En Venezuela existe una crisis que nadie niega. La discusión está, en primer lugar, en quién la ha provocado; y en según lugar en cómo salir de ella. A juzgar por las muestras de apoyo social en las calles del país caribeño y los resultados de los últimos procesos electorales, el primer punto está dominado por los argumentos del chavismo, que ha sabido imponer su matriz de opinión mediante la conformación de un polo de poder alternativo al del poder económico, anclado en la movilización popular como eje dinamizador de sus ideas-fuerza.
El segundo punto también cuenta con una correlación favorable del chavismo, que ha aprovechado la base del anterior -las penurias que sufren los venezolanos son causadas por el bloqueo económico de Estados Unidos y la especulación de algunos empresarios nacionales-, para señalar que la única salida pasa por el diálogo entre los diferentes actores políticos de Venezuela.
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Frente a esos argumentos se posiciona la oposición, pero no de la misma manera. Los sectores moderados no cuentan con credibilidad en el primer punto, ya que tras haber aceptado el acuerdo con el ejecutivo de Nicolás Maduro, los puntos del mismo hacen que, de facto, asuman el argumentario del gobierno. La facción radical de la derecha, dirigida por Juan Guaidó, niega el diálogo porque no está dispuesta a causa de su vocación golpista, a reconocer al chavismo como un representante legal y legítimo de gran parte de la sociedad venezolana.
En el segundo punto el chavismo y la oposición moderada comparten posición, pese a que la izquierda ostenta igualmente el poder por haber sido la que propuso el diálogo en primera instancia hace varios años. Los radicales quedan excluidos porque siguen sosteniendo que la única salida de la crisis es la renuncia de Maduro y la caída de su gobierno.
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A día de hoy no existe batalla por posicionar una de las dos posiciones en el imaginario colectivo de Venezuela, ya que en las últimas semanas se han producido manifestaciones por parte de ambos sectores políticos, masivas las del chavismo, y marginales las de la oposición radical, una situación que fue recogida por la agencia EFE, y que ahora, la encuestadora privada Hinterlaces, refrenda con su último estudio, por el que se señala que un 74% de los venezolanos apoya el diálogo que se está dando entre el gobierno y la oposición moderada.