Como era de esperar tras lo sucedido durante los pasados meses de junio y julio, el líder de Unidas Podemos (UP), Pablo Iglesias, no ha cedido ante la presión social que Pedro Sánchez ha buscado con su “triple garantía“, ni con el respaldo de sus reuniones con organizaciones sociales como base programática del nuevo acuerdo, ya que el movimiento social ha salido al paso expresando que las medidas presentadas por el PSOE no les representan.
El Secretario General de Podemos ha utilizado la posición de fuerza que le dio el golpe de efecto al dar un paso al lado asumiendo el veto de Pedro Sánchez. Esa situación sigue vigente manteniendo la pelota en el tejado del PSOE, que debe moverse más allá del aspecto electoral de esta semana si quiere convencer a la sociedad de que es esa formación política la que lo está haciendo todo por conseguir formar gobierno.
No lograrlo supondrá la responsabilidad de una repetición electoral que abriría la puerta a un gobierno de la derecha, una contradicción que los de Pedro Sánchez no pueden asumir por haber basado su anterior y cercana campaña electoral en pedir el voto para usar su fuerza en una unidad de la izquierda con Unidas Podemos -que ahora rechaza- para impedir gobernar a la derecha.
Pablo Iglesias se ha mantenido en su posición de exigir un gobierno de coalición como única manera de garantizar el cumplimiento de los acuerdos, sabiendo por experiencia que los mecanismos de la “triple garantía” del Partido Socialista no sirven para hacer cumplir los acuerdos, ya que en los anteriores Pedro Sánchez incumplió varios puntos, y no hubo consecuencias porque las herramientas de control no tenían poder para hacer respetar los puntos recogidos en el pacto.
El dirigente de UP ha aprovechado su golpe de efecto dado en julio para expresar que el veto de Pedro Sánchez no responde a motivos políticos, sino al miedo del presidente en funciones a que alguien le haga sombra en el consejo de ministros, y a una incapacidad de compartir las responsabilidades de gobierno, dando a entender que a Pedro Sánchez le gusta el poder más de lo democráticamente permisible en el este contexto, y que por ese motivo no se logra el acuerdo.
Pablo Iglesias ha sustentado esas acusaciones en los acuerdos que se han logrado en diferentes comunidades autónomas en las que Podemos se ha entendido incluso con barones del PSOE ubicados más a la derecha que Pedro Sánchez.
El dirigente de la coalición de izquierdas confía en que la correlación de fuerzas favorable que logró en la disputa por la hegemonía del discurso sobre la titularidad de la culpabilidad de una posible repetición electoral, siga vigente. Por eso ha respondido de esta manera a una oferta de Pedro Sánchez que iba dirigida solo nominalmente a UP, ya que se ha destapado como una oferta electoral al electorado de izquierdas.
>>La nueva oferta del PSOE no se dirige a UP, sino a los votantes<<
El PSOE y UP se reunirán para discutir sobre la posibilidad de un acuerdo pese a la tensión que los rodea a ambos, y a pesar de sostener las mismas posiciones que evitaron un pacto en junio -rechazo al gobierno de coalición-.