Horrendos seres mitológicos que en sus inicios, tanto los “escribidores” y posteriormente los libretistas y directores de cine posicionaron en el género del “terror” y la monstruosidad diabólica, y que actualmente se los incorpora con serios visos de humanidad y se los determina con vínculos sentimentales habiendo en uno y otro bando los “buenos”, y los incomprendidos necesitados de amor y ternura, ya no provocan noches de insomnio ni escalofríos, sino más bien un sentimiento de apoyo que nos invita a tomar partido por uno o por otro bando.
Luego están el rastrero lacayo del conde de largos caninos, ese tal Renfield y el siempre-vivo Dr. Van Helsing, el que llevaba sobre sí la intrépida y heroica tarea de librar la humanidad de tan horrendos monstruos, convertido hoy en una especie de psicólogo-consejero que alienta a quienes poseen este “don” a incorporarse a la sociedad, abandonando su primigenias y primitivas prácticas de alimentarse de la sangre o la carne de seres humanos, y convertirlos en anémicos consumidores de plasma artificial a los unos y en veganos a los otros.
Lo cierto es que pareciera que ambas especies a fin de mimetizarse con los simples mortales han adquirido muchas habilidades humanas a más de las suyas propias, y se han convertido en los políticos de derecha y ultraderecha todos ellos neoliberales, capitalistas e imperialistas según su linaje o mejor dicho “pedigree”.
Acá en el país de la mitad del mundo, no estamos libres de la transformación de los otrora despiadados hombres lobo y murciélagos hematófagos, que representados por el príncipe de los licántropos Jaime “matraca” Nebot y el de los vampiros Guillermo “bachiller” Lasso pretenden a mordidas y dentelladas hacer prevalecer su casta a fin de lograr hacerse con el triunfo en el 2021, apoyados uno más que otro por ese rastrero lacayo Boltaire, poseído por el deforme espíritu de Renfield, pero también en el escenario político están saltando otras sabandijas de menor calaña como zombies, y cadáveres insepultos rodeados de ponzoñosos y repugnantes ratas, serpientes y cucarachas.
Pero distraídos en sus planes, se han olvidado de Van Helsing, que viene a desbaratar sus planes y a devolverlos a las profundidades de donde nunca tuvieron que salir, otra vez van de regreso a las páginas empolvadas de los libros de terror que les dieron vida y de donde nunca tuvieron que salir.
En el 2021 la Revolución Ciudadana imbuida del espíritu sanador de Van Helsing ya no con ajos, estacas o balas de plata, sino con el voto popular destruirá definitivamente estas criaturas del averno y devolverá a la ciudadanía los derechos que se han pretendido arrebatar recuperando en forma definitiva la patria para devolvérsela al soberano y sus legítimos mandantes.
Vuelve Rafael Correa, el Cazador de vampiros y hombres lobo, a terminar con esta plaga neoliberal e imperialista que ha chupado la sangre de los ecuatorianas desde tiempos inmemoriales y que hoy representada por el “bachiller” después de la mortal herida de la “década ganada” pretende volver a destruir al pueblo del Ecuador para su propio beneficio bebiéndose la sangre y dejando los despojos para los lobos de matraca.
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