Fue hace unas semanas cuando emprendimos un viaje por el territorio del blues. En aquel momento hicimos un artículo que contenía diez obras básicas del mismo. Ahora llega el turno de la segunda para completar un total de veinte referencias musicales.
No nos vamos a extender demasiado porque las explicaciones pertinentes alrededor del blues ya se han dado en el primer artículo. Lo que sí queremos decir es que, en el momento de comenzar a elegir las obras que aparecerían en ambas partes, nuestro objetivo era cuidar al máximo cada una de las elecciones para mostrar al público parte de lo mejor del género. Creemos haberlo hecho.
Ahora, lo único que os vamos a pedir es que os sentéis y disfrutéis de cada una de las referencias señaladas. Con estas diez completamos un total de veinte álbumes de enorme valía, aunque solamente hasta el año 1969. Más adelante abordaremos posteriores décadas.
Son House – Father of Folk Blues (1965; Columbia)
Desde el estado de Mississipi , Eddie James House creó una carrera musical anclada en el blues del delta, sonido del que es un absoluto referente. Se sabe que Son House publicó canciones desde principios de la década de los 30. Ya con el formato álbum instaurado, dio forma a un puñado de composiciones reunidas en Father of Folk Blues. Prácticamente todas son de su propia autoría. Y resalto esto porque por aquel entonces era muy normal que los músicos de blues revisitasen ciertas composiciones ajenas o tradicionales. En el último apartado aparece “John The Revelator”. El sonido es espartano, artesano y con un Son House acompañado de su guitarra. Es así como creó clásicos del estilo como “Death Letter Blues”. No le hizo falta más acompañamiento para crear una obra rotunda y genuina.
Canciones destacadas: “Death Letter Blues”, “Pearline”, “John The Revelator” y “Leevee Camp Moan”.
Albert King – Born Under A Bad Sign (1967; Stax)
Ni que decir tiene que Albert King es uno de los grandes del llamado blues eléctrico. A mitad de la década de los 50 se había adentrado en el mundo de la música, pero no fue hasta finales de los 60 cuando comenzó a forjar su leyenda. Born Under A Bad Sign fue un buen intento en formato larga duración. A la vez que el disco iba sumando años, mayor era la leyenda alrededor del mismo. Contiene uno de sus clásicos más celebrados como la homónima inicial, compuesta por Booker T. Jones y William Bell. Por cierto, Booker se encarga de los teclados y los pianos en buena parte del álbum, al igual que el aclamado Isaac Hayes. Steve Cropper echa una mano en las guitarras, Donald Dunn toca el bajo y la alineación la completan Al Jackson Jr. en la batería, Wayne Jackson a la trompeta, Andrew Love al saxo tenor y Joe Arnold al saxo barítono y a la flauta. Si quieres adentrarte en el mundo del blues, este álbum es básico.
Canciones destacadas: “Born Under A Bad Sign”, “Oh, Pretty Woman”, “The Hunter” y “As the Years Go Passing By”.
Jimmy Reed – I’m Jimmy Reed (1958; Vee Jay Records)
Lo que se conoce de Jimmy Reed es que su carrera como músico profesional comenzó a principios de los años 50, donde poco a poco fue editando algún que otro single de cierta relevancia. Ya en 1958 pubicó I’m Jimmy Reed, una obra de composiciones que se enmarcan en el blues eléctrico y la escena Chicago Blues. En el álbum le acompañan músicos de la talla de Albert King, quien curiosamente aquí no toca la guitarra, sino la batería en tres de los cortes. Y solo aparece en esos temas porque la obra fue grabada en diferentes sesiones a lo largo de la citada década de los 50. Jimmy Reed se encarga de las voces, las guitarras y la armónica, mientras cuenta con el aporte de otros guitarristas como Remo Biondi, John Brim o Eddie Taylor, además de los baterías Vernel Fournier y Earl Phillips, junto al ya nombrado King. La obra es de gran factura, aunque con el tiempo ha ido quedando relegada al olvido.
Canciones destacadas: “Honest I Do”, “You Got Me Crying”, “Ain’t That Lovin’ You Baby” y “Little Rain”.
Lightning Hopkins – Texas Blues Man (1968; Arhoolie Records)
Esta obra del bluesman Lightning Hopkins aparece en el momento más maduro del artista musicalmente hablando. Y claro, eso se nota. Además, el hecho de haber sido publicada en 1968 también ofrece un sonido mucho más depurado. De nombre Samuel John Hopkins, comenzó a publicar algunas grabaciones ya a finales de los años 40, por eso aquí ya tenía una experiencia más que sobrada. El disco es una delicia en clave de Electric Texas Blues, muy comprometido y serio. Todas las composiciones fueron escritas por el artista, quien además toca la guitarra y pone las voces. Fue grabado en un solo día, concretamente un 18 de diciembre de 1967 en Houston (TX; Estados Unidos). Sospecho que el bueno de Mark Lanegan ha tenido que empaparse muchísimo de la música de Lightning Hopkins. Al menos así lo parece en algunas etapas de su carrera musical.
Canciones destacadas: “Tom Moore Blues”, “Love Like A Hydrant”, “Slavery” y “I Would If I Could”.
B.B. King – Completely Well (1969; Blueswell)
El bueno de B.B. King ha sido uno de los pocos bluesman que ha trascendido al gran público y ha tenido presencia en décadas posteriores a la época dorada del blues. Si nos ceñimos precisamente a los buenos años del género, aquellos en los que todavía estaba presente en la cultura popular, este Completely Well es uno de los buques insignia del artista. Fue grabado los días 24 y 25 de junio de 1969 y puesto en circulación a finales del mismo año. Está producido por Bill Szymczyk y cuenta entre su repertorio con composiciones de la talla de “So Excited”, “No Good” o la clásica “The Thrill is Gone”. Por supuesto, la guitarra de King es la absoluta protagonista, además de su pasional y desgarradora interpretación vocal. El resto de músicos está a un nivel superlativo. No por nada estamos ante un clásico del blues.
Canciones destacadas: “So Excited”, “No Good”, “You’re Losin’ Me” y “The Thrill is Gone”.
Buddy Guy – A Man and the Blues (1968; Vanguard)
A veces ha sido injustamente eclipsado por otros nombres del blues. Lo cierto es que es uno de los grandes. Además, como B.B. King, ha sabido sobrevivir en décadas poco propicias para este sonido. Es más, recientemente ha publicado una serie de álbumes absolutamente brutales. Pero como estamos ante un artículo que recoge trabajos hasta 1969, vamos a destacar hoy una de sus obras clásicas como es este A Man and the Blues. Buddy se encarga de las voces y guitarras principales, aunque cuenta con músicos de la talla de Otis Spann en el piano o el fantástico guitarrista Wayne Bennett. El disco cuenta con temas propios, adaptaciones de composiciones tradicionales y alguna que otra revisión de otros bluesman. A cualquier persona que quiera acercarse al blues hay que decirle que Buddy Guy es uno de sus mejores baluartes.
Canciones destacadas: “A Man and the Blues”, “I Can Quit the Blues”, “Mary Had A Little Lamb” y “Sweet Little Angel”.
Nina Simone – Nina Simone Sings the Blues (1967; RCA)
Es probable que muchos encasillen a Nina Simone dentro de estilos como el jazz vocal o el soul, y es lógico. Sin embargo, la artista estadounidense también ha tenido tiempo para adentrarse en el mundo del blues, y ahí también destaca. Tanto es así que estamos ante uno de los discos más impresionantes de la época. En Nina Simone Sings the Blues encontrarás composiciones de su propia autoría, algunas tradicionales y otras adaptaciones ciertamente interesantes. La voz de la artista suena magistral, así como sus propios pianos. Por si fuera poco, está respaldada por músicos de la talla del guitarrista Eric Gale, lo que hace que la calidad esté más que asegurada. La escucha resulta muy amena, dada la variedad sonora del álbum, y es por ello que pasa en un suspiro. Aquí puedes encontrar clásicos magistrales como “Do I Move You?”, “Backlash Blues”, “I Want A Little Sugar In My Bowl” o “Since I Fell for You”.
Canciones destacadas: “Do I Move You?”, “Backlash Blues”, “I Want A Little Sugar In My Bowl” y “Since I Fell for You”.
Big Mama Thornton – In Europe (1966; Arhoolie Records)
Tarde comenzó a destacar la genial Big Mama Thornton. Registró sus primeras grabaciones a principios de los años 50, aunque hay poco material en formato larga duración. Aún así, todo lo grabado posee una calidad extraordinaria. Cuando la artista publicó In Europe en 1966, ella ya tenía 40 años. El disco fue grabado en los Wessex Studios de Londres, el 20 de octubre de 1965, bajo la producción de Chris Strachwitz, nombre muy habitual por aquel entonces dentro del blues. Nuevamente encontramos un compendio de composiciones propias y ajenas. Todo en la voz de Thornton suena fantástico. Además, para la ocasión pudo contar con las guitarras del genial Buddy Guy y del bajista Jimm Lee Robinson, entre otros. A veces, cuando se citan grandes figuras del género, Big Mama parece caer en el olvido, pero no nos engañemos, para el propio género es muy importante.
Canciones destacadas: “Swing It On Home”, “Little Red Rooster”, “Unlucky Girl” y “Hound Dog”.
Snooks Eaglin – New Orleans Street Singer (1959; Folkway Records)
A pesar de contar con cierta relevancia dentro del blues, Snooks Eaglin tiene una discografía algo extraña y dispersa. Nació en 1936, pero no se localizan grabaciones suyas hasta 1959. Apenas ha publicado singles y sin embargo sí cuenta con un puñado de álbumes que, a su vez, se han ido esparciendo a lo largo de los años. Para ofrecer una referencia de su obra en solitario hay que señalar su debut New Orlans Street Singer. Fue grabado en marzo de 1958 en la propia New Orleans. Su sonido encaja dentro de los parámetros del blues acústico, sin apenas producción y con mucha artesanía. La interpretación vocal es muy interesante y casa muy bien con el acompañamiento de su guitarra. Es cierto, se trata de una grabación bastante humilde, pero es uno de los mejores exponentes del lado más acústico del blues.
Canciones destacadas: “Careless Love”, “St. James Infirmary”, “Trouble in Mind” y “Sophisticated Blues”.
Robert Johnson – King of the Delta Blues Singers (1961; Columbia)
En este tipo de artículos siempre elegimos álbumes de estudio, sin embargo, en esta ocasión vamos a hacer una pequeña excepción. Tiene su explicación. Robert Johnson es una de las figuras más rutilantes del blues. El problema es que no llegó a publicar ningún larga duración, tan solo un puñado de sencillos durante la década de los años 30 antes de fallecer en 1938. Alrededor de él siempre ha circulado la leyenda de que vendió su alma al diablo cuando, frustrado por su falta de talento, decidió desparecer durante un tiempo y regresar a la música siendo un enorme bluesman. Lo misterioso sobre él no terminó tras su fallecimiento, ya que nunca se esclarecieron los motivos por los que perdió la vida y tampoco se le practicó la autopsia. Lo que nos queda es su música, y parte de lo mejor de su repertorio se encuentra en este King of the Delta Blues Singers. “Crossroads Blues”, “Come On In My Kitchen” y un buen puñado más de clásicos del blues.
Canciones destacadas: “Crossroads Blues”, “Come On In My Kitchen”, “Kindhearted Woman Blues” y “Me and the Devil Blues”.