El pasado viernes, en las redes sociales, se ha creado una polémica entorno a un proyecto audiovisual llamado cartasvivas.org.
Dicha iniciativa está gestionada por la Universidad de Barcelona, la Fundación Banco Santander y la Universidad d’Exeter.
Esta expone a mujeres relevantes de América Latina y España. Una gran idea. No obstante, el debate surge cuando ensalzan a los cuatro vientos a una de las mujeres que encarnan la ideología franquista. Se trata de Pilar Primo de Rivera.
Una de las creadoras de este proyecto Nuria Capdevilla-Argüelles, afirma que Hildegart Rodríguez, Pilar Primo de Riveray Carmen Laforet “lucharon por su generación y para las que vendrían después”, lo que es una completa aberración para la memoria histórica.
>>Pilar Primo de Rivera como pionera del fascismo<<
Tildan de pioneras voces femeninas que sin duda no destacaron en el transcurso de los hechos, ni siquiera sus acciones han hecho que las mujeres tengamos mejor nuestra realidad. La figura de Pilar Primo de Rivera, fundadora y dirigente de la Sección Femenina de Falange, encaminó, dirigió y adoctrinó a las mujeres españolas en base a los preceptos más radicales de la concepción católica de la vida, sumiéndolas en una posición social apta para el fascismo de la dictadura franquista, eran ciudadanas de segunda, a disposición de los hombres.
Según la concepción social de la falangista, debían ser entregadas a las “tareas propias” de su sexo, ser sumisas, austeras, volcadas a los hombres, y sobretodo invisibles.
¿Qué intereses hay detrás de dicha iniciativa? ¿Por qué blanquear al fascismo utilizando la figura femenina? Evidentemente es algo ideológico, un hecho de redescripción histórica. Es simple; desde la cúpula del Banco Santander, Ana Botín debe acercar su realidad a la actualidad, y son conocidos sus vacíos mensajes entorno a su feminismo burgués y reaccionario.
Por ello, puede afirmarse que el único objetivo latente en este proyecto es el mero hecho de querer neutralizar el juicio. De reconstruir la memoria histórica, tan en boga actualmente. Y así, prefabricar un presente que no eclosione con las contradicciones del pasado.
La información viene contaminada y lo único que hace es bailar al compás de los intereses de unos pocos, para diseñar un pasado cómodo para apaciguar el posible ímpetu social que impulsa el movimiento feminista dejando todo “atado y bien atado“.
Es importante tener conciencia de donde se viene, poder discernir holísticamente la historia y continuar el relato heredado. Y no debe olvidarse en ningún caso que la mayoría de mujeres que lucharon, combatieron y cambiaron la realidad para emerger de debajo del yugo patriarcal, son mujeres de clase obrera, o en su defecto con una profunda conciencia de clase.