La degradación de la dirigencia indígena llegó al punto que Rafael Correa derrotó en todos los distritos indígenas a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE). Confiaban más en un mestizo que en sus mismos dirigentes.
Ahora varios indígenas del Ecuador no tienen empacho en afirmarse como “correístas” pese a que dirigentes indígenas han escrito libros contra el exmandatario con títulos ofensivos como “tatay Correa” que en quechua quiere decir “asco“.
En poblaciones indígenas el deseo de que vuelva Correa está latente. “A mí no me representan la CONAIE ni Pachakutik porque ellos son los responsables de lo que hoy estamos viviendo. Soy orgullosamente correísta porque él sí se preocupó por los sectores más necesitados“, afirma Enrique Yumisaca de la parroquia de Columbe cantón Colta (Chimborazo)
Rafael Correa siempre estuvo con los pueblos indígenas pese a que la National Endowment for Democracy, el brazo financiero de la CIA, apoyaba a ciertos dirigentes indígenas. “Esto lo puedo demostrar” afirmó el expresidente hace un par de meses en México, y agregaba que los sectores indígenas durante su gobierno fueron los que más superaron pobreza, duplicaron el número de matriculados en la Universidad.
Y hasta tuvo que romper algunos tabúes de la izquierda tradicional ecuatoriana que se asustaba cuando Correa criticaba a dirigentes indígenas. ¿Cómo vas a criticar a una dirigencia de los indígenas, de los trabajadores? Le exponían con cara de espanto mientras Correa respondía “cómo no se los va a criticar, si se dice la verdad“.
Con esos antecedentes, el líder de la Revolución Ciudadana se mantiene en que el 90% de las organizaciones sociales son políticos fracasados que nunca han ganado nada, y que hacen una fundación y luego quieren mandar, diciéndose representantes de la Sociedad Civil.
Otro mito creado por el anticorreísmo es el que Correa no estuvo con los trabajadores. “Siempre estuvimos con los trabajadores“, expresó el expresidente antes de indicar que en su gestión “se triplicó el salario básico, se exigió que se cumplan los derechos laborales, se eliminó la tercerización y se estableció el salario digno“.
Pese a todas las maniobras de los dirigentes sindicales que se eternizan en los gremios y “se venden al mejor postor” , la Revolución Ciudadana pudo establecer salario digno que no les gustó para nada a los empresarios que proponían dos opciones: salario miserable o desempleo. “La explotación laboral es inmoral“.
Recientemente en una conversación con Rigoberta Menchú, el expresidente ecuatoriano recordó que cuando llegó al gobierno, por ley, las empleadas domésticas solo podían ganar la mitad de un salario básico, trabajaban puertas adentro y tenían libre solo una tarde cada 15 días. Ningún partido político protestaba contra esa esclavitud moderna. Esas condiciones eran aceptadas por todos, incluso por las mismas empleadas domésticas.
Por eso, Lourdes Pinta tampoco se queda callada y desde el cantón Alausí expone que a ella no le representa la CONAIE ni Pachakutik, porque son responsables de la situación actual del país y se autodenomina “correísta” porque vivió los cambios en el sector en el que vive. “Por nuestro Mashi“, aclama Lourdes sin tapujos y pone de manifiesto que en el corazón de las bases indígenas está latente la huella de la Revolución Ciudadana.
Mashi siempre estuvo cercano al mundo andino desde que estuvo en Zumbahua. Un ex salesiano italiano, que se dedicó con éxito a los proyectos comunitarios, José Tonello contó que conoció a Correa en Cotopaxi. “Lo recuerdo como un hombre sacrificado y decidido. Vivir en Zumbahua no era nada fácil, no es como vivir en el Valle de Los Chillos o de Cumbayá”.
Tonello advertía que “Italia es mucho más pobre que este país, pero la gente vive mejor. Aquí hay un montón de recursos que aún no son bien utilizados. Aquí hay muchas injusticias todavía”.
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