El 2020 será el año del ocaso de la Fiscal General del Estado la “10/20” Diana Salazar. La responsable máxima de la Fiscalía General del Ecuador, está recibiendo revéses desde instancias internacionales y desde el propio país sudamericano.
Era evidente que el uso excesivo -y equivocado- de la prisión preventiva que ella realiza, se le volvería en contra. Además, claro está, de la interesada instrucción que hace de los casos que enjuicia. Siempre, como está sobradamente demostrado, sobre el correismo.
La CIDH otorgó medidas cautelares sobre Paola Pabón , Virgilio Hernández y Christian González. Fue una jueza experimentada, la jueza Patlova Guerra quién decidiera en justicia, que los tres encausados por Salazar abandonaran la prisión, sustituyendo la prisión preventiva por otras medidas que les permitieran defenderse en libertad.
Consecuencias de esa decisión de la jueza Patlova, ajustada a derecho según instancias internacionales y ecuatorianas, ocasionó una serie de quejas de la Fiscalía contra la jueza que provocó que la Asociación Ecuatoriana de Jueces defendiera a su compañera denunciando la injerencia de la Fiscalía, y la toma de acciones en defensa de la jueza Patlova Guerra.
El último día del año la CIDH también otorgó medidas cautelares a favor de Jorge Glas en favor de garantizar sus derechos humanos, dando 15 días al Estado ecuatoriano para que resolviese esas medidas que podrían acabar en arresto domiciliario, ocho días después nada se sabe, lo que sí se sabe es que la Fiscalía actuó posiblemente de manera prevaricadora en todo el proceso del caso Glas.
Todo señala que Diana Salazar tiene sus días contados, la cuestión es: ¿dónde le buscarán acomodo?
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