El día 24 de octubre de este año pasará a la historia como el día que finalmente se llevó a cabo la exhumación de Francisco Franco. Tras un largo período de trifulcas entre el gobierno y la familia Franco, finalmente se ha podido proceder a trasladar el cuerpo del dictador del Valle de los Caídos al cementerio de Mingorrubio en El Pardo.
>>El circo de la exhumación del dictador Francisco Franco<<
Desde la izquierda alternativa se tacha al PSOE de electoralista al considerar la exhumación como un “gesto” claramente estratégico a poco menos de un mes de las elecciones generales.
El espacio de izquierda de España está cada vez más frecuentado. Íñigo Errejón ha creado un nuevo partido después de abandonar Podemos lo que llevará seguramente a un voto de la izquierda completamente fragmentado el día 10.
Consecuentemente, el partido de Pedro Sánchez quiere postularse como el primero de las preferencias, a sabiendas que todo el potencial de Podemos se va a ver afectado forzosamente por la división provocada por Errejón. De este modo, la exhumación de Franco ha sido un punto a favor para los socialistas a la hora de posicionarse como abanderados de la izquierda española.
Pero, ¿la exhumación del dictador ha sido solamente eso? ¿Un gesto electoralista? ¿Puede un partido postularse como el más progresista de la nación y al mismo tiempo ejercer una brutal represión contra sus ciudadanos? Al menos eso intentan los de Pedro Sánchez, ya que lo que se está viviendo en Cataluña no concuerda con la salida dialogada, en vez de la represiva, que corresponde a un ejecutivo progresista.
>>Cataluña evidencia el colapso democrático del Régimen del 78<<
En un país en el que el poder judicial es absolutamente independiente del ejecutivo, existen presos políticos. En lo que es una democracia plena y consolidada, la ciudadanía que sale a la calle para ejercer su legítimo derecho a la manifestación y protestas es agredida sistemáticamente por unos cuerpos de policía al servicio de los más poderosos.
Los partidos de derecha siguen nombrando constantemente la Constitución Española, donde se reconoce el derecho de reunión pacífica entre otros derechos sociales, a lo que se suma un PSOE alineado con los métodos de sus rivales políticos.
A todo esto debe sumarse el hecho de que vuelve a asomar el fantasma de la extrema derecha con VOX, tal y como sucedió en los últimos comicios en los que los nostálgicos de la dictadura franquista sacaron unos nada desdeñables 24 diputados en el congreso.
Es posible que se vuelva a reproducir un voto útil dirigido a frenar un posible tripartito PP-C’s-VOX, con el agravante del voto dividido de Podemos. Hay que ver como afectarán todos estos factores cuando los electores depositen su papeleta en la urna, evidenciando qué tendrá más peso, si la exhumación de Franco o la represión.
El próximo día 10 se celebrarán las cuartas elecciones en menos de cinco años.