“La independencia de Guatemala no fue más que la sustitución de un grupo poderoso por otro, pero que no benefició ni a los indígenas ni a los mestizos”. Yerin Catalàn
Antecedentes:
Durante el año de 1821 había una pugna entre dos grupos de españoles. Por un lado, estaban los españoles peninsulares, o sea los nacidos en España. En la otra esquina, estaban los criollos, palabra que designaba a los hijos de españoles nacidos en América, sin ningún mestizaje. Los españoles peninsulares ejercían el poder gubernativo con la bendición de la Corona de España. Los criollos tenían celos del poder que ostentaban los peninsulares y decidieron promover un movimiento para despojarlos del mismo. Este es el marco en el que se produce la mal llamada independencia del 15 septiembre de 1821 de Guatemala. El movimiento independentista fue promovido por miembros de las élites, a quienes se les denominó “Próceres de la Independencia” quienes buscaban la obtención del control económico, el cual estaba en manos de los españoles. La burocracia española no desea la independencia ni mucho menos que existiría algún cambio político, social o económico. Por su parte los criollos terratenientes si desean que existiera una independencia de España, pero manteniendo el mismo sistema colonial y el control sobre los indios. Los comerciantes monopolistas desean que existieran cambios profundos en el sistema colonial político y económico pero que no existirán independencia como tal de España. Por ultimo también estaban las capas medias altas rurales y urbanas quienes si deseaban una independencia de España con cambios profundos en el sistema.
Acta de Independencia:
En la reunión del 15 de septiembre de 1821 había un número mayor de partidarios de la emancipación, por lo que se decidió suscribir un Acta en la que se pedía que el Jefe Político “le mande publicar, para prevenir las consecuencias que serían temibles, en el caso de que la declarase de hecho el mismo pueblo”. Los conservadores que controlaron el movimiento, sujetaron la declaración de independencia a la ratificación de un congreso, con esperanza en que antes de su instalación, se diera algún acontecimiento que permitiera mantener su status. No se efectuaron cambios en las autoridades: el español Gabino Gaínza siguió como Jefe Político Superior y permaneció la Diputación Provincial, de origen realista, a la cual se agregaron unos cuantos funcionarios de la ex colonia, además, dicho cuerpo se transformó en la Junta Provisional Consultiva que asesoraba a Gaínza. Todos los asistentes a la reunión eran personalidades ligadas a la administración españolista o representantes de la Iglesia católica y miembros prominentes de los grupos criollos. Sin embargo, no fueron convocados los sectores liberales cultos, los representativos de capas medias ni de los grupos artesanales y populares. Después de convenir en los términos, los representantes convocados aprobaron el documento final del Acta de la Independencia, cuya autoría se atribuye a José Cecilio del Valle, esta junta a la usanza de la época se realizó en el Palacio de Guatemala en la capital, la que hoy es la ciudad de Guatemala.
¿La independencia de quién?
Es a partir de aquí que se construye una falsa historia, ya que no hubo tal Independencia, el poder económico únicamente cambió de manos. En ningún momento existió en este movimiento el interés por mejorar las condiciones de vida de los habitantes de aquella época. Dando paso así al surgimiento de un Estado débil, el poder económico concentrado en los loables “Próceres de la Independencia” y una población mayoritariamente pobre. Esta es nuestra herencia, es nuestra procedencia la cual se ha pretendido negar mutilando así el surgimiento de un sentimiento de “patriotismo” ante la ausencia de un asidero común. Sin dejar a un lado la injerencia extranjera que ha sido predominante a lo largo de la historia del país, reflejada en su máxima expresión con el golpe de estado de 1954 al gobierno revolucionario y democrático.
La Guatemala de hoy.
Guatemala sigue estando en una dependencia que como país se ve influenciada o limitada al momento de tomar decisiones sobre aspectos políticos o económicos pues depende o está sometida a los que otros países opinen o hagan. Los indicadores de desarrollo reflejan una situación de subdesarrollo con un crecimiento Producto Interno Bruto PIB entre el 3% al 4% anualmente, pero en contra parte sigue siendo una de las economías más pobres de latinoamericana, (siendo Los Estados Unidos su primer socio comercial, mientras que inversamente para EEUU Guatemala ocupa el puesto 35 de importancia) con altas tasas de pobreza y desigualdad, tiene además la sexta tasa más alta de desnutrición crónica en el mundo y la más alta en LAC. La desnutrición crónica infantil (y retraso en el crecimiento) afecta al 47 % de todos los niños menores de cinco años y al 58 % de los niños indígenas. En 2019, Guatemala ocupó el puesto 68 en seguridad alimentaria de 113 países, con solo el 40 % de las familias guatemaltecas disfrutando de seguridad alimentaria. La pobreza extrema está representada con el 21.8% la población guatemalteca y el 59.9% está en pobreza, y nivel de Indicador de Desarrollo Humano, el país se encuentra en el puesto 126 de 189 países. Con respecto a la percepción de corrupción Guatemala se encuentra en la posición 144 de 180 países, teniendo una percepción muy alta los guatemaltecos en corrupción con sus gobiernos.