El caso “Sobornos” es una historia sobre presuntos aportes económicos de varias empresas al movimiento Alianza País, para financiar actividades proselitistas. Se basa en el testimonio por relato espontáneo de la señora Pamela Martínez, sobre un cuaderno “con efecto retroactivo”, insólitamente escrito por ella en el 2018, en tiempo verbal presente, para “contar” supuestos pedidos y entregas de dinero del 2013-2014.
A su vez, se basa en el testimonio por relato espontáneo de la señora Laura Terán, en el que “detalló” la supuesta estructura de participación que “ha existido” en el caso. Ni Martínez ni Terán aceptaron dar testimonio por interrogatorio. ¿Por qué es grave esto? ¿Qué diferencia hay entre el testimonio por relato espontáneo y el obtenido por interrogatorio?
El testimonio por relato espontáneo, aunque que se parta de un propósito de sinceridad, tiene el defecto de ser incompleto, porque el cerebro tiende a cortocircuitar la parte racional encargada de recuperar la información vivida (Dr. Emilio Mora, Manual de Psicología Jurídica).
Casi nadie puede rendir un testimonio perfecto. Pruebas para determinar la veracidad de testimonios, muestran que sólo el 2% de sujetos fue capaz de no cometer un solo error en descripciones espontáneas (Estudios citados por J. García y otros en su obra La Técnica de Interrogatorio)
Los catedráticos Luis y Gabriel Rodríguez Ramos sostienen que el interrogatorio es, justamente, la técnica relativa a la reconstrucción de una verdad histórica mediante la rememoración de la misma por quienes la vivieron, y que ha de ser comunicada de modo funcional a los jueces.
Los testimonios por relato espontáneo de Pamela Martínez y Laura Terán, aunque partieran de un propósito de sinceridad (lo dudo mucho), tienen el defecto de ser incompletos porque el cerebro “tiende a cortocircuitar la parte racional encargada de recuperar la información vivida”.
Por eso es tan grave que Martínez y Terán no aceptasen dar testimonio a través del interrogatorio de los vinculados. Con esta argucia, han impedido la reconstrucción de la verdad histórica, que también pudiera ser favorable con la posición procesal de los vinculados en el caso.
Intencionalmente han negado a los abogados de los vinculados la oportunidad que tenían para defender a sus clientes, para detectar posibles inexactitudes o mentiras en las declaraciones. Por ende, bastaría la sana crítica de los jueces, para apreciar que no hay buena fe en esos testimonios vertidos en el caso “Sobornos”. Pero no en Ecuador, por ahora tierra olvidada por el estado de derechos.