Entrevistamos a Roger Molinas, más conocido por su cuenta de Twitter @arqueoleg. Se define como marxista, es miembro de la dirección Nacional de Catalunya en Comú, y una de las voces más reconocibles del sector Comuns Federalistes.
Nos reunimos con él para hablar sobre los nuevos escenarios políticos que se abren en el conjunto de España y en concreto la situación política que se vive en Catalunya, y además también queremos conocer su visión como experto en redes sociales y la
guerra de relato que se disputa en ellas por el sentido común.
Últimamente ha publicado una serie de investigaciones en las que vincula directamente a Òmnium Cultural (uno de los dos motores de la sociedad civil independentista, el otro es la Asamblea Nacional Catalana) con el franquismo. ¿Puede explicar ese giro ideológico de Òmnium?
Omnium Cultural originalmente fue fundada por miembros de la burguesía catalana con un pasado franquista, como el empresario Felix Millet i Maristany, que había luchado en el bando nacional durante la guerra civil. Omnium Cultural fue legalizado durante los últimos años del franquismo, ya que la dictadura, centrada en la lucha contra el comunismo, no vio a este folclore inocuo como una amenaza. El mismo president Tarradellas tenía muy mala relación con Omnium a quien los acusaba de robar la bandera del catalanismo a la resistencia antifranquista.
Hace pocos días volvió a denunciar públicamente varias amenazas y calumnias de sectores independentistas contra su persona. ¿A qué cree que es debido?
Cada cierto tiempo recibo amenazas e insultos por parte de sectores radicales del nacionalismo catalán en Twitter.
Probablemente este no sea el medio más proclive al diálogo sosegado y el anonimato permite el acoso a aquellos a las ovejas que se apartan del rebaño. Pero vaya, pasa con todas las ideologías e ideas que no sean las socialmente más aceptables por la mayoría.
¿Cuáles son las ideas de fondo que mueven a los sectores independentistas a los que usted se enfrenta?
Bueno, desde mi punto de vista, el verdadero objetivo del Procés no es la independencia, sino mantener a la derecha convergente en el poder mientras esta realiza recortes en los servicios públicos sin oposición social alguna. Lo cual, por cierto, ha sido un éxito absoluto, por desgracia.
El Procés, como movimiento social, imita las formas de las corrientes milenaristas mesiánicas de algunos movimientos revolucionarios primitivos como los dulcinitas del s.XVIII o los anabaptistas del s.XVI; se basan en la fe ciega de la llegada de un nuevo orden social donde todo será perfecto si siguen los pasos de un líder mesiánico.
Se ha dicho muchas veces que en Cataluña hace falta un proyecto de futuro alternativo a la independencia. ¿Cuál debería ser ese proyecto?
Yo abogo por una solución federal, que pasaría por la definición y el blindaje de las competencias federales, la transformación del Senado en una verdadera cámara territorial, mecanismos bilaterales de financiación y el reconocimiento de la realidad plurinacional y plurilingüística del estado.
Usted es miembro de la dirección Nacional de Catalunya en Comú, y una de las voces más reconocibles del sector Comuns Federalistes. ¿Por qué y cuándo aparece esta corriente dentro de Catalunya en Comú?
Pues surge entorno a un manifiesto de militantes de base de los diferentes partidos que forman Catalunya en Comú que eramos contrarios a participar de ninguna forma en el referéndum del 1 de Octubre de 2017, ya que considerábamos que no se daban las mínimas garantías democráticas, su resultado no era vinculante, ni tenía ningún reconocimiento; tan solo serviría para alimentar la farsa del Procés y reforzar a la derecha nacionalista, como efectivamente, así ha sido.
Posteriormente articulamos una lista a la Ejecutiva y al Consell Nacional del partido con un inesperado éxito del 23% de voto. Desde allí hemos conseguido modular el discursos el partido, que ya habla de Estado plurinacional y no de República Catalana.
En el momento de la fundación de Catalunya en Comú, ICV era la fuerza política que más militantes aportó. Hoy en día ICV se ha disuelto y su mayoría no se traduce en el número de cargos públicos, ya sean diputados, congresistas, o regidores en el Ayuntamiento de Barcelona. ¿A qué cree que es debido? ¿ICV se debería refundar? En caso afirmativo, ¿lo debería hacer como corriente dentro de los “comuns” o como un nuevo partido político?
Creo que es necesario un espacio político indudablemente eco-socialista en Cataluña con soberanía propia para decidir estar fuera o dentro de Catalunya En Comú, según sus bases decidan.
Las principales aportaciones de ICV, a parte de los recursos humanos, son de solidez ideológica y estructura orgánica, y si los Comunes son incapaces de desarrollar esto, alguien lo debe hacer.
Han aparecido varias informaciones señalando que Comuns Federalistes podía ser una plataforma para el aterrizaje de Íñigo Errejón en Catalunya. Usted lo ha negado. Pero, ¿Existe la posibilidad en el corto plazo de abandonar Unidas Podemos?
Desconozco el origen de este rumor. Nunca ha habido ningún contacto con Errejón quien, por cierto, siempre había mostrado un gran entusiasmo por el Procés. Comuns Federalistes nació para cambiar a los Comuns, no para dividirlos y, hasta día de hoy, nunca nos hemos nunca planteado apoyar a otra fuerza política.
Como experto en redes sociales, ¿Cómo se posiciona en el debate entre dar prioridad a la estética del mensaje o a la carga ideológica del mismo?
Bueno, desde luego que hay que adaptar el mensaje al formato del medio. En Twitter hay que dar mensajes ultra-sintetizados, donde no hay lugar al matiz. Luego tengo un blog y colaboro con algunos medios digitales donde puedo profundizar sin límite de espacio.
Cree que los debates que se generan en redes se trasladan al conjunto de la sociedad? ¿O Twitter se ha convertido en un estanque ruidoso sin transcendencia en la vida cotidiana?
Yo siempre he dicho que ser famoso en Twitter es como ser rico en el Monopoly. Twitter es un medio cerrado y endogámico, para un público ultra-politizado, pero cuyo eco puede llegar a los mass media, ya que estos están siempre muy atentos a esta red.
En otro plano, hace unas semanas en una entrevista el filósofo marxista Diego Fusaro dijo: “Toda relación sentimental, emocional y sexual es legítima, entre personas adultas y concienzudas: pero la familia implica la presencia de un padre, una madre y sus hijos”.¿Qué le parece que se abra un nuevo campo de batalla cultural en el que se pretende restringir la pluralidad en la definición de familia? ¿Cree que vivimos tiempos de contención y residencia para no perder los derechos civiles conquistados?
Fusaro no es ningún filósofo marxista, es un ultra-derechista, nacionalista, xenófobo y reaccionario que utiliza ciertos conceptos marxistas para barnizar su repugnante y vomitiva retórica neo-fascista.
No me sorprende en absoluto que ahora haga bandera de la homofobia, lo que me deja perplejo es que haya algún supuesto izquierdista, como Manolo Moreneo, que haga vídeos en YouTube con él y no se le remueva el estómago.