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La locura temporal tras la canción colaborativa de Daniel Devita

Muchos piensan que el desafío Pasapalabra es algo que veníamos pensando, que discutí con mi equipo de trabajo, o que surgió de alguna cuestión planificada.

La realidad es que mi promesa de incluir sus palabras favoritas en la próxima canción iba en relación a lo próximo en la agenda, no a una canción en particular y mucho menos en 24 horas.

Lo que ocurrió es que empezaron a comentar cientos y cientos de palabras, desde las más cercanas a mi estilo hasta las más disparatadas y pensé, “¿podré reunir todo esto y crear una obra con coherencia, sentido, contenido y emoción?

Consideré que sí, pero al mismo tiempo las horas de trabajo hacen milagros, así que si lograba hacerlo en tiempo récord el desafío era mucho más interesante.

A las 00 horas, después de 12 horas del bombardeo de palabras, cerré la ventanilla y prometí volver 24 horas después con la canción bajo el brazo.

Una de las cosas que más tiempo me llevó fue recolectar todas las palabras, había muchísimas en las distintas redes, en varias publicaciones, cientos y algunas conjugaciones de la misma palabra. Eso ya me consumió las primeras 5 horas.

Empecé a componer la letra y salieron los primeros versos, ya a las 6 de la mañana me desplomé en el sillón. Cuatro horas después sonó el despertador, tapabocas puesto fui a comprar algo de comida, volví y me puse a trabajar.

Me había prometido no mirar mis redes sociales para no perder tiempo, pero la carne es débil y al entrar había muchísimas palabras más. No figuran en la lista oficial de palabras porque entraron fuera de tiempo, pero lo cierto es que incluí unas 100 palabras más de las que llegaron el día anterior.

De las 11 de la mañana hasta las 4 de la tarde fue solo escritura hasta tener la letra lista, sabía que era larga pero no sabía que tanto.

Suelo componer mi propia música solo o en compañía de alguno de mis productores, pero en este caso tenía definido que quería usar una instrumental del crack NoName (Buenos Aires Subterráneo), que le compré hace más de 10 años.

La espalda ya me estaba matando, así que me tomé una hora para tomar unos mates con mi compañera, comer algo y pedir auxilio a tres personas que adoro, porque me era imposible hacer la promoción del tema mientras el reloj tirano corría más rápido que nunca.

El director de este medio, el puto amo Gonzalo Sánchez, puso al equipo a difundir los memes más graciosos y específicos que vi en mi vida; Gio López también colaborador de elestado.net, en Ecuador hizo un trabajo enorme y mi hermano Javier Monge no solo encendió la máquina VLV, sino que me aportó el maravilloso nombre de la canción.

La grabación fue eterna, tenía en mente un estribillo más elaborado, pero es que la metralla de palabras era infernal, así que opté por un coro monótono que sirva como descanso y separador de las peroratas larguísimas que acuñaron las palabras solicitadas.

A las 22 horas el track estaba grabado, aún faltaba la mezcla y el master, así que tuve que aprender a domar al detallista enfermo que llevo dentro y buscar un buen equilibrio entre tiempo y calidad del que estoy muy orgulloso, el Dani de hace unos años no hubiera podido.

Sé que algunos pensaron que no iba a lograrlo ni de casualidad y otros que creyeron que la canción ya estaba lista desde temprano, ni lo uno ni lo otro.

A las 23:45 la canción se estaba cargando en YouTube y 60 segundos después de la hora prometida estaba disponible para el mundo.

¿Qué más les puedo decir? Gracias por tantos mensajes llenos de cariño y cosas lindas, fue un trabajo en equipo con cientos de personas en todo el mundo y eso me gusta mucho.

Estoy satisfecho con cómo quedaron las palabras más complicadas, (había muchísimo margen a que suenen forzadas) y a mi gusto se escuchan muy orgánicas. Hay coherencia en el relato, sobre todo teniendo en cuenta la ensalada entre banana, Naruto, socialismo y paralelepípedos, es óptima.

¡Una linda experiencia colectiva que no voy a repetir nunca! Van a pasar varios días hasta que me deje de doler el cuerpo.

Amigos y amigas de Latinoamérica, España y el mundo, no tengan dudas… ¡Vencermos!

Denle amor al tema.

¡Hasta la próxima!

NdR: Al cierre de la nota, hasta el mismísimo Rafael Correa se hizo eco de la proeza de nuestro amigo Daniel Devita y la publicó en sus redes sociales.