En 2017 entró en vigencia la Ley Orgánica para la Aplicación de la Consulta Popular efectuada el 19 de febrero de ese mismo año, sobre paraísos fiscales. El punto medular de la normativa señala: “para el desempeño de una dignidad de elección popular o para ser servidor público, no se podrá tener bienes o capitales de cualquier naturaleza en territorios considerados paraísos fiscales, (propietarios directos o indirectos de bienes o capitales, de cualquier naturaleza)“.
En el Ecuador, según datos del Servicio de Rentas Internas, el 50% del capital social de los grandes contribuyentes viene del exterior, de los cuales, el 70 % es triangulado desde los paraísos fiscales. Según información de la Contraloría General del Estado, se ha detectado más de 200 millones de dólares que corresponden a dividendos pagados a residentes en tales jurisdicciones, ocasionando grandes perjuicios al Estado, además de ser un delito tributario.
Por lo mencionado, el banquero Guillermo Lasso tiene 49 razones para no ser admitido por el Consejo Nacional Electoral como candidato a la dignidad de presidente de la República.
Las offshore del banquero
De acuerdo a una investigación del periódico argentino, página 12, una de las primeras estructuras del banquero es Bainisi Holding. Es una offshore de Guillermo Lasso en Panamá. Esta empresa a su vez tiene como accionista a Banisi-que fue creada en diciembre de 2015 -y a los fideicomisos: BANISI REPORTI Y FUTURFID. Banisi es un banco de papel con domicilio en Panamá. A su vez Banisi, tiene como accionista a Piertro, una offshore menor de Guillermo Lasso en ese mismo país.
Para entender bien este entramado, la investigación evidencia que la constitución de PIETRO es consecuencia de una serie de ventas de empresas offshore de Guillermo Lasso. Cada una de ellas a su vez se constituye o bien por fideicomisos en estado inactivo o bien por empresas que contienen a los mismos accionistas de las otras offshore. En consecuencia lo que se demuestra es una especie de carrusel cuyo objetivo es asegurar el capital en los fideicomisos y que éstos mantengan el dinero de Lasso en el extranjero.
La segunda estructura offshore de Guillermo Lasso se las denominó las “NORAS”. La investigación atribuye y relaciona este nombre a la madre de Lasso. Se trata de más de 29 empresas offshore registradas en Coral Gables-con esta denominación-en Florida. De éstas 29 offshore, 13 adquirieron bienes inmuebles en Florida por aproximadamente 23 millones de dólares. Las empresas que tienen la propiedad de dichos inmuebles son: MALENA US LLC MALENA UNO US LLC, NORA INVESTMENTS LLC, NORA INVESTMENTS UNO LLC, NORA INVESTMENTS DOS LLC.
Así podemos ir enumerando el resto de empresas domiciliadas especialmente en el paraíso fiscal de Panamá. Pero llama la atención una en especial: MULTIBG SA, es la actual compañía mayoritaria del Banco de Guayaquil y en su estructura de accionistas se encuentran varios fideicomisos cuyos beneficiarios son: Guillermo Lasso, sus hijos o funcionarios del Banco de Guayaquil. Entre ellos están: POSITANO LLC (Offshore) que pertenece al Fideicomiso GLM de propiedad de los hijos de Guillermo Lasso.
Lo realmente novedoso de este entramado tiene que ver con la conformación de MULTIBG SA. Su paquete accionario se nutre de los fideicomisos de propiedad de Guillermo Lasso que se encuentran domiciliadas en un paraíso fiscal como lo es Panamá. Una práctica que se encuentra prohibida en el inciso final del artículo 4 de la Ley para la aplicación de la Consulta Popular de 2017 sobre paraísos fiscales. Normativa que menciona lo siguiente “se presume la propiedad de bienes o capitales en aquellos casos en los que el cónyuge, persona con quien mantenga unión de hecho o hijos no emancipados de la persona obligada, sean propietarios de bienes o capitales”
Operaciones y estructuras Offshore que según página 12 suman 49. No muy difíciles de rastrear y que son pruebas fehacientes dentro del proceso de calificación a dignidades por parte del Consejo Nacional Electoral con miras a las elecciones de 2021. Simplemente no se pueden hacer de la vista gorda.
¿O sí?
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