Si hay un álbum capaz de competir de tú a tú con la grandeza del icónico debut In the Court of the Crimson King, es precisamente el que hoy nos ocupa. Red culmina una etapa gloriosa y fascinante en todos los sentidos.
La carrera de los británicos King Crimson nunca ha sido plácida. Las formaciones pocas veces han sido estables y siempre han tenido que hacer encaje de bolillos. Principalmente Robert Fripp, que al fin y al cabo es el músico que ha estado presente en todos los álbumes de la banda hasta la actualidad. Y digo hasta la actualidad porque cabe decir que el grupo sigue en activo. Es más, tenía cerrada una gira por norteamérica que ha tenido que posponer debido a la pandemia global.
Nos ponemos en contexto. Estamos en el año 1974 y aún con tantas idas y venidas, la discografía de King Crimson solo podía catalogarse como brillante. Sin embargo, todavía faltaba por publicarse una obra mayúscula como Red.
De cuarteto a trío
Si hace un momento hablamos de los problemas que Robert Fripp tenía para mantener una formación estable, el caso de este disco no iba a ser diferente. La naturaleza de King Crimson incluía avanzar en el aspecto sonoro y conformar una receta musical diferente en cada disco. Y claro, eso también tenía sus consecuencias. En este caso, por el camino se quedó el violinista David Coss. Al parecer, el único que apostó por su continuidad fue Bill Bruford. No así John Wetton y Robert Fripp. Mal menor, puesto que Cross comenzaba a ver que sus aportaciones eran cada vez más escasas. Al final, Red viene a ser el álbum que mejora la apuesta del anterior Starless and Bible Black. Es una vuelta de tuerca que, además, incluye elementos nuevos y una perspectiva diferente. Aunque David ya no tenía sitio, sí apareció en los créditos del álbum por haber participado con el violín en varias composiciones.
Repiten viejos conocidos como Mel Collins, Ian McDonald, Robin Miller y Mark Charig. Con el trío y demás músicos, King Crimson grabaron Red entre junio y agosto de 1974.
Como no podía ser de otra manera, parte del material grabado en el álbum fue tomando forma en algunas improvisaciones. Cuando ya tenían las ideas y añadían las partes más estructuradas, tales improvisaciones se convertían en composiciones al uso. Algunas de ellas venían rodadas incluso de años anteriores.
Una primera parte electrizante
Red cuenta con un total de cinco composiciones que suman casi 40 minutos de duración. Precisamente, el álbum comienza con el tema que da título al álbum. Esta composición contiene algunas pequeñas partes de otra composición escrita, aunque no grabada, que tenía por nombre “Blue”. Posee un inicio arrollador, con unas guitarras muy marcadas y una base rítmica atronadora. Como curiosidad, decir que el violonchelo que aparece en la sección central no figura realmente en los créditos y no se sabe quién lo tocó.
“Fallen Angel” es el primer tema cantado del álbum. Precisamente, las líneas vocales de John Wetton son preciosas. De hecho, el corte parece una balada en los primeros instantes, aunque después la instrumentación se vuelve contundente y surgen momentos de caos sonoro que son perfectamente guiados por la destreza de cada uno de los músicos. Es uno de los que se mostró en directo, al menos como parte de la idea principal, ya en conciertos de 1972.
El comienzo de “One More Red Nightmare” fue tocado en directo como parte de alguna improvisación en conciertos previos de 1974, por lo que nuevamente se aprovechan ideas que acaban completando una pieza completa. Es sin duda uno de los momentos más inspirados del álbum, con un Wetton desgarrador, tanto en el aspecto vocal como en el bajo. Bruford también está formidable en la batería, como no podía ser menos, y Robert Fripp escupe melodías de guitarra como un verdadero poseso.
La importancia de la improvisación
En la edición de vinilo, la segunda cara comienza con “Providence”, una improvisación que se extrae de un concierto del 30 de junio en Providence, de ahí el título, y que para el álbum fue recortada, si bien esta aparecería completa en alguna que otra edición posterior. King Crimson se mueve como pez en el agua en este tipo de retos, sin embargo, en este disco de excelente nivel musical, quizá sea la pieza más floja.
El disco termina con “Starless”, una de las composiciones más aplaudidas y afamadas del grupo formado en el Reino Unido. La idea inicial partió de John Wetton, quien quería que se incluyese en el anterior álbum Starless and Bible Black. No fue así porque al resto del grupo no le convenció. Por ello, empezaron a trabajar en la idea de John y le fueron haciendo algunos añadidos y arreglos, hasta que la vieron lista para poder publicarse en este trabajo.
La portada
La portada de Red es quizá una de las menos artísticas de la obra completa de King Crimson. Aún así, la foto de John Kosh con los tres integrantes es bastante famosa. Juega mucho con el contraste entre la luz y la oscuridad. Curiosamente, tan solo el título del disco va en color rojo.
En contexto
Red es parte de la columna vertebral de la obra de la carrera de la banda. Si tuviésemos que mencionar, gustos aparte, las obras más importantes de su discografía, tendríamos que mencionar In The Court of the Crimson King, Larks’ Tongues in Aspic, Red y ya el posterior Discipline.
Lo que muchos no sabían es que, en el momento en que Red se puso en el mercado, King Crimson ya estaba disuelto. Esto había sucedido poco después de terminar su grabación. Por suerte, el futuro nos traería nuevas reuniones y más material que comentaremos en otros artículos.
El disco logró colarse en la lista de éxitos del Billboard estadounidense. Llegó a ocupar el puesto 66. De todas formas, esto es algo que en el mundo de la música apenas tiene importancia, y menos en una banda como esta, ya que su música no está precisamente realizada para ocupar listas mainstream ni aparecer en radiofórmulas, a pesar de que años más tarde lo han intentado en alguna ocasión, aunque de forma muy puntual.
Para saber hasta dónde ha podido influir este álbum, cabe apuntar que el propio Kurt Cobain llegó a decir que era una de sus mayores influencias y uno de los mejores trabajos de la historia. Y hablamos de alguien que ha hecho una música mucho más sencilla que la que contiene cualquier álbum de King Crimson.
Tracklist y créditos del álbum
- Red 6:16 (Fripp)
- Fallen Angel 6:03 (Fripp/Wetton/Palmer-James)
- One More Red Nightmare 7:10 (Fripp/Wetton)
- Providence 8:10 (Cross/Fripp/Wetton/Bruford)
- Starless 12:25 (Cross/Fripp/Wetton/Bruford/Palmer-James)
- John Wetton: bajo y voces.
- Robert Fripp: guitarra y melotrón.
- Bill Bruford: batería y percusión.
También participan:
- David Cross: violín.
- Mel Collins: saxofón soprano.
- Ian McDonald: saxofón tenor.
- Robin Miller: oboe.
- Marc Charig: corneta.
- Richard Palmer-James: textos.
Grabado entre junio y agosto de 1974 en los Olympic Studios de Londres (Reino Unido). “Providence” se extrajo del concierto en el Palace Theater de Providence (Rhode Island; Estados Unidos).
Producido por King Crimson.