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¡No somos muñecas de trapo!

Aunque ya son 51 las mujeres oficialmente asesinadas en este 2019, todavía hay que ver cómo los jueces hacen sentencias como la de Manresa.

En pleno siglo XXI, cuando los políticos hablan de igualdad, de la equidad y esos conceptos que tan bien lucen en las campañas electorales de las fuerzas del Régimen del 78, y tan invisibles y nada practicados cuando se cierra la última urna, que es cuando toca cumplir las promesas electorales, los jueces sentencian que, por estar inconsciente, solo fue un abuso.

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Sí, ya lo sé, los jueces solo cumplen las leyes escritas para firmar sentencia y bla, bla, bla. No es excusa. La ley está mal, de acuerdo, pero no es actual. Está mal hoy, estaba mal en el pasado y seguirá estando mal en el futuro, si los que se supone tienen que proteger a todos los ciudadanos -ciudadanas en este caso- siguen sin hacer absolutamente nada para que todo cambie realmente.

Sí, porque hay un libro creado por hombres, para una sociedad dominada por hombres llamado Código Penal. El cual permite decretar que un grupo de hombres que violan por turnos a una niña de 14 años inconsciente, en una fábrica abandonada, es abuso sexual y no violación.

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El Código Penal justifica esta decisión con dos razones, que la víctima estaba inconsciente y que no hubo ni violencia ni intimidación. Lógico, estaba bebida y drogada, si no fuera poco la superioridad numérica y física, también se aprovecharon de un estado de indefensión.

Pero el Código Penal dice que eso no es intimidación. ¿O es la interpretación de los jueces? Es que a veces me pierdo a la hora de diferenciarlo…

El Estado, ente protector

¿A quién le corresponde protegernos?

Los Derechos Humanos son fundamentales para el desarrollo de cualquier sociedad. El valor primordial del propio Estado radica en que los derechos son condiciones que le son intrínsecas. El derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad son fundamentales, porque suponen el fundamento en el cual se asienta el Estado de Derecho.

Esto quiere decir que las Constituciones de los países tienen como objetivo establecer el marco de reglas con el fin de mantener y respetar esos derechos fundamentales que se encuentran reconocidos. O dicho de otro modo, el Estado es el ente protector.

¿Qué dice la Ley?

El artículo 15, referido al derecho a la vida e Integridad física y moral decreta que “todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes“.

Está claro que el artículo 15 no se cumple para las mujeres en España, cientos de mujeres asesinadas por violencia machista. Un repunte de violaciones en manada y un largo etcétera. Veamos que dice el Código Penal sobre los delitos sexuales. Veamos hasta donde llega la coherencia del mal llamado Estado de Derecho.

El título 8 del código penal español recoge todos y cada uno de los delitos contra la libertad e identidad sexual, también se aplican de diferente forma dependiendo de el desarrollo sexual de la víctima -tiene en cuenta si es mayor o menor de edad-.

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En el artículo 181 se define el abuso sexual como el “acto que atentare contra la libertad e indemnidad sexual, sin consentimiento de la víctima y sin violencia ni intimidación.”

El propio código considera abusos sexuales no consentidos:

  • Los ejecutados sobre personas que se consideren incapaces o discapacitadas.
  • Los que se hallen privados de sentido o tuvieran algún tipo de trastorno mental.
  • Los que se cometieran anulando la voluntad de la víctima mediante drogas, fármacos u otros sustancias análogas.

Lo que dicen estas leyes creadas por machistas, es que si estás inconsciente no es violación porque no ha habido necesidad de usar la violencia para sufrir cinco violaciones por turnos, solo es abuso.

El artículo 178 del CP entiende como delito de agresión sexual “el que atentare contra la libertad sexual de otra persona, utilizando violencia o intimidación”.

La violación sexual también la regula el artículo 179, que la entiende como una forma agravada de la agresión sexual. En este caso, hay acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, o el acceso de miembros corporales u objetos por vía vaginal o anal.

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Para que nos entendamos, para que judicialmente se considere que nos han violado, tienen que agredirnos físicamente -esto va a parte de la misma violación-, antes de introducirnos algún objeto o miembro corporal por alguno de los tres agujeros que nuestro cuerpo posee, de forma violenta, mientras que somos consciente de todo ello.

Si tenemos la “suerte” de quedarnos inconscientes y ahorrarnos sentir cómo cinco personas nos revientan física y psicológicamente, entonces no, entonces es abuso, no violación, ni agresión, abuso.

Abusar, agredir, violar

El lenguaje es un arma muy poderosa. Lo sabéis vosotras, lo saben los que hacen las leyes y lo sé yo. En no pocas ocasiones, observamos cómo un mal uso de los conceptos cambia muchas realidades. Lo vemos en política, lo vemos en la lucha de clases y también en las leyes. Lo vemos en todos aquellos ámbitos en los que se busca un control o una determinada reacción social.

Aclaremos conceptos y veamos qué coherencia existe entre las acepciones y su práctica en la realidad.

  • Abusar: Hacer uso de algo de modo excesivo o indebido’, ‘aprovecharse de alguien’ y ‘aprovecharse sexualmente de alguien’. También define abuso sexual como el delito consistente en la realización de actos atentatorios contra la libertad sexual de una persona sin violencia o intimidación.
  • Agresión: Acto de acometer a alguien para matarlo, herirlo o hacerle daño. También define agresión sexual como el delito consistente en la realización de actos atentatorios contra la libertad sexual de una persona empleando violencia o intimidación.
  • Violar: Tener acceso carnal con alguien en contra de su voluntad o cuando se halla privado de sentido o discernimiento.

¿No os resulta curioso que en la propia RAE tengan que especificar, el uso o no de la violencia, cuando se refiere a términos jurídicos? A mi sí.

¿Y qué me decís del concepto violar? En él no especifica que tenga que haber o no violencia e intimidación para que la acepción se cumpla. Pero unos jueces han decidido -sí, sí con la ley en la mano- que lo ocurrido en Manresa fue abuso. Aunque fueran cinco, aunque ella estuviera sin opciones de intentar si quiera defenderse, aunque la trataran como a una muñeca de trapo, aunque le hayan destrozado la vida, los jueces sentencian que fue abuso.

¡No somos muñecas de trapo!

No, no somos muñecas de trapo, aunque nos tratéis así, no lo somos. Somos mujeres, somos hijas, somos hermanas, somos madres… Pero sobretodo somos personas que no estamos dispuestas a que nos sigáis matando, violando, usándonos como agujeros en los que saciar vuestros instintos más primarios y patriarcales.

>>Carta abierta a Biris Norte por el caso de «La Manada»<<

No vivimos para ser sumisas, no existimos para serviros y mucho menos aceptamos como excusa que como lo dice el código penal, sean justas las sentencias como la de Manresa.

Exigimos que el Estado, como garante de la protección de su ciudadanía, deje de usarnos en campaña electoral, deje de actuar de cara a la galería y haga algo que realmente corte este problema de raíz.

Cuando el Estado no es garante de la protección de sus ciudadanos

¿Cuántas mujeres y niñas tienen que ser violadas y asesinadas para que al Estado se le caiga la cara de vergüenza y decida tomar medidas reales y efectivas?

¿Qué pasa cuando el gobierno no garantiza la seguridad de parte de la sociedad?

¿Cuánto más estamos dispuestas a sufrir?

Acabaré este artículo de opinión echando un vistazo al pasado, que es lo que nos ayuda a entender nuestro presente y nos enseña cómo podemos construir el futuro que nosotras queremos.

El pasado nos ha enseñado que es habitual que el Estado no proteja como es debido a las mujeres. Pasamos de ser entes infantiles sin decisión ni voto, a que un papel diga que si estamos inconscientes no hay ni violencia ni intimidación. Como si el propio acto en sí no fuera suficiente ejemplo de violencia e intimidación.

En el siglo XIX, en Argelia, el Estado prohibió portar armas a los nativos, mientras que a los colonos les otorgaba el derecho a armarse. Hoy en día, las vidas de algunas personas valen tan poco que pueden violar a una menor entre cinco cuando está inconsciente y la justicia lo llama abuso sin ponerse colorada.

>>El espacio social para las mujeres como reflejo del patriarcado<<

La historia también nos enseña que somos fuertes, y que unidas somos capaces de defendernos. Las Panteras Negras, por ejemplo, nos dejaron un gran legado y lecciones que sacar sobre organización, unidad, feminismo y autodefensa. El mejor homenaje que podemos hacer -y hacernos- es recuperar de forma activa la lucha para construir una sociedad libre de opresiones, crear espacios de mujeres con miras de empoderamiento y visibilización de las violencias. Con un objetivo claro, el fin del capitalismo y el patriarcado como un todo.

Porque a fin de cuentas, la excusa es el código penal, y el patriarcado el problema real. Ese que deja que hombres que no sufren esta violencia, decidan qué es violencia y qué no.

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