Anoche cuando terminaron los aplausos y volví al trabajo, pensé mucho en todo lo que estamos pasando y me acordé de una conversación que tuve con mi tía hace unos días atrás: a nuestra generación se nos jodieron muchos planes pero estamos aprendiendo a estar en casa, a compartir con los que vivimos, a ser más pacientes, a sacarle el jugo al acceso a la tecnología que tenemos al alcance.
Pienso que quizás el confinamiento era algo que necesitábamos para frenar, mirar a nuestro alrededor, conectarnos con nosotros mismos y aprender. Sobre todo aprender.
Hablo sobre todo por nuestra generación, porque a diferencia de nuestros padres, que crecieron con la tecnología, nosotros nacimos con ella y desde pequeños hemos tenido todo al instante, todo cuanto más rápido mejor.
Está claro que todo esto lo pensé con la cabeza fría porque también me entran las neuras de que todo es una mierda y que quiero salir ya a la calle, ¡eso no lo voy a negar! Pero creo que estaría bien empezar a reconvertir todo lo malo que está pasando en lo positivo que esto trae.
Porque siempre detrás de lo malo hay cosas buenas. Solo tenemos que aprender a verlas y creo que es un buen momento para hacerlo.
En medio de mi reflexión me llegó un mensaje de mi madrina y la llamé para saber cómo estaba, estuvimos una hora contándonos cosas y riéndonos de la vida. Cuando cortamos eran las 21:30 y fui a cenar, mi amiga había hecho una crema de verduras buenísima y cenamos mientras veíamos Naruto.
10:00
Me desperté sin entender nada, había dormido tan bien que en cuanto abrí los ojos tenía la sensación de no saber ni en que día estaba. Cuando miré la hora me sorprendí porque yo tenía una alarma a las 8:30 que no sé en que momento la apagué y seguí durmiendo.
Me vino bastante bien dormir un poco más, anoche cerré los ojos en camino al Mundo de los Sueños cerca de las 2, así que dormí las horas correspondientes.
Estaba preparándome el desayuno sin haberme percatado de que no había nadie levantado hasta que apareció la gente y me sacaron de la burbuja en la que estaba inmersa.
11:00
Nos pusimos a hacer la lista de comida para ver que hacía falta comprar, la semana pasada por Semana Santa se nos cambió el día de ir al super, por lo que ahora son los sábados, incluso creo que es mejor. No sé porque pero me parece más práctico.
El maldito bastardo antes de ir a comprar le dijo a mi amiga de ver un peli y yo les dije que no porque tenía que ponerme a cocinar, intentaron convencerme pero no podía caer en la tentación. Si me sentaba a verla con ellos la comida iba a pasar a ser merienda.
12:00
El menú de hoy fue: canelones rellenos de humita para mi amiga y para mi, y rellenos de pollo y champis para el ángel. Claramente los hice caseros porque no me gustan para nada las masas que vienen hechas, claro que por esto es que no me senté a ver la peli, hacerlos me llevó toda la mañana,, y eso que tenía la salsa lista.
15:00
Los canelones estaban listos y la compra del super también, a buena hora nos sentamos a comer, todos teníamos un hambre brutal sumado a que como estuve cocinando, la casa olía mucho a comida y eso hacía que fueran mayores las ansias de comer.
¡Me salieron tremendos, nunca los había hecho tan ricos! Es la primera comida desde que empezó la cuarentena que puedo decir que estoy satisfecha totalmente con el resultado.
16:30
Hora de ver Brooklin nine nine y un episodio de Exponiendo infieles, el ángel ha parado un poco de trabajar porque necesitaba darse un poco de espacio para volver con todo, así que hoy se tomó el día libre y quedó para jugar al Fallout 76 en la xbox one con sus colegas.
17:30
Me senté a trabajar pero hoy hay un evento solidario vía Youtube de Argentina con un montón de famosos transmitiendo y no me lo podía perder, así que hoy he trabajado lo justo y lo necesario para poder ver el evento.
19:00
Ya llegó la hora de merendar, me hice un yogur con cereales y banana, y continué mirando el vídeo solidario. ¡Es increíble la cantidad de gente que han convocado para recaudar fondos para la cruz roja!
20:00
Hora de aplausos. Hoy llueve pero hay bastante gente.
Un día más de confinamiento, un día menos para poder salir a la calle.