Segunda parte de un contenido en el que se analizan los motivos por los que se ha producido un auge de la extrema derecha en España, y se reflexiona sobre posibles medidas de confrontación política para acabar con el problema que afecta a los pilares básicos de la democracia. Es recomendable leer la primera parte para entender el texto que se reproduce a continuación. Hágalo con un click aquí.
Algunas causas del surgimiento de la extrema derecha
La aparición de la extrema derecha ha sido consecuencia de la incapacidad de los partidos políticos tradicionales y las instituciones para responder a los retos a los que se enfrenta la democracia.
Los desajustes funcionales y emocionales que se han producido desde 2008 y que aún continúan han sido un ejemplar campo de cultivo para el discurso altamente emocional que desarrolla la extrema derecha: el llamamiento a los “viejos tiempos”, la vuelta a un orden político, moral, económico, territorial y cultural de la añorada España imperial, “limpiar” las instituciones de los partidos “golpistas” que se han apropiado de ellas, etc. Otras causas serían:
- El debilitamiento del binomio PP-PSOE que, hasta ahora, había permitido frenar esta tendencia política, a través de su papel como barrera de contención institucional.
- La polarización del discurso migratorio ha sido secundaria en España durante décadas, debido a una serie de factores (el papel de barrera de contención del PP-PSOE, el predominio de una inmigración latinoamericana, etc.). Sin embargo, la crisis económica de 2008 y sus consecuencias han fortalecido el discurso anti-migratorio, y ha permitido que algunas de las propuestas de VOX permeen la sociedad española. Esto se puede apreciar si analizamos su porcentaje de votos: en municipios con más inmigración ha obtenido mayores porcentajes de votos. Se trata de la percepción de la inmigración como una amenaza social, económica y cultural.
- El otro gran caballo de batalla de la extrema derecha ha sido la polarización del conflicto nacionalista, especialmente en Cataluña (aunque también se ha hecho resurgir el fantasma de ETA). Durante mucho tiempo, el conflicto nacionalista había servido a la derecha tradicional para reivindicar a esos sectores, pero el recrudecimiento del conflicto catalán ha servido para agravar el extremo nacionalismo defendido por VOX, en contraposición a una supuesta “debilidad” que se percibió en el gobierno de Mariano Rajoy. Así, la polarización del debate España versus Cataluña ha permitido a VOX tener cabida en un espacio electoral que había ocupado el PP sin ninguna oposición. Por tanto, se puede afirmar que el desafío independentista en Cataluña, explotado como una amenaza a la identidad de España, se ha convertido en uno de los principales detonantes de su éxito.
- Un discurso basado en la identidad y una supuesta vulnerabilidad identitaria española, que ha conseguido aglutinar una parte del voto del centro-derecha. Eso se demuestra en el perfil de su electorado: el mismo que el del PP pero más joven y digitalizado.
Cómo se combate a la extrema derecha
La respuesta no es fácil: se la combate en el terreno de las ideas, la ética y el relato ideológico adecuado. Pero no combatiendo directamente a sus votantes. La ansiedad social que surgió tras la crisis de 2008 y la falta de respuesta de los partidos políticos tradicionales, alimentaron las estrategias de miedo dirigidas por VOX.
El surgimiento del partido de Abascal no es producto del azar, sino de un largo proceso que ha incubado y testado sus relatos ideológicos, que poco tienen que ver con la derecha tradicional española. Su fuente ideológica ya no es el franquismo tradicional, sino sus vínculos con la nueva derecha conservadora que agita a la derecha más radical en todo el mundo.
El nicho de votantes de la extrema derecha se basa en sectores maleables y sumisos, que no cuestionan, bajo ninguna circunstancia, la ideología y propaganda de sus líderes, aunque suponga un retroceso en sus derechos y libertades más básicos, o los logros que el Estado del bienestar nos han proporcionado.
Conocer un sistema ideológico y de valores permitiría buscar los medios para combatirlo. Sin embargo, a diferencia con el conjunto de Europa, España parte con una desventaja: el fascismo nunca fue derrotado, sino que se mantuvo en el poder durante casi cuarenta años, y se sabe impune durante cuarenta años más desde la Transición. Un ejemplo de esta situación es, por ejemplo, el hecho de que en Alemania o Francia esté perseguido el delito de exaltación del fascismo, mientras en España los fascistas mantienen sus privilegios.
Algunas conclusiones
VOX y el discurso de la extrema derecha se han convertido en una “excepción normalizada” que se está transformando en un actor más de la política española.
La extrema derecha ha venido para quedarse. No ha surgido de la noche al día: existía desde la Transición, pero ahora se exhibe públicamente, sin ningún reparo, porque se saben completamente impunes. Pero su actuación está desembocando en un crecimiento constante de la polarización política y social. Los partidos políticos se están enfrentando en una lucha por sus relatos ideológicos. Esto lleva a que los intereses de la ciudadanía, una vez más, queden en segundo plano.
Los demócratas tienen la responsabilidad de combatir sus ideas y acciones, combatiendo sus mentiras y su ideología. Pero no construyendo un discurso dirigido únicamente contra sus votantes.