derogado, configuran juicios contra Rafael Correa presionando a supuestos delatores y testigos, así como juzgan a Ricardo Patiño por un discurso en una reunión interna de nuestro movimiento.
¿Cómo valora el gobierno de Lenín Moreno?
No hay que hablar mucho de lo que hace porque como gobierno se ha dedicado más bien a destruir lo realizado por Rafael Correa. Sin duda alguna es el peor gobierno de nuestra historia reciente, de una ineficacia administrativa impresionante, pero sobre todo entregado a EE.UU., a las corporaciones empresariales y financieras del Ecuador. Y por eso las encuestas son de una pésima aprobación: solo entre el 14 y 16% de la población le cree y aprueba su gestión. Nunca antes un presidente ha caído tan bajo en las encuestas. Todo ello sin descontar que ya se ha construido en el imaginario del mundo el sinónimo de traidor con el nombre y apellido del actual presidente de Ecuador.
Lo que hacen con nuestros máximos dirigentes solo tiene un objetivo: aniquilarlos políticamente porque constituyen la mayor amenaza a la derecha oligárquica, a los poderes fácticos, al FMI y a la posibilidad de recuperar la soberanía y trabajar por la integración latinoamericana.
Sobre lo acontecido recientemente con el CPCCS usted opina que…
Es otra violación a la Constitución, descarada y solo posible tras una campaña impresionante de los medios, del gobierno y de algunos llamados líderes de opinión. No hay un solo artículo de la Constitución que justifique esa descalificación. La razón era que esos cuatro consejeros eran correístas. No lo son, llegaron por el voto popular, con alrededor de un millón de votos cada uno y ahora son destituidos por 84 asambleístas. El objetivo es aniquilar cualquier posibilidad de revisar lo que hizo el consejo transitorio donde además de violar todos los procedimientos instalaron en las entidades de control, fuera de concursos transparentes y con veedurías ciudadanas, a personajes nefastos y ligados al aparato oligárquico y mediático del país.
Con lo que acaban de hacer refuerzan la desinstitucionalización que vive Ecuador, gracias a una consulta popular amañada del febrero de 2018. El mundo entero debe saber que sin un dictamen de la Corte Constitucional se convocó a una consulta para violar la Constitución y desde esa fecha han “descafeinado” nuestra Constitución y se han arrogado funciones personajes de la derecha para, como ellos dicen, “descorreizar” el país.
¿Considera correcto el apoyo de Ecuador a Juan Guaidó?
Ecuador no lo apoya, solo el gobierno y la derecha más recalcitrante. Los problemas de los venezolanos los deben resolver ellos, sin intromisión de ningún otra nación. Si hay instituciones y representantes de las mismas deben asumir sus responsabilidades, pero jamás atribuirse funciones por orden de EE.UU. y todos los países que pretenden imponer una agenda política en Venezuela con el solo propósito de adueñarse de sus recursos naturales. Eso sí, aspiramos al diálogo y a la paz, no queremos más bloqueo ni hostigamiento contra el pueblo venezolano.
¿Ha demostrado Macri que el modelo neoliberal es un fracaso?
Mauricio Macri ha demostrado que su gestión solo ha sido para favorecer la salida de capitales, el saqueo de las arcas públicas y un enriquecimiento inconmensurable de las élites más poderosas. Las cifras dan cuenta que el descalabro económico ocurrió estos tres años y no en la gestión de Cristina Fernández. Para eso quisieron el poder y ahora el pueblo les ha castigado en las urnas y seguramente en octubre tendremos de nuevo a Cristina Fernández en el poder y a Alberto Fernández administrando un Estado desecho y con muchas dificultades para restablecer la democracia y el bienestar en ese hermoso país, al que queremos tanto y con el cual estamos dispuestos también a recuperar la Unasur y todos los procesos integracionistas.
Sin Rafael Correa, ¿quién podría estar al frente de la papeleta electoral en 2021 por parte de la Revolución ciudadana?
Por ahora es un tema que no nos ocupa tanto como la de generar una gran alianza de las fuerzas democráticas y progresistas. No perdemos la esperanza de que en la papeleta del 2021 esté Rafael Correa, legalmente, hasta ahora, no tiene prohibición, pero harán de todo para negarle su derecho a ser elegido. En las todas las encuestas, si hoy fuesen las elecciones presidenciales, Rafael ganaría la primera vuelta. Eso ya dice mucho.
¿Cuáles son las tres medidas urgentes que se deberían tomar desde el poder ejecutivo para mejorar la actual situación del país?
Si retomamos el poder bastaría con aplicar la Constitución de Montecristi para sacar al país adelante, pero también es cierto que no será fácil porque tenemos adversarios poderosos. Por tanto no solo son medidas administrativas, sino y sobre todo contar con una base muy amplia de apoyo que garantice la aplicación de la Constitución sin interferencias de los poderes fácticos, ni de ningún otro país.
Ecuador no apoya a Juan Guaidó, solo el gobierno y la derecha más recalcitrante. Los problemas de los venezolanos los deben resolver ellos, sin intromisión de ningún otra nación. Si hay instituciones y representantes de las mismas deben asumir sus responsabilidades.
¿Usted estaría dispuesta a liderar electoralmente a la izquierda en 2021?
Yo soy la prefecta de Pichincha hasta el 2023 y quiero cumplir a cabalidad mi gestión a favor de mi gente. Como militante responsable de la izquierda estaré donde mi movimiento me ponga. Si hay que garantizar el retorno de la Revolución Ciudadana y debo trabajar desde la base, organizando a la gente, capacitando y capacitándome con ella, pues ahí estaré. Yo trabajo todos los días para hacer la mejor gestión en la Prefectura, pero también entrego buena parte de mi tiempo a la organización política y espero que eso contribuya a la promoción de nuevos cuadros y líderes en todos los territorios. Ese sería mi papel, no liderar.
¿Qué supone para América Latina que el fascismo detente el poder en Brasil y en Honduras?
El neo fascismo lo lidera Donald Trump desde Estados Unidos y desde allí para abajo hay una secuencia que las embajadas se encargan de articular con los líderes de la derecha locales. Jair Bolsonaro en menos de un año de gestión tiene también bajas calificaciones y ya la gente siente la necesidad de recuperar el programa del PT. Pero lo más grave que ocurre en Brasil, Honduras, EE.UU. o en Chile o Perú es que se está naturalizando la misoginia, la homofobia y la aporofobia. Ser pobre, indio, mestizo, negro y mujer es para esos derechistas el mayor pecado. Lo que ocurre con la migración mexicana y centro americana en EE.UU. es solo comparado con lo que hizo Hitler con los judíos. Y lo que hace Bolsonaro no es distinto.
América Latina sabrá procesar todo esto para recuperar la organización social y defender los derechos de todos, sin distinción de color de piel ni de origen social. Eso hicieron nuestros líderes como Lula, Chávez, Correa y Cristina, y lo siguen haciendo Evo Morales o Nicolás Maduro.
¿Venezuela aporta experiencias positivas para el progresismo latinoamericano?
Creo que hay dos experiencias que son clave para entender: la organización popular para defender su proceso político y también, por qué no, una gran fortaleza institucional para defender la soberanía, no someterse a las hegemonías políticas y financieras. El costo es alto. Pero al mismo tiempo habrá que revisar, cuando cese la agresión y el bloqueo, de qué manera se puede garantizar un proceso económico que evite la dependencia del sector externo y del petróleo.
Lo que le ha tocado vivir a Nicolás Maduro ha sido cruel, pero no habría podidos resistir como lo hace sin una organización política popular fuerte y bien articulada y eso es lo que dejó Hugo Chávez como legado que nos debe enseñar a pensar cómo se defienden las grandes epopeyas revolucionarias.